¿Cómo son nuestras emociones al contemplar un cuadro?

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Este estudio tiene como objetivo descubrir e identificar las emociones inconscientes que producen las obras de arte en las personas que las observan y explorar los beneficios para la salud. Además, responde a la necesidad de comprender el impacto del arte en las personas, respondiendo cuestiones como: ¿cómo se interactúa con las obras de arte?, ¿qué parte del cuadro se mira primero? o ¿qué elementos captan la atención en función de esas emociones?

Los resultados han demostrado que el color y la composición de las obras influyen en las emociones del espectador. Los tonos cálidos y las composiciones equilibradas tienden a generar emociones positivas, mientras que los contrastes de luces y sombras suelen intensificar el impacto emocional. Por ejemplo, La Cena de Emaús (h. 1633-1639), de Matthias Stom, genera un interés contemplativo y reflexivo mientras que obras como El violinista alegre con un vaso de vino (h. 1624), de Gerard van Honthorst, evocan emociones más dinámicas y activas, destacando la diversidad de respuestas emocionales ante diferentes estilos y contenidos artísticos.

La alegría es la emoción que, según este estudio, más genera la contemplación de la obra El violinista alegre con un vaso de vino, de Gerard von Honthorst, h. 1624, Museo Thyssen-Bornemisza.

Normalmente, las emociones están combinadas, pero el estudio ha revelado que algunas pinturas generan exclusivamente emociones positivas, mientras que otras provocan únicamente emociones negativas. Estos hallazgos sugieren que las características visuales específicas de una obra no solo dirigen la atención del espectador, sino que también desempeñan un papel crucial en la generación de respuestas emocionales, tanto conscientes como inconscientes. Además, abren nuevas vías para futuras investigaciones y aplicaciones en áreas como el bienestar y la salud emocional, subrayando el poder del arte como herramienta terapéutica y su capacidad e influencia en el bienestar y la salud de las personas.

Las investigadoras Ana Reyes, profesora titular en la Universidad Rey Juan Carlos, y Rebeca Antolín, doctora en Ciencias de la Información, han estudiado a lo largo de ocho semanas a un grupo de 127 participantes (67 % de mujeres, 31 % de hombres y un 2 % de personas de otro género) con edades comprendidas entre los 18 y 65 años. En un laboratorio controlado, han identificado las emociones predominantes que producen 125 obras de arte que abarcan las principales épocas y estilos presentes de las colecciones Thyssen-Bornemisza y Carmen Thyssen. Reconociendo la complejidad de medir las emociones, han implementado metodologías innovadoras que combinan técnicas tradicionales de autoinforme con avanzadas herramientas biométricas, permitiendo medir emociones suscitadas por obras artísticas, además de discernir y entender las reacciones específicas de los participantes.

Mediante el uso de equipos neurocientíficos como el eye-tracking –que recoge los movimientos oculares para identificar qué elementos de una obra captan más la atención del espectador–, el reconocimiento facial –que mediante una cámara ha recogido y decodificado las expresiones faciales mediante algoritmos–, y la respuesta psico-galvánica de la piel (GSR) –que detecta la actividad electrodérmica de la piel permitiendo identificar los estados de activación que se produce al experimentar una emoción–, se han podido superar las limitaciones asociadas al uso individual de cada técnica, ofreciendo una visión más completa y precisa de las respuestas emocionales.

Eye-tracking practicado sobre la obra Arlequín con espejo, por Pablo Picasso, siglo XX, Museo Thyssen-Bornemisza.

Además de las mediciones biométricas, se ha utilizado el modelo circumplejo de las emociones Plutchick para clasificar las emociones que creían haber sentido los participantes al observar las obras seleccionadas. Durante la investigación se han recopilado 9.525 estímulos biométricos (3 métricas por obra por participante), complementados con 3.175 autoinformes basados en el modelo circumplejo de Plutchik (25 por participante). Esta extensa base de datos de 12.700 métricas ha capturado tanto las activaciones fisiológicas como las percepciones conscientes. La metodología combinada ha permitido analizar y proporcionar una comprensión profunda de las emociones detallando que ciertos elementos de las obras, como los rostros humanos en las pinturas, atraen la mirada con mayor rapidez y establecen una mayor conexión emocional con el espectador.

Por ello, a partir de los datos obtenidos, se ha desarrollado una experiencia visual interactiva única, centrada en la percepción individual de cada espectador, que permite explorar qué emociones despiertan las obras. Esta iniciativa no solo invita a descubrir y comprender el impacto del arte en las emociones desde una perspectiva personal, sino que también propone un proceso de autoconocimiento vinculado con la salud y el bienestar. A través de esta nueva web, cada espectador puede redescubrir las obras de la colección desde una perspectiva completamente innovadora y su conexión con las emociones e impacto en la vida cotidiana.

Además de las mediciones biométricas, se ha utilizado el modelo circumplejo de las emociones de la rueda de Plutchik.

Este estudio, pionero en la investigación emocional vinculada con el arte, posiciona al Museo Nacional Thyssen-Bornemisza como el primer museo en realizar un análisis exhaustivo sobre las emociones que provocan las obras en los espectadores.

“La experiencia del paciente es clave en nuestro compromiso con la salud, y este tipo de iniciativas contribuyen no solo a seguir ampliando conocimiento, desde la evidencia científica, sino también a abrir nuevos horizontes para continuar trabajando por la excelencia en el cuidado y bienestar de las personas, analizando todas las dimensiones que les impactan”, ha explicado la doctora Cristina Caramés, directora asistencial y de investigación de Quirónsalud.

De izquierda a derecha: Rebeca Antolín, profesora e investigadora de la Universidad Complutense; Ana Reyes, profesora titular de la Universidad Rey Juan Carlos; Cristina Caramés, directora asistencial y de investigación de Quirónsalud, y Evelio Acevedo, director gerente del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.

“El arte tiene un impacto positivo en la salud y en el bienestar de las personas”, ha comentado Evelio Acevedo, director gerente del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. “La OMS recomienda la integración de arte y salud. Así, esta colaboración del Museo Thyssen con Quirón Salud y la Universidad Rey Juan Carlos ha investigado el impacto de la pintura en el estado emocional de las personas y representa un avance en el uso terapéutico del arte. El museo tiene entre sus objetivos ayudar a mejorar la calidad de vida de las personas, por eso llevamos años colaborando con asociaciones e instituciones médicas que comparten ese mismo fin en programas sobre cáncer de mama, salud mental, salud infantil, dolor crónico y, en general, sobre el bienestar de las personas”.

Quirónsalud es el grupo de salud líder en España y, junto con su matriz Fresenius-Helios, también en Europa. Además de su actividad en España, Quirónsalud está también presente en Latinoamérica. Conjuntamente, cuenta con más de 50.000 profesionales en más de 180 centros sanitarios, entre los que se encuentran 57 hospitales con más de 8.000 camas hospitalarias. Dispone de la tecnología más avanzada y de un gran equipo de profesionales altamente especializado y de prestigio internacional. Entre sus centros, se encuentran el Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz (FJD), Centro Médico Teknon, Ruber Internacional, Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, Hospital Quirónsalud Barcelona, Hospital Universitari Dexeus, Policlínica Gipuzkoa, Hospital Universitari General de Catalunya, Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón, etc.

El Grupo trabaja en la promoción de la docencia (diez de sus hospitales son universitarios) y la investigación médico-científica (cuenta con el Instituto de Investigación Sanitaria de la FJD, acreditado por el Ministerio de Ciencia e Innovación). Asimismo, su servicio asistencial está organizado en unidades y redes transversales que permiten optimizar la experiencia acumulada en los distintos centros y la traslación clínica de sus investigaciones.

Actualmente, Quirónsalud está desarrollando multitud de proyectos de investigación en toda España y muchos de sus centros realizan en este ámbito una labor puntera, siendo pioneros en diferentes especialidades como oncología, cardiología, endocrinología, ginecología y neurología, entre otras.

La Universidad Rey Juan Carlos es la universidad pública más nueva de la Comunidad de Madrid. Fundada en 1996, y con cinco campus, destaca por su amplia oferta académica, la calidad científica y la vocación internacional. Hoy cuenta con más de 45 000 estudiantes y ofrece alrededor de 270 titulaciones oficiales. Es la universidad española con el mayor número de dobles grados, lo que permite una mayor especialización de los estudiantes, y la primera madrileña en empleabilidad. La URJC es inclusiva y está comprometida con la responsabilidad social universitaria y la consecución de los ODS. La URJC es innovación, pluralidad, sostenibilidad y servicio público.

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