El Museo Guggenheim Bilbao presenta por primera vez en Europa Invierno, un videoarte de esta creadora que aborda cuestiones como el calentamiento global y los accidentes nucleares. Una película de múltiples tiempos, filmada en un pasado reciente que muestra un futuro desconocido, que se desvela y cambia en el presente de la exposición. Hasta el 11 de marzo
Invierno (Winter, 2013 ), perteneciente a la colección del Solomon R. Guggenheim Museum puso el cierre a la programación de 2017 de la sala Film & Vídeo, una iniciativa del Museo Guggenheim Bilbao para albergar obras claves del videoarte, la videoinstalación y la imagen en movimiento como medio artístico.
En relación a los elementos esenciales de la cinematografía y el papel del tiempo en la producción, tal y como se aborda en su obra Invierno, la artista ha comentado que “Invierno es una película de tiempos múltiples; filmado en un pasado reciente que muestra un futuro desconocido, que se desvela y cambia en el presente de la exposición, representa distintas condiciones temporales y culturales de inestabilidad y de incertidumbre, y aborda cuestiones como el calentamiento global y los accidentes nucleares, trastocando la naturaleza fija del cine y de la imagen fotográfica”.
Amie Siegel (Chicago, 1974) concibió Invierno como una obra abierta, que cambia cada vez que se expone; rodada originariamente en 2013 en Nueva Zelanda, la película alterna proyecciones con sonido grabado y actuaciones en directo, lo que permite a los visitantes experimentar la sala de exposición como un espacio activo de producción y creación. Invierno, encargada a la artista por la Trienal de Auckland (Nueva Zelanda) