One Shot Hotels acogen en sus hoteles de Madrid tres exposiciones de los artistas visuales Jesús Chamizo y Gracia Leceta, que plasman en sus instantáneas una arquitectura relacionada con lo emocional y la vida de los artistas callejeros, respectivamente, y la diseñadora Irene Infantes, que trabaja con técnicas artesanales como la serigrafía y el fieltro con agujas para crear formas geométricas y siluetas
Si tradicionalmente para ver exposiciones acudimos a museos, fundaciones o galerías, cada vez es más habitual que el arte se exponga también en otros lugares como restaurantes, tiendas, espacios efímeros o, como en este caso, hoteles que cada vez se suman más a apoyar a los creadores noveles o emergentes. En esta línea, el grupo One Shot Hotels apuesta por dar cabida en sus espacios a la creación contemporánea que muestra en varias exposiciones anuales. Ofrecemos un resumen de las tres muestras que acogen en Madrid.
Gracia Leceta: En el umbral de lo visible (C/Salustiano Olózaga 4, hasta el 5 de junio)
Este proyecto de Gracia Leceta, seleccionado por One Shot Projects en la convocatoria de 2018, aúna diferentes series fotográficas en las que la artista aporta otras miradas a realidades con poca visibilidad, muchas veces alejadas de las centralidades discursivas.
Comunidades agroecológicas, artistas callejeros, personas que viven viajando… A través de la fotografía analógica, cuyos ritmos son pausados y selectivos, las imágenes están cargadas de un pulso diferente al habitual en nuestra vida contemporánea.
Las imágenes de Gracia Leceta están construidas durante procesos de inmersión completa en los contextos que trata: desde la cotidianidad en diferentes momentos de su vida y desde la creencia en el potencial transformador que tiene lo experiencial y personal en nuestra conformación como sujetos ciudadanos.
Despierta en ella gran interés el componente fotosensible, la plata, el carácter intemporal que otorga a los referentes, y, por último, el contacto directo (por medio de la luz) entre la pieza final y la realidad que captura en un instante decisivo.
Irene Infantes: 2.032 Km (C/ Fortuny 7, hasta el 24 de junio)
El título de 2.032 km hace referencia al nexo, al hilo conductor, entre el material con el que la obra se ejecuta y la inspiración propia de cada pieza. Ambos aparentemente diferentes pero similares al mismo tiempo por encontrarse sometidos a la infravaloración de una sociedad pragmática, amante de lo efímero y de usar y tirar. Este proyecto pone en valor los valores olvidados y el camino que siguen, incrementando el valor de lo imperceptible.
Las ovejas merinas, muy apreciadas por su lana fina, tienen su origen en España. Hoy en día, debido a los costos de producción y las regulaciones del agua, tres cuartos de la lana merino producida en España se vende a China para su procesamiento y desde allí se vende a empresas españolas. Es un proceso ilógico y de gran consumo de energía que también reduce el control creativo de las empresas nacionales sobre uno de sus materiales más tradicionales.
Creada en colaboración con un productor de lana merino en España, en 2.032 km la artista sevillana utiliza técnicas artesanales que incluyen la serigrafía y el fieltro con agujas, transformando las tradiciones para crear textiles a gran escala.
El detalle de las formas geométricas enfatiza el elemento estructural de las siluetas, mientras que la paleta de colores con acento en negrita hace referencia a la inspiración detrás de los diseños, las fotografías de tesoros olvidados que quedan en las calles de Londres, lo que refuerza la idea de los valores ocultos de las cosas.
Jesús Chamizo: Construyendo imágenes (C/ Prado 23, hasta el 31 de abril)
Vinculado a las artes visuales desde muy joven, Jesús Chamizo desarrolla su investigación y trabajo en distintos ámbitos fotográficos, aunando en todos ellos concepto, técnica y creatividad. Su trabajo es cada vez más personal, y recoge premios por todo el mundo.
En este camino ha encontrado otras formas de expresión y, sobre todo, de mostrar la arquitectura, a través de imágenes basadas en las emociones y abriendo la mente a nuevos espacios que se mueven en una dimensión distinta a la habitual.
Su pasión por el arte y la arquitectura se alían para crear imágenes que separándose de lo real, transforman espacios y formas conocidas. Y este es el hilo conductor de su trabajo artístico más reciente, la relación entre el ser humano y su entorno, cómo el uno influye en el otro y cómo ambos se pueden llegar a transformar y proyectarse hacia otro universo paralelo.
“Utilizo la imaginación y la fantasía como herramientas para mostrar esa otra realidad, como una especulación que, basándose en el conocimiento de lo real, nos muestra nuevos escenarios, haciendo que lo improbable sea posible”, comenta Chamizo sobre su trabajo.