Esta muestra es un fiel reflejo del imaginario de la época, de paisajes interiores casi lunares y esculturas que traspasan el lienzo, donde el color y la luz del Cosmos iluminan el viaje de vida de este artista chileno no exento de polémica. Hasta el 30 de junio en Galería Montsequi
Relativo al tiempo pasado o que lo evoca. Así se define esta abundante y variopinta muestra que no es otra cosa que un artístico viaje por el universo particular de este multidisciplinar creador, Rodrigo Nevsky (Santiago de Chile, 1964), censurado, en ocasiones, por su arte social.
Un trayecto de ida y vuelta, en el tiempo creativo (1985-2022) y de vivencia, con varias estaciones a modo de series, que se manifiestan ahora, de vuelta, en el amplio escenario de la galería Montsequi, como una pausa en el devenir de la búsqueda de un nuevo trampolín inspiratorio , porque el germen del artista nunca desaparece.
“Muchos últimos serán los primeros”, dice el texto sagrado, así arranca este reto que el polifacético artista, escultor, nos plantea. La última pieza visible “Eclesiastico” es ahora la primera en la casilla de salida. Y va dando paso y forma este rompecabezas transgresor que se da la mano y encaja para contemplar la gran capacidad y el minucioso trabajo de técnicas y estilos diferentes desarrollados.
Un encuentro, sello de Izaskun Monfort, comisaria, en primera persona que se deja vislumbrar en cada una de las piezas expuestas, tanto pintura como en escultura reinante de los salientes protagonistas de sus, a veces, irreales cuadros, pura contradicción, pues albergan grandes dosis de realidad como base del lienzo.
“Sistemas Imaginados”, con cinco de sus últimas creaciones de la serie, que retoma ahora, después de 20 años. Y se integran junto al concepto de atmosferas livianas, de magnéticas tonalidades y contrastes que nominan a la serie, “Paisajes líricos” (2002), con títulos evocadores a conceptos como Borrasca, Marisma o Ensenada. “Son fruto de la experimentación en torno al color como gesto. Nacen desde el interior del alma”, reconoce el artista.
“El imposible olvido” que decía Gala. “No existe futuro, solo hay presente”. Pero este se sustenta y camina gracias al recuerdo. Refugio de lo conocido, Nace así una nueva serie, colofón de sus estudios de Arte en la Universidad católica de Chile, “Angelorum” (1992-1995). Quizá uno sus trabajos más representativos, fuera de la norma, con tintes bien de censura, debido a su gran carga crítica impregnada. Relatos de los jóvenes “víctimas de abusos llevados a cabo dentro del sacerdocio”, y de compleja técnica empleada. Una cruzada, espada en alto, contra el poder supremo y la Curia que marca el inicio de su etapa como artista de lo visual.
Obispos, ángeles, almas errantes, que pululan por el etéreo mundo celestial, de Rodrigo Nevsky, lleno de símbolos, inspirado en la nana de un antipoeta, compatriota, Nicanor Parra. Una copiosa trayectoria, inacabada, que también alberga pinturas de su etapa inicial allá por 1992. El Portal, Ángel absurdo, Con mitra y columna o Ángel Fatuo junto a La búsqueda y Gallinitas ciegas, de mayor formato y pertenecientes a la serie firmada en 2021.
Escenas que representan lo celestial o lo infernal según se mire, debido a la cesión de libertad que concede el creador para con quien las contempla. Dato a tener en cuenta.
Cuatro series de esculturas en bronce y resina extraídas de sus coloristas cuadros, rompen como un oasis de descanso el feedback y forward en sala. Angelus Voyeur, Acolythus, Invocatio y Ab Absurdum.
De vuelta, sorprende también el coqueteo con otras artes más recientes como el muralismo empleado. Lleno de luz y color, una constante en su obra. La que procede del cosmos, un mantra que plasma en “Abstraccción”, serie de 2017, con paisajes lunares que consigue a través de las imágenes en espectrospectiva (el estudio de la luz que irradian las estrellas y otros objetos en el firmamento, descompuesta, previamente en radiaciones monocromáticas), y otras técnicas como el pouring o el decapado. El Universo, imaginado del artista, “construido de igual manera, pero a la inversa”.
Un retorno a la figuración que mantiene vivo el equilibro artístico que presenta también en “Pop”, serie de 2018. “Me fascina la estética de los 80, con sus contradicciones y adicciones”, reconoce. Atractivos y singulares formatos, modulares, de corte minimalista basados en míticos personajes comerciales de factoría animada, soporte en negativo. Donde destaca el poder subliminal de la imagen.
No olvida esta abultada revisión, de ida y vuelta, los pinitos en 1987 bajo el titulo “1985” y la frescura creativa de retratos, instalación interactiva que plantea un poderoso reto jerárquico, en madera y óleo (13), de una sociedad grotesca, casposa, de oscuras criaturas. “Un reflejo del imaginario cotidiano, mezcla de realidad y dictadura”.
Todo ello paras volver al punto de partida. Al origen, a la ecléctica pieza que revela la esencia del autor verdadero que supone un punto y seguido en esta sensacional trayectoria hasta la fecha y donde la relación obra espectador es lo que prima.
César Serna
Datos útiles
Retrospectiva, Rodrigo Nevsky.
Galería Montsequi, c/Alonso Cano, 42 (Madrid).
Hasta el 30 de junio de 2023.