La artista expone hasta el 4 de marzo Espacios de la mirada en el Centro de Arte Tomás y Valiente (CEART) de Fuenlabrada. La muestra compuesta por 43 obras pictóricas, recorre el viaje de una vida sobre la tela que inició en el minimalismo alternativo en los años sesenta. Es una ocasión de oro para admirar el trabajo de esta artista que ha sido galardonada con el Premio Artes y Mecenazgo (2014), la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes (2007) y el Premio Nacional de las Artes Plásticas (1998).
La pintora valenciana atina con la delicada proporción del espacio y la luz, no en vano fragmentos de su generosa obra se reparten por importantes pinacotecas de todo el mundo, como el Centro de Arte Reina Sofía, el Künstmuseum Malmo de Basilea o el Marugame Hirai de Arte Español Contemporáneo de Japón, además de enlucir pareces del Parlamento Europeo y Patrimonio Nacional.
Sobre estas líneas, colección Los apóstoles mayores (2006). Óleo sobre lienzo 240 x 200 cm.
El vuelo de las mariposas
Soledad Sevilla también aprovecha para presentar la instalación El tiempo vuela (1998), cinco lienzos con 1500 mariposas de color azul eléctrico.
Cinco lienzos con 1500 mariposas de color azul eléctrico en constante movimiento.No paran, están en constante movimiento porque «percibo el paso del tiempo lo percibo como algo positivo. La mariposa es un insecto que empieza su vida siendo un gusano y acaba siendo algo bello», describe la autora. «Es el ritmo de un reloj, pero sin reloj», especifica. Y es porque bajo cada una de ellas ha instalado un mecanismo que las hace girar al ritmo de un segundero.
[arve url=»https://vimeo.com/59230404″ align=»center» title=»El tiempo vuela» description=»El tiempo vuela, Soledad Sevilla» maxwidth=»600″ /]Esta composición es irrepetible porque dos de sus lienzos miden más de siete metros y Soledad ha abandonado los grandes formatos: “Llegó el momento en que era incapaz de abarcarlos debido a mis condiciones físicas. Fue entonces cuando decidí abordar la tela de forma distinta, por etapas, con pinceladas pequeñas que se repiten hasta que esa unidad desaparece. Sigo utilizando este sistema porque me resulta cómodo. Todos los cambios en mi obra coinciden, curiosamente con cambios en mi estado físico. Nunca, de todas formas, me lo planteo de una forma racional. La naturaleza me impone su ritmo y yo, simplemente, me adapto. Abandoné la geometría porque no podía abarcarla físicamente”.