Por primera vez, padre e hijo, Mariano y M. Jerónimo, arquitectos y escultores, muestran sus obras conjuntamente en una exposición en Ansorena Galería de Arte que podrá verse hasta el 12 de noviembre. Bajo el título Caretta Caretta, los artistas explican a través de su piezas un mundo ficticio en el interior de una tortuga
Mariano Vilallonga (Madrid, 1952) mezcla objetos del día a día con el bronce, la chapa, la madera y el vidrio. Este arquitecto de profesión y escultor vocacional, es capaz de representar en sus esculturas todo aquello que le rodea. Como buen observador y con altas dosis de sentido del humor e ironía, hace una crónica en tres dimensiones de la vida cotidiana.
M. Jerónimo Vilallonga (Madrid, 1990) mantiene en paralelo el arte y la arquitectura, en ambas disciplinas sigue una misma línea que juega con la ficción y la realidad. Esto se refleja en sus bronces y dibujos, donde crea un imaginario propio lleno de seres fantásticos y alegóricos que no dejan de ser fruto de la observación del mundo que le rodea. Su iconografía se convierte en una suerte de “bestiario” con tendencia a una crítica ingenua de tintes cómicos.
En la actual exposición, bajo el título de Caretta Caretta, intenta explicar a través de las piezas que componen la muestra un mundo ficticio en el interior de una tortuga, algo que viene relacionado con su anterior proyecto La non trubada, un trabajo de animales imaginarios, habitantes de una isla fantasma canaria, con el que fue finalista en los Premios Archiprix Internacional.
En resumen, dos maneras de entender la escultura, dos miradas de distintas generaciones unidas por un material, el bronce, y un apellido, Vilallonga: “Juntos pero no revueltos”.