Desde el pasado 11 de mayo, la obra del poeta está protegida como Bien de Interés Cultural (BIC) según una resolución de la Dirección General de Patrimonio Histórico y Documental. Una decisión que protege los archivos, documentos y todas las pertenencias del poeta y garantiza su unidad y su conservación en óptimas condiciones
El legado está integrado por un conjunto de documentos originales, manuscritos autógrafos de su obra poética, dramática o en prosa, libros, dibujos, cuadros y grabados, cartas y fotografías, discos y partituras, documentos personales, administrativos o programas, entre otros elementos fechados entre 1909 y 1936.
Con la protección de este legado se preserva además la biblioteca personal del escritor, compuesta por ediciones de sus obras editadas en vida, ediciones de época y revistas literarias que reflejan su quehacer intelectual, su trayectoria creativa, sus inclinaciones y gustos estéticos, las influencias y el ambiente en el que vivió. A este patrimonio se suman otros bienes muebles como decorados, bocetos para carteles o figurines realizados por Salvador Dalí, Manuel Ángeles Ortiz, José Caballero, Benjamín Palencia, Emilio Grau, Ismael González de la Serna o Ramón Gaya, entre otros.
La Fundación Federico García Lorca, como institución privada sin ánimo de lucro, se creó en 1984, por Isabel García Lorca, hermana del poeta y sus seis sobrinos, que donaron a la Fundación todos los documentos que en ese momento poseían, constituyendo el núcleo del actual Archivo.
A finales de junio de 2018 se trasladó desde su anterior ubicación en la Residencia de Estudiantes de Madrid al Centro Federico García Lorca en Granada, asumiendo su conservación y custodia el Consorcio Centro Federico García Lorca, un ente público constituido por el Ayuntamiento de Granada, la Junta de Andalucía, el Ministerio de Cultura y la Diputación Provincial de Granada. Los bienes que forman parte del legado fueron inventariados por la Fundación Federico García Lorca.