Durante doscientos años, Flandes fue un excepcional foco artístico y cuna de grandes maestros como Pieter Bruegel el Viejo, Van Eyck o Rubens. El pasado junio se inauguró “Amberes Barroco 2018, Rubens inspira”, un amplio programa de exposiciones que arrancó con un gran homenaje a Rubens en Amberes y que se amplía a otras ciudades y otros artistas hasta 2020. Ofrecemos un estudio sobre el pintor y un recorrido por estas muestras, como la que dedica el MAS a Michaelina Wautier, una pintora del siglo XVII
Bruselas, Amberes, Brujas y Gante son algunas de las ciudades de Flandes incluidas en “Maestros Flamencos 2018-2020”, un proyecto que quiere dar a conocer el trabajo de sus artistas tanto de siglos anteriores como los más actuales. Así, el visitante podrá disfrutar tanto del mejor arte antiguo, siglos XV, XVI y XVII, como el más contemporáneo en un recorrido que abarca museos, iglesias, centros culturales u otros espacios de estas ciudades. Una oportunidad para conocer las obras de grandes maestros como Rubens, Pieter Bruegel el Viejo, Van Eyck, Adriaen Brouwer, Nicolaas Rockox, Frans Snyders o Balthasar Moretus.
Rubens, artista filósofo y cortesano
Peter Paul Rubens (1577-1640) nació en la ciudad alemana de Siegen (Westfalia), actual Alemania, en el seno de una familia calvinista flamenca. Unos años antes de nacer el pintor, en 1568, sus padres habían huido de Amberes a Colonia por las persecuciones religiosas. Dos años después de morir su padre en 1589, su madre, que se había convertido al catolicismo, regresó con su hijo a Amberes, ciudad en la que prosiguió con sus estudios de español, francés, alemán y latín con Rombaut Verdonck. Aunque, debido a los problemas económicos de la familia, tuvo que abandonar su formación y entrar como paje al servicio de la condesa Margaretha de Ligne-Arenberg, viuda de Philip II de Lalaing, en Oudenaarde.
Unos años más tarde, alrededor de 1592, comienza su formación como pintor en el taller de Tobias Verhaecht y posteriormente, aunque no se sabe las fechas exactas, prosiguió sus estudios de pintura con Adam van Noort y Otto van Venius, al que se puede considerae su maestro. Tampoco se conoce mucho sobre sus primeros trabajos realizados en Amberes, aunque sí se sabe que realizó copias de Hans Holbein, Durero y Tobias Stimmer. De sus obras de juventud, hasta nosotros solo ha llegado una obra conocida con varios nombres, Retrato de un joven sabio, El hombre de veintiséis años o El relojero, un óleo sobre plancha de cobre de pequeño formato en el que Rubens plasma a un hombre de medio cuerpo que porta en su mano derecha una escuadra y un compás y en la izquierda, otro instrumento sin identificar que está sujeto a una cadena.
El pintor consiguió el grado de maestro en la guilda de San Lucas y existe un certificado de “buenas costumbres y buena salud”, fechado el 8 de mayo de 1600, que Rubens había pedido para poder hacer un viaje a Italia, país en el que estuvo viviendo hasta 1608, año que en el que regresó a Amberes. De su paso por Italia quedó una profunda huella en su trabajo, su pintura se volvió más exuberante, sensual y con un gran protagonismo del color. Se nota la gran influencia del arte de la Antigua Grecia y Roma, del Renacimiento, sobre todo de Leonardo da Vinci y Miguel Ángel, y en especial de su admirado Tiziano y al que Rubens consideraba su maestro.
