Desde su fundación en 1908, la pinacoteca ha reunido una colección de notable calidad con una cronología que se extiende desde el siglo XIII hasta el XX. En su recorrido esencial se incluyen obras de grandes maestros como el Greco, Goya, Gauguin o Chillida. La muestra permancerá abierta al público hasta el 17 de septiembre
El próximo 5 de octubre, el Museo de Bellas Artes de Bilbao cumple sus ciento diez años de existencia. Desde su fundación en 1908 hasta nuestros días, ha reunido una colección de reconocida calidad con un desarrollo enciclopédico y una cronología principal que se extiende desde el siglo XIII hasta el XX. La colección comprende, a día de hoy, más de 14.000 obras de arte: 1.621 pinturas, 489 esculturas, 884 piezas de artes decorativas, 11.152 obras sobre papel y, junto a ellas, cerca de 3.000 piezas en depósito.
Destacan en ella una selecta nómina de artistas relevantes en la historia del arte occidental. Un recorrido esencial incluiría obras de Lucas Cranach el Viejo, Martin de Vos, el Greco, José de Ribera, Francisco de Zurbarán, Bartolomé Esteban Murillo, Orazio Gentileschi, Francisco de Goya, Joaquín Sorolla, Mary Cassatt, Paul Gauguin, Ignacio Zuloaga, Francis Bacon, Eduardo Chillida, Antoni Tàpies y Miquel Barceló, entre otros muchos. Además, el museo conserva, con más de 4.000 obras, la más amplia representación de artistas vascos, desde los pintores Adolfo Guiard, Darío de Regoyos o Aurelio Arteta hasta los escultores Jorge Oteiza y Eduardo Chillida, pasando por las más recientes realizaciones de la nueva escultura vasca.
Retrato de la condesa Mathieu de Noailles, de Ignacio Zuloaga, 1913. Óleo sobre lienzo, 152 x 195,5 cm. Museo de Bellas Artes de Bilbao.La exposición, que se presenta en la Sala BBK del museo y continúa en el piso superior, en la sala 32, reúne en orden cronológico 110 obras –pinturas, esculturas y una videocreación– seleccionadas con el objetivo de mostrar los principales núcleos de interés de la colección, sus maestros antiguos, modernos y contemporáneos. Tal y como explica el director del museo, Miguel Zugaza, en el texto del catálogo editado para la ocasión, “la selección responde a un criterio de calidad, sin duda, pero también a la intención de describir un panorama lo más completo posible según un criterio histórico y geográfico”.
El itinerario comienza con ejemplos significativos del románico catalán del siglo XIII, como la talla en madera policromada Majestad de Cristo en la Cruz, seguido por el Renacimiento y el manierismo de los siglos XVI y XVII, con obras destacadas de los flamencos Jan Mandijn, Martín de Vos o Lucas Cranach el Viejo, y el Greco. El Barroco español está representando al más alto nivel por Francisco de Herrera el Viejo, José de Ribera, Zurbarán o Murillo, entre otros. En el siglo XVIII están Goya y Luis Meléndez, y después llegan los artistas más contemporáneos.
El origen del museo
En el origen del museo se sitúa la iniciativa de un grupo de ciudadanos que creían firmemente que la prosperidad económica lograda gracias a la pujanza de la industria del hierro y la construcción naval debía ir por fuerza acompañada de un renacimiento cultural que alcanzara a todos los estratos de la población.
Esta aspiración se concretó en la creación de un museo y de una colección que sirvieran como instrumento principal para la consecución de ese fin educativo. En ese momento fundacional, la colaboración de coleccionistas como Laureano de Jado o Antonio Plasencia que, junto a otros, donaron, legaron o depositaron sus obras fue esencial para la génesis del museo.
Esta iniciativa cívica encontró pronto apoyo institucional por parte de los entonces denominados Ayuntamiento de la Villa y Diputación Provincial, que se sumaron a la colaboración particular depositando y adquiriendo obras con destino al nuevo museo (a estas instituciones fundadoras se unió, en 1991, el Gobierno Vasco). Pero, además, el proyecto contó con la adhesión de la numerosa comunidad artística local que, en esos años, formaba uno de los grupos más activos del panorama peninsular, conectado con los núcleos de la vanguardia europea. De Durrio a Zuloaga, de Losada a Arteta, el apoyo de los artistas a la creación y desarrollo del museo fue esencial y proporcionó desde el inicio un sesgo de contemporaneidad, que, en buena medida, se ha mantenido a lo largo de su historia.
Lavanderas en Arlés, de Paul Gauguin, 1888, óleo sobre lienzo, 74 x 92 cm. Museo de Bellas Artes de Bilbao.