Humberto Rivas: la huella del tiempo

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La Fundación Mapfre acoge en su sala de Bárbara de Braganza (Madrid) una retrospectiva que estudia en profundidad el trabajo de este artista fundamental en la fotografía creativa española y creador de una nueva forma de documentar. Un recorrido desde los años sesenta del siglo pasado hasta 2005 a través de 180 obras y material de archivo. Hasta el 5 de enero

Humberto Rivas (1937-2009) fue un autor crucial para el desarrollo de la fotografía en España a partir de la primera mitad de los años setenta, cuando llegó a Barcelona procedente de Argentina. El artista se inició como dibujante y como pintor de la mano de Rubén Corrado, director de la agencia de publicidad en la que Rivas entró a trabajar en 1956. Es, además, en esos años cuando el fotógrafo tuvo su primer contacto con el cine, aunque no sería hasta 1973 cuando rodara su único cortometraje. Durante la década de 1960 participó en varias exposiciones de pintura. En 1967 obtuvo una segunda mención en el premio George Braque de pintura, celebrado en Buenos Aires, y ese mismo año el MoMA adquirió un dibujo suyo, Autorretrato desesperado (1966).

Sobre estas líneas, Violeta la Burra y su madre, 1978, fotografía a las sales de plata, 30 × 30 cm, espaivisor, Valencia. Arriba, de izquierda a derecha, María, 1978, fotografía a las sales de plata, 25 × 25 cm, Barcelona, Archivo Humberto Rivas, y Alberto, 1979, fotografía a las sales de plata, 26 × 26 cm, Barcelona, Archivo Humberto Rivas. Todas las fotografías © Asociación Archivo Humberto Rivas.

Al tiempo que se dedicaba a la pintura practicaba la fotografía. Entre 1956 y 1960 formó parte del Grupo Forum, un colectivo que aplicaba las ideas del fotógrafo alemán Otto Steinert sobre la fotografía subjetiva y que defendía la importancia de esta disciplina como medio de expresión, más allá de lo documental.

Los miembros de este grupo reivindicaron que la fotografía fuese considerada arte y los fotógrafos artistas. Humberto Rivas entraba así en contacto con principios como los de la libertad de creación individual, la indagación visual y el recurso a la experimentación, que darían lugar al establecimiento de un lenguaje fotográfico propio y reconocible.

Entre el 1970 y 1971, Rivas trabajó como fotógrafo en el Teatro Municipal General San Martín de Buenos Aires, y entre 1970 y 1973 en el Centro de Investigaciones en Comunicación Masiva, Arte y Tecnología, al tiempo que abría su propio estudio de fotografía donde realizaba trabajos publicitarios.

El fotógrafo ruso Anatole Saderman, que se había establecido en Argentina en 1930 y que adquirió gran prestigio como retratista del mundo artístico, cultural y la alta sociedad argentina, fue crucial en la evolución de Rivas. Saderman tenía una manera muy propia de entender el retrato que Rivas siempre destacó.

Norte, 1975, fotografía a las sales de plata, 17 × 12,5 cm, Barcelona, Archivo Humberto Rivas.

En 1972 realizó con María, su mujer, y la escritora Nelly Schnaith un viaje al norte de Argentina, a las localidades de Tucumán, Salta y Jujuy. Allí realizó una serie de fotografías que posteriormente tituló Norte. Fotografió de manera espontánea aquello que llamaba su atención, registrando sin saberlo los distintos temas sobre los que volvería posteriormente: el travesti disfrazado, los muros resquebrajados, retratos de los habitantes del pueblo y paisajes entre la bruma del amanecer o al atardecer.

Como decíamos antes, en 1976, Humberto Rivas se traslada a Barcelona, ciudad donde había abierto sus puertas en 1973 la galería Spectrum, único espacio en España en el que se mostraba fotografía. Entre el joven grupo de fotógrafos catalanes que exponían allí en este espacio estaban Toni Catany, Pere Formiguera, Manel Esclusa, Josep Rigol y Joan Fontcuberta, quienes buscaban una alternativa distinta al documentalismo que predominaba en el contexto fotográfico de los años cincuenta y sesenta en la Península. El fundador de esta galería, Albert Guspi, junto con su mujer, Sandra Solsona, fue un importante dinamizador de la cultura fotográfica en España y puso además en marcha en 1975 el Grup Taller d’Art Fotogràfic, que funcionaba, entre otras cosas, como escuela de fotografía, y, posteriormente, en 1978, crearía el importante Centre Internacional de Fotografia Barcelona, conocido como CIFB, que funcionaría hasta 1983.

Marcial, 1977, fotografía a las sales de plata, 25,5 × 25,5 cm, Barcelona, Archivo Humberto Rivas.

El ímpetu de los jóvenes fotógrafos reunidos en torno a la galería Spectrum, a los que se unió Humberto Rivas, buscaba llevar la fotografía al estatus de obra de arte, y en consecuencia, alcanzar para el fotógrafo la consideración de creador de imágenes desde una visión subjetiva y personal, en un momento en el que, pese a la existencia de importantes revistas centradas en esta visión de la fotografía como AFAL y Nueva Lente, no podía hablarse de fotografía creativa española (como tampoco existía un mercado de la fotografía), lo que obligaba a la referencia constante a fotógrafos norteamericanos y europeos.

Londres, Inglaterra, 1979, fotografía a las sales de plata, 26 × 26 cm, Barcelona, Archivo Humberto Rivas.

