Abel Jaramillo y el duende en el Centro Lorca

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En la exposición «Un sonido negro», este joven creador aborda la memoria, el amor y la muerte tomando la referencia del duende a través de las vinculaciones entre la obra del poeta García Lorca y la producción escénica y cinematográfica de Celestino Coronado. Hasta el 29 de octubre en el Centro Federico García Lorca de Granada en colaboración con el FACBA

En 1933, Federico García Lorca desarrolló en una conferencia titulada Juego y teoría del Duende una serie de ideas en torno a la teoría estética y los procesos de creación artística, una sucesión de elementos y referencias sobre su manera de entender el duende. En uno de estos ejemplos, habla del cantaor Manuel Torre, del que dice que, mientras escuchaba el Nocturno del Generalife de Falla, sentenció: «Todo lo que tiene sonidos negros tiene duende».

La exposición Un sonido negro de Abel Jaramillo, en el Centro Federico García Lorca (Granada), toma esa referencia del duende para abordar la memoria, el amor y la muerte a través de las vinculaciones entre la obra del poeta y la producción escénica y cinematográfica de Celestino Coronado (Puebla de Sancho Pérez, Badajoz, 1944 – Londres, 2014), cineasta que mantuvo estrechas conexiones con la música, la literatura y el teatro en sus películas, la mayoría hoy, perdidas u olvidadas.

Presentación de la muestra de Abel Jaramillo «Un sonido negro» en el Centro Federico García Lorca. Fotografía: José Antonio Albornoz.

Entre sus trabajos más destacados, se encuentra Duende. Poema fantástico para Federico García Lorca, un espectáculo desarrollado junto a la compañía del mítico actor y bailarín Lindsay Kemp, de la que Coronado era director asociado. Duende es un poema fantástico, una propuesta escénica en homenaje a Lorca que, lejos de ser un recorrido biográfico, explora de manera experimental la estética radical en su poesía a través de la mímica, la música y la potencia visual que caracteriza a la compañía de Kemp. 

Duende. Poema fantástico para Federico García Lorca supone una de las obras más atormentadas de la Lindsay Kemp Company, una ensoñación simbólica del universo lorquiano donde la potencia del gesto y la palabra, unida a la música del compositor chileno Carlos Miranda (Chile, 1945 – El Valle, Granada, 2016) hacía relucir el imaginario del poeta. Tras su estreno en 1980 en Roma, el crítico Tomasso Chiaretti dijo: «Duende es el homenaje más original y espectacular que jamás se haya presentado de García Lorca […] una tragedia más antigua, una tragedia de la que proceden Góngora y Goya». Una tragedia antigua, de raíces profundas, ese sonido negro atravesado por el duende, ese lugar de creación donde, diría Lorca: «Hay una barandilla de flores de salitre, donde se asoma un pueblo de contempladores de la muerte».

Nocturno. Relato fantástico para Celestino Coronado 2, Abel Jaramillo, 2020. Cortesía del Consorcio Centro Federico García Lorca.

A partir de esta idea del duende, Un sonido negro plantea maneras de hacer memoria a través de imágenes y relatos que parpadean en las sombras: la herencia, las raíces y los ecos del pasado que aún resuenan en el presente. La muestra, que se podrá visitar hasta el próximo 29 de octubre, forma parte de una colaboración entre el Consorcio Centro Federico García Lorca y el FACBA (Festival de Artes Contemporáneas la Universidad de Bellas Artes de Granada) que busca apoyar a los artistas emergentes.

El artista

Abel Jaramillo, nacido en Badajoz en 1993, es Graduado en Bellas Artes por la Universidad de Castilla la Mancha y la Universida de de Lisboa (Portugal) y Máster en Arte Contemporáneo, Tecnológico y Performativo en la Universidad del País Vasco. 

Desarrolla su trabajo a través de la búsqueda de estrategias que alteren o subviertan la lógica habitual de entender diferentes contextos. Se interesa por las grietas de la historia, los relatos en los márgenes, cómo se producen y construyen los discursos y las tensiones políticas que se proyectan en lo cotidiano.

El artista Abel Jaramilla en la presentación de «El sonido negro». Fotografía: José Antonio Albornoz.

Su práctica se centra en las fricciones y disensos que se producen al poner en diálogo sucesos, acciones e imágenes que revelan relaciones históricas, conflictos presentes y especulaciones futuras. Mediante procesos híbridos que incluyen vídeo, instalación, performance, escultura, texto y fotografía, investiga sobre la construcción de la historia desde abajo, la producción de discursos o la relación entre relatos, territorios, márgenes y periferias.

Datos útiles

Un sonido negro. Abel Jaramillo

Centro Federico García Lorca (Granada)

Hasta el 29 de octubre de 2020

Entrada gratuita hasta completar aforo

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