Con el apoyo de la Fundación Amigos del Museo del Prado y la Fundación Botín, el Museo del Prado ha adquirido, por 85.000 euros, la última carta conocida que el pintor de Fuendetodos escribió al empresario aragonés, fechada el 10 de noviembre de 1790. La misiva, escrita apresuradamente, muestra la preocupación del artista por su hijo que había contraído la viruela y contiene dos dibujos, un corazón ardiente y dos pequeñas figuras
Esta nueva adquisición contribuye al enriquecimiento de las colecciones del Museo del Prado y constituye un documento fundamental para el conocimiento de Francisco de Goya como artista y ser humano en la década de 1790, ya que se conservan muy pocos ejemplos de estos años. La carta fue adquirida el 3 de julio de 2017 por José María Cervelló en la subasta de Christie’s, Londres. Bibliógrafo y miembro de la Fundación Amigos del Museo del Prado, la biblioteca y colección de estampas de Cervelló forman parte de los fondos del Prado desde 2003. Tras su muerte, esta carta pasó a sus herederos a quienes el Museo Nacional del Prado, la Fundación Amigos del Museo del Prado (Círculo Velázquez, comisión de dibujos y estampas) y la Fundación Botín han adquirido.
Martin Zapater, empresario aragonés de ideas ilustradas, amigo de Goya desde niño, mantuvo con el pintor una intensa correspondencia, en concreto 147 cartas, correspondientes al periodo que va desde 1775 a 1799, fecha de la última.
Con esta adquisición el Museo del Prado concluye la compra de las cartas de Goya que empezaron a ser recopiladas en 1976 cuando Javier de Salas dirigía el Museo del Prado. Entonces, el primer lote de 61 documentos fue comprado a la marquesa de Casa Riera; en 2000, en tiempos de Fernando Checa, se adquirió otro lote de 40 misivas en la sala Finarte de Madrid, propiedad hasta ese momento de María Brey, viuda de Rodríguez Moñino. Más recientemente, en 2004, la pinacoteca adquirió otras 19 procedentes de la colección del marqués de Casa Torres, y en 2008, en una compra directa a Carlos de la Herrán, se adquirió una de las cartas más antiguas conocidas, la tercera. Finalmente, en 2009 se adquirió a la heredera de José María Cervelló la carta de Goya a Joaquín Ferrer. Aunque no forma parte del grupo de cartas a Martín Zapater, se trata de una de las cartas más interesantes escritas por Goya. No solo por los asuntos de los que habla, directamente relacionados con los Toros de Burdeos, los Caprichos y las miniaturas sobre marfil, sino también por expresar su estado físico y emocional en estos últimos años de vida en Burdeos. De este modo, el Museo del Prado atesora el 90 por ciento de las cartas del artista. El 10 por ciento restante está en colecciones como la de la Fundación Lázaro Galdiano o la del Museo de Bellas Artes de Zaragoza y otras se encuentran en paradero desconocido.
Esta relación epistolar, que se prolongó durante más de veinte años, constituye una de las fuentes principales para conocer la vida del pintor. De su lectura en algunos medios ha surgido la idea de la supuesta homosexualidad del pintor que para los responsables del Prado no hay ningún dato que avale este hecho, lo que sí está demostrado es su extraordinaria amistad y su nivel de intimidad como muestran la variedad de dibujos satíricos, indecorosos y también convencionales: bocas, ojos, orejas y también penes.
La carta que se acaba de adquirir parece estar escrita al poco de llegar a Madrid tras un inesperado viaje a Zaragoza para visitar a Zapater el 12 de octubre de 1790, acompañado de su amigo José Yoldi. Goya se hospedó en casa de Zapater, según dice este en su correspondencia con el hermano de Yoldi, Joaquín, que vivía en Buenos Aires, y regresó a Madrid el 4 de noviembre. En la carta, Goya le expresa a su amigo su inquietud al encontrar a su hijo en Madrid “hecho un monstruo, hinchado, lleno de viruelas”. En el encabezamiento, Goya dibuja un corazón inflamado de amor, y al finalizar aparece otro dibujo, peor conservado, de dos figuras abrazadas, una parece cargar con la otra a cuestas. Los expertos del Prado consideran que Goya quería expresar que se sentía “como una carga” para su amigo.
Polémicas aparte, esta carta es significativa de la primera parte de la carrera de Goya. A esta etapa pertenecen el Cuaderno italiano, los dibujos preparatorios para sus pinturas y cartones de tapices, los contenidos en las cartas a Martín Zapater y los relacionados con el grabado, que estos años culminan con los dibujos preparatorios para los aguafuertes basados en las pinturas de Velázquez.
Una adquisición que se enmarca en un proyecto mucho más grande. Pues junto con la publicación del estudio analítico de su correspondencia y varios dibujos y bocetos preparatorios que comprenden el periodo de 1771-1792 de la producción del artista, el Museo del Prado y la Fundación Botín están elaborado un nuevo catálogo razonado de Goya. Estará formado por cinco volúmenes de los cuales ya se ha presentado el segundo de ellos en el Centro Botín de Santander. El catálogo razonado se presentará en su totalidad con gran brillantez en una extraordinaria exposición monográfica el 19 de noviembre de 2019 en el mismo Museo del Prado, fecha en que se conmemora el bicentenario de la apertura al público de la pinacoteca nacional.
Carla TORRES