Rivas conectó enseguida con Albert Guspi, quien el mismo año de la llegada del argentino a Barcelona le ofreció participar en el Taller Mediterráneo de Fotografía, celebrado entre julio y septiembre en Cadaqués. Posteriormente, Guspi le invitó a exponer en la galería Spectrum en dos ocasiones durante el primer semestre de 1977. Con estas exposiciones Rivas se dio a conocer en el pequeño pero motivado mundo alrededor de la galería Spectrum. Seguidamente se vinculó como docente al Grup-Taller d’Art Fotogràfic, donde impartió un seminario sobre el retrato. Entre sus alumnos estaba Manolo Laguillo, quien se convertiría en su amigo y con el que, en los años siguientes, saldría a fotografiar la Barcelona periférica.

Inicio del color

Valencia, 1987, Cibachrome, 27,5 × 35,5 cm, Barcelona, Archivo Humberto Rivas

La fotografía a color moderna se basa en varios procedimientos de revelado: el cromogénico, mediante el cual se obtiene una copia positiva en color a partir de un negativo en color, y el Cibachrome, marca comercial con la que se conoce este procedimiento de copia directa de positivo a positivo, es decir, de una diapositiva a un soporte fotográfico, que en este caso es de poliéster y no el tradicional de papel.

Valencia, 1987, Cibachrome, 48,1 × 24 cm, Barcelona, Archivo Humberto Rivas.

Con la aparición del Cibachrome en España, a principios de los ochenta, Humberto Rivas abandonaría el procedimiento cromogénico a favor del primero, que utilizaría en la realización de una serie de paisajes urbanos centrados preferentemente en esquinas y tiendas cerradas, en su mayoría tomados en 1986 con cámara de medio formato. En estas imágenes vemos las características habituales de sus paisajes urbanos: señales de tráfico, paredes desconchadas, fachadas pintadas. Elementos todos ellos que remiten a la huella del pasado y la memoria. La técnica del Cibachrome le ofrecía mayor estabilidad de la imagen y mejor calidad cromática, pero implicaba altos costos y generaba mucha contaminación.

Un proyecto de vida

Humberto Rivas fue un artista de un solo proyecto: sus fotografías, ya fuesen retratos, paisajes o bodegones, fueron el resultado del trabajo compacto y coherente que desarrolló a lo largo de su trayectoria como fotógrafo.

Vic, 1984, fotografía a las sales de plata, 36,1 × 49,9 cm, Barcelona, Museo Nacional de Arte de Catalunya. Donación del artista en 2006.

Aunque en su producción apenas se observan cambios en el planteamiento conceptual, en lo que se refiere a su aspecto formal podemos destacar algunas variaciones técnicas que influyen en las características de su obra. Mientras que para las arquitecturas utilizó como iluminación esa luz tamizada, sin dureza, de las primeras horas de la mañana o últimas del día, en los retratos optó por una luz dura, propiciada por el uso de fondos negros que, después del año 1995, salvo contadas excepciones, se impondría en las fotografías de esta tipología. Es en esos momentos cuando realizaría dos nuevas series de retratos que marcarían cambios importantes en su obra: retratos de cuerpo entero de mujeres y las composiciones en cruz, en las que el cuerpo aparece fragmentado en varias imágenes que a su vez se recomponen para formar una sola. Ambas series deben ser vistas como el resultado de una larga experimentación en la que se revela como vital su idea de recurrir no a cualquier persona sino a una específica.

Los años de 1996 y 1997 fueron muy importantes en cuanto a su reconocimiento como artista. En 1996 ganó el Premio Artes plásticas de Ciudad de Barcelona y en 1997 el Premio Nacional de Fotografía.

Luci, 1990, fotografías a las sales de plata, 38,3 × 38,3 cm c/u, cortesía de la Fundación Foto Colectania, Barcelona.

La retrospectiva de la Fundación Mapfre, comisariada por Pep Benlloch, presenta el trabajo de Rivas de manera cronológica, 180 obras y material de archivo desde los años sesenta hasta 2005. Cuenta con préstamos de copias de época en su mayoría procedentes del Archivo Humberto Rivas (Barcelona), así como de las principales colecciones y museos que albergan obra suya en sus fondos: MNAC-Museu Nacional d’Art de Catalunya, IVAM-Instituto Valenciano de Arte Moderno, Fundació Per Amor a l’Art, MNCARS-Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Fundación Foto Colectania y Fundación Mapfre.

Su obra fotográfica abarca tanto paisajes como retratos, clasificación, sin embargo, con la que nunca se sintió cómodo y a la que nunca quiso someterse. Creador de una nueva forma de documentar, sus imágenes buscan plasmar la huella del tiempo y de la memoria con un estilo sobrio y sencillo que invita al diálogo y la reflexión con el espectador.

Buenos Aires, 1990, fotografía a las sales de plata, 45,5 × 30 cm, Barcelona, Archivo Humberto Rivas.

Después de su presentación en Madrid, la exposición viajará a la sala La Nau de la Universidad de Valencia y a la Fondation A Stichting de Bruselas. El catálogo que acompaña a la exposición cuenta con un texto de Valentí Roma, director de la Virreina, Centre de la Imatge de Barcelona; Wim Cuyvers, arquitecto belga; la reedición de una entrevista ya publicada en 1991 entre Humberto Rivas y Manolo Laquillo; una completísima biografía de Juan Antonio Aristazábal, y un texto del propio comisario Pep Benlloch.

Granollers, 1983, fotografía a las sales de plata, 26 × 33 cm, Archivo Humberto Rivas. Cortesía espaivisor, Valencia.

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