De animales y seres humanos

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Comisariada por Nekane Aramburu, una exposición en Es Baluard (Palma de Mallorca) indaga en cómo la estética se ha acercado al mundo animal (a lo largo de la historia son miles las obras de arte que los han representado) a través de las obras de 39 artistas, desde Goya a Damien Hirst, pasando por Picasso, Miró, Miquel Barceló, Eulàlia Valldosera o Amparo Garrido. Hasta el 3 de febrero

La relación entre los humanos y los animales, nuestros compañeros, es tan antigua como la vida misma. Nos han acompañado, nos ha ayudado, nos han salvado de catástrofes. Han sido fuerza de trabajo y nos han servido de alimento, en un equilibrio que ha servido para la evolución de la historia también. Pero un equilibro que se ha visto roto muchas veces, cuando la ambición y la falta de sensibilidad de los humanos ha ido a un más allá depredador. En la actualidad muchos/as somos conscientes de la necesidad de mantener una relación cordial, otros/as no lo ven así y se han lanzado a la destrucción de las especies. Craso error.

Como en otros aspectos de la vida social/política, los y las artistas se han concienciado de la necesidad de recuperar ese equilibrio, de conservar las especies, de darles a los animales (no humanos) el lugar que se merecen como compañeros de viaje, y han denunciado con su trabajo situaciones injustas y crueles. A este interés obedece en gran medida la muestra Ellos y nosotros que Nekane Aramburu ha comisariado para Es Baluard. Una muestra que abunda en esas relaciones desde los cambios sociales que se han producido, cómo la estética se ha acercado al mundo animal (a lo largo de la historia son miles las obras de arte que los han representado), las líneas de pensamiento, la legislación vigente que los protege, documentales o iconografía.

Sobre estas líneas, Sin título, de la serie Matances, por Joan-Ramon Bonet, 1991. Arriba, No digas nada, vídeo que forma parte del proyecto De lo que no he querido hablar, por Amparo Garrido, 2006.

La amplia e interesante nómina de artistas llega a 39 participantes, desde Goya a Damien Hirst, pasando por Picasso, Miró, Miquel Barceló, Eulàlia Valldosera o Amparo Garrido. Todos y todas se han acercado a este tema desde su trabajo, abordando distintas posturas. Los diferentes momentos históricos y artísticos de estos/as creadores/as enriquece aún más la exposición y sus planteamientos, aportando una visión extremadamente amplia y ambiciosa.

Para organizar el discurso, la muestra se articula en varios ejes temáticos: la economía, el ocio y los oficios, lo doméstico y lo afectivo, el deporte y el circo, mitos y tradiciones, la tortura y la caza, la alimentación o la bioética. El proyecto integra el complejo cultural del museo Es Baluard con las dinámicas de su entorno próximo, peculiaridades y avances que se han ido promoviendo desde el ámbito balear, analizando el presente y mirando hacia el futuro.

El amplio recorrido histórico que hace la selección de obras nos lleva desde esas representaciones y perros y otros animales domésticos, que habitualmente acompañan a monarcas en sus representaciones áulicas y a niños en sus juegos, como Adriaen Cornelisz Beeldemaker o Bartholomew Dandridge, hasta el citado Goya. Lo que parece que sí ha evitado la comisaria es la representación de los bodegones, donde aparecen muertos y convertidos en exhibición de la opulencia del barroco, aunque sí aparecen como alimento, por ejemplo en la obra Sin título, de la serie Matances (1991) de Joan-Ramon Bonet.

Retrato de niño con perro, por Adriaen Cornelisz Beeldmaker, 1674, óleo sobre lienzo, 86,4 x 73,7 cm, Dutch School.

Como ya he apuntado antes, la nómina de artistas contemporáneos es muchos más amplia, como el vídeo No digas nada de Amparo Garrido, una obra que forma parte de un trabajo mayor bajo el título De lo que no puedo hablar (2006), que aborda la comunicación no verbal. Un extenso trabajo de campo que la llevó durante un año al zoológico de Madrid para establecer una conexión diaria con los gorilas. Son como dobles retratos donde aparece Garrido y el gorila. Paloma Navares muestra una obra de 1984 en la que aparece un tigre enjaulado, advirtiendo sobre la tristeza del cautiverio, o el cuadro con una ballena varada en una playa de Esaias van de Velde que se ha colocado junto a los vídeos de Eulàlia Valldosera, Penélope tiene voz, seis videomensajes de las especies animales de la Antártida, su último trabajo psíquico. Eugenio Ampudia plantea una cierta mirada histórica en la que recuerda las plagas que se ha sufrido el planeta ilustrándolo con una instalación de cucarachas.

Otras obras pueden ser más “lúdicas”, como la de Joana Vasconcelos, Conchita, que recoge su forma habitual de trabajo, envolver piezas cosidas con telas o encajes. En este caso, recubre un cangrejo de cerámica realizado por Rafael Bordalo Pinheiro. Como también puede serlo la instalación audiovisual interactiva de Marcel·lí Antúnez Eskizos (2017).

Paisaje de interior con figura, por Paloma Navares, 1985-86, vídeo analógico color (1984), proyección, sala oscura con espejos laterales.

Desde hace algunos años se están operando cambios significativos e interesantes tanto en las exposiciones institucionales como en las curadurías independientes, cambios que llevan a configurar una nueva forma de elaborar el discurso de las muestras, abordando campos que entran más en lo social/político desde el compromiso que en lo puramente estético o artístico, o tal vez aprovechando esto último para plantear lo anterior. A esto creo que obedece este proyecto de Nekane Aramburu. Tal vez no sea tanto crear una exposición “sobre animales”, que se podría hacer de muchas formas, sino hacer de la muestra un espacio de reflexión, un constructo que nos interroga sobre nuestro compromiso en la conservación del medio ambiente, con el equilibrio en y con la Naturaleza. Este tipo de trabajos no guardan únicamente relación con la historia del arte sino que, al intervenir en el ámbito público, se transforman de inmediato en una toma de posición y, por tanto y en sentido amplio, en un acto político. En este sentido, también, Ellos y nosotros presenta la relación simbiótica y a su vez contradictoria entre el mundo animal y las sociedades humanas.

La comisaria plantea establecer un análisis desde la conciencia social y cultural mirando desde la óptica de los humanos y de los animales no humanos.

Eskizos, por Marcel·lí Antúnez, 2017, instalación audiovisual interactiva.

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