Rubens, el pintor favorito del rey Felipe IV de España, trabajó la gran mayor parte de su vida en la capital de Flandes, Amberes, motivo por lo que el proyecto “Rubens inspira” está focalizado en esta ciudad, donde durante todo el verano y hasta finales de septiembre ocho exposiciones plantean un diálogo entre Rubens y el Barroco con al arte contemporáneo. Durante el siglo XVI, Amberes era un gran centro de negocios debido a su importante puerto, al que llegaban mercancías procedentes de distintos países, lo que motivó que en la ciudad se estableciesen comerciantes venecianos, genoveses, portugueses o españoles. Todo esto fomentó también que surgiesen grandes talleres de pintores que vendían sus obras tanto a estos comerciantes como a la nobleza, hay que recordar que en esos momentos los Países Bajos formaban parte del dominio español. Así, la tradición pictórica flamenca se vio enriquecida con las tendencias del Renacimiento italiano, el manierismo y, posteriormente, el naturalismo. Algo que es muy evidente en el trabajo de Rubens, que al unir el realismo flamenco con la pintura renacentista italiana construyó una expresión pictórica innovadora, inscrita ya en el barroco.
En el siglo XVII, especialmente en su primera mitad, es difícil elegir un artista que defina las aspiraciones artísticas del momento de una manera completa. Estamos en la época de Bernini, Borromini, Velázquez, Poussin, Rembrandt o Vermeer. Pero si hay que elegir a alguno o a algunos como ejemplo de definición del gusto y los intereses artísticos de las primeras décadas de este siglo, que abarque un mayor número de aspectos, géneros y actividades artísticas estos serían, sin duda, Gian Lorenzo Bernini y Pedro Pablo Rubens, el mayor de edad de todos ellos, explica Fernando Checa en un artículo que formaba parte de un dossier dedicado al pintor en el número de abril de DESCUBRIR EL ARTE.
“Nos encontramos en la época del triunfo de la Contrarreforma, es decir, del movimiento espiritual, religioso, artístico y cultural que puso en marcha la Iglesia romana en defensa de la religión católica frente a la herejía protestante extendida sobre todo en el centro y el norte de Europa desde la primera mitad del siglo XVI. (…) Lo que denominamos ‘triunfo’ de este movimiento no se dio hasta la primera y segunda década del XVII con Bernini y Rubens como grandes protagonistas”.
En definitiva, Rubens es uno de los pintores más cultos de su siglo, si no el que más junto a Nicolás Poussin. Como decíamos antes, además de conocer perfectamente el latín, hablaba y escribía con fluidez otras cuatro lenguas y, desde el comienzo de su carrera, se interesó de manera directa por el arte clásico romano y griego y por la pintura italiana del Renacimiento. En 1603 viajó por primera vez a España, viviendo en el Valladolid de Felipe III. Así, aparecen tres de los grandes vectores de la actividad rubensiana: el mundo de las cortes en el caso de Mantua, los encargos eclesiásticos –en Roma pinta los altares de la Iglesia de San Felipe Neri, su primera gran obra de carácter contrarreformista– y su servicio a la monarquía hispánica, expresado en el fenomenal Retrato ecuestre del duque de Lerma, hoy en el Prado. «Soy simplemente un hombre sencillo, a solas con mis viejos pinceles, rogándole a Dios que me inspire», escribía Rubens. Además, el pintor desarrolló una carrera diplomática como favorito de la archiduquesa Isabel y, por ejemplo, negoció un tratado de paz entre España e Inglaterra. Gracias a Rubens, el espíritu barroco sigue vivo en Amberes en el arte contemporáneo, por eso la ciudad le rinde homenaje con varias exposiciones, performances y eventos que culminará en 2020 con la inauguración del nuevo Rubens Experience Center.
Michaelina, destacada y olvidada artista barroca
Dentro del programa “Amberes Barroco. Rubens inspira” se ha rescatado de las sombras de la historia a Michaelina Wautier (1604-1689), uno de los nombres más prestigiosos de la pintura barroca del XVII y una de sus artistas más brillantes, completamente olvidada hasta hace solo veinte años. Organizada por la Casa Rubens y bajo el título “Michaelina: Baroque’s Leading Lady”, el museo MAS de Amberes dedica una exposición que reivindica a esta pintora deslumbrante cuya historia personal resulta extraordinaria, y sumamente reveladora de las circunstancias y del tiempo en el que realizó sus cuadros.
