Basura y arte, dos almas que reclaman vivir sin juicios ni etiquetas

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El periodista, fotógrafo y escritor español Julio Ocampo ha inaugurado su faceta de artista exponiendo su primera obra en el Museo dell’Altro e dell’Altrove di Metropoliz, un espacio ocupado de la periferia este de Roma convertido en centro de arte contemporáneo

La obra El cuadro de los ciegos es una composición de los dos fenómenos más antiguos de la urbe capitolina: la basura y el arte. De hecho, consiste en enmarcar un enorme contenedor de basura para precisamente aunar dos conceptos que personalizan la ciudad. Dos almas que piden no ser juzgadas o etiquetadas, sino vivir en paz.

«Nadie ha querido ver este cuadro metafórico. El monumento, el arte y la basura son las grandes esencias de la ciudad. ¿Quiénes somos para decir que uno es bueno y el otro es malo? Hay que huir de la polaridad y buscar la integración», afirma el autor, quien contó con la ayuda de varios entes y personas para dar a luz una obra de arte no exenta de polémica en una ciudad que cada día es noticia por sus problemas de convivencia con la basura.

«Quiero dar las gracias a Isabel Martín por ayudarme a montar esta especie de performance. También al videomaker Daniele Sonnino y al diseñador gráfico Óscar Münchausen. Por supuesto al museo y al ente Ama, Roma por regalarme el contenedor».

La particularidad de esta obra, además, es el lugar donde se encuentra: un centro de arte contemporáneo donde viven aproximadamente doscientas personas sin techo. Un crisol de culturas que se mezclan incluso con los turistas que cada semana lo visitan (abre los sábados a las once).

Está ocupado desde 2009, y cuenta con importantes grafitis de Kobra, Borondo o Lucamaleonte, una sensacional idea de su director, Giorgio de Finis, para proteger y custodiar la ocupación con el arte. Sin juicios ni etiquetas. 

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