Como suele ocurrir, el hecho de que se trate de una mujer que trabajaba en un campo profesional casi exclusivamente masculino era insólito, lo que ha contribuido a que el silencio haya cubierto su trayectoria durante siglos, y sus obras se hayan atribuido a otros autores masculinos, como escribe Enrique Domínguez Uceta en un artículo sobre esta singular artista que aparece en el próximo número de agosto. Hasta el 16 de septiembre, MAS (Museum AAN de Stroom), Amberes.
Jan Fabre y el espíritu del Barroco
El enfant terrible de la escena artística belga Jan Fabre (Amberes, 1958) acaba de inaugurar una curiosa intervención en una iglesia desacralizada de su ciudad natal. Director teatral, escenógrafo, cineasta, escultor, pintor y dibujante, este polifacético creador ha hecho de la transgresión una de sus principales señas de identidad. Sus obras inclasificables suscitan a menudo desconcierto, sorpresa, indignación, repulsa o entusiasmo, pero nunca dejan indiferente.
A lo largo de más de cuarenta años de carrera, Jan Fabre se ha convertido en una figura internacional ineludible exponiendo en prestigiosas instituciones como el Louvre en París o El Ermitage en San Petersburgo, y participando en eventos como la Documenta de Kassel, la Bienal de Venecia y los festivales de Avignon y de Salzburgo, entre otros. En 2017 presentó en Sevilla uno de sus espectáculos más polémicos El Monte Olimpo, una suerte de bacanal coreográfica de veinticuatro horas.
Para su intervención en la Iglesia de San Agustín de Ámberes, convertida ahora en un espacio cultural dedicado a la música, Jan Fabre retoma su dialogo habitual con los maestros flamencos del Renacimiento y del Barroco. La aportación de Jan Fabre se compone de tres piezas: The mistyc contract, The monastic Performance y The Ecstatic recording que han sido realizadas con una técnica muy especial, la misma que ya utilizó en la decoración de la Sala de los espejos del Palacio Real de Bruselas. Con esta intervención que tiene un carácter permanente, Jan Fabre se ha propuesto trasladar a un lenguaje contemporáneo el mensaje de espiritualidad que emanaba de los cuadros de Rubens, Jordaens y Van Dyck, sin pretender, claro está, intentar emularlos.
Otras exposiciones del Flandes Barroco
El regreso de Rubens, La Casa Rubens, hasta el 15 de marzo de 2019. Comisario: Ben van Beneden. Anteriormente, el museo ya había acogido las obras de Tintoretto, Tiziano y Anthony van Dyck. Desde el 1 de junio de 2018, estas piezas van acompañadas de no menos de seis obras de gran calidad de Frans Floris, Daniël Seghers, Adam de Coster, Jan van den Hoecke e incluso dos de Rubens. Destaca el Martirio de San Andrés de Rubens procedente de Madrid, que llega a casa por primera vez después de cuatrocientos años. Junto con un Autorretrato de Jacob Jordaens, adquirido recientemente, y que se suma a los dos autorretratos de Rubens y Van Dyck.
Sanguine | Bloedrood. Luc Tuymans acerca del Barroco, M HKA en colaboración con el KMSKA, hasta el 16 de septiembre de 2018. Comisario: Luc Tuymans. El M HKA enfrenta el espíritu de los maestros barrocos con la visión de los artistas contemporáneos. El comisario Luc Tuymans propone en este espacio experimental del arte contemporáneo un diálogo entre los viejos maestos como Rubens, Jordaens, Van Dyck, Zurbarán, Brouwer, Gijsbrechts, De Vos y Caravaggio con artistas actuales como Berlinde de Bruyckere, Fred Bervoets, Jan Fabre, Michaël Borremans, Nadia Naveau, Jack Whitten, Zhang Enli, On Kawara, Pierre Huyghe, Carla Arocha y Stephane Schraenen. La principal atracción es, sin duda, la presencia de dos caravaggios y el Five Car Stud de Edward Kienholz.
Experience Traps, Museo Middelheim, hasta el 23 de septiembre de 2018. Comisarios: Pieter Boons y Sara Weyns. El Museo Middelheim acoge a un grupo de artistas especialmente fascinantes que se inspiran en las ideas innovadoras del paisaje barroco. Cada uno de los 16 artistas o colectivos, entre los que se encuentran William Forsythe, Bruce Nauman y Ulla von Brandenburg, introduce diferentes interpretaciones del concepto del paisaje barroco y brindan un viaje a un jardín barroco: laberintos, fuentes, trompe l’oeils o imitaciones de ruinas. Pero, sobre todo, cada uno de ellos vincula el patrimonio barroco con una reflexión crítica de su época. El resultado es una gran diversidad de esculturas arquitectónicas, instalaciones y espectáculos pensadas para atrapar todos los sentidos del visitante. Las obras, a menudo creadas especialmente para este proyecto, se pueden disfrutar en el parque del museo y en lugares escogidos de Amberes.
Burez barroca, MAS, hasta el 21 de abril de 2019. Comisario: Marieke Van Bommel. Este museo acoge el nuevo trabajo del fotógrafo de Amberes Athos Burez. Una exposición que está compuesta por 80 fotografías e instalaciones en el paseo marítimo y que ofrece una mirada contemporánea a diversos géneros de la época barrovs: bodegones, retratos, paisajes e interiores.
Paul Kooiker – Sin título (Desnudo), FOMU Museo de fotografía de Amberes, hasta el 7 de octubre de 2018. Comisario: Joachim Naudts. Desde hace muchos años, Kooiker ha realizado imágenes centradas en el desnudo en la historia del arte. Su marco de referencia se centra principalmente en los siglos XX y XXI, con artistas como Hans Bellmer o Hans-Peter Feldmann. Para este proyecto realiza una excursión especial al barroco de los siglos XVII y XVIII, Rubens y Rembrandt.
Diseño de libros barrocos, una historia de amistad y colaboración, Museo Plantin-Moretus, hasta el 6 de enero de 2019. Comisarios: Dr. Dirk Imhof, Dr. Goran Proot y Dr. Geoffrey Brusatto. El Museo Plantin-Moretus pone en el punto de mira a los diseñadores de libros y a Peter Paul Rubens en particular. ¿Cómo evolucionó el libro en el barroco? ¿Por qué un editor como Balthasar Moretus colaboró con artistas prominentes? Y, ¿qué visión propagan los innovadores contemporáneos en el negocio del libro? Esta muestra habla del amor por el oficio de editor y de la fructófera colaboración entrel artista, impresor y diseñador en el pasado y en el presente.
Cokeryen – Photo Film Food. Tony Le Duc / Frans Snijders, Casa Snijders&Rockox, hasta el 13 de enero de 2019. Comisario: Tony Le Duc El pintor barroco Frans Snijders (Amberes, 1579-1657) es famoso por sus escenas de caza, sus escenas de mercado y sus bodegones. El fotógrafo culinario Tony Le Duc comparte con Frans Snijders un buen ojo para las composiciones atractivas. Con gran dominio del color eleva los alimentos básicos a la caregoría de arte. Para esta exposición ha reunido obras de Snijders y sus contemporáneos y yuxtapone esta selección a su propia obra. El lugar también es especial, la casa y el estudio de Frans Snijders. Una experiencia creativa y culinaria. Durante el periodo de la exposición, una quincena de cocineros de Amberes preparan interpretaciones contemporáneas de recetas del libro de cocina de Antonius Magirus (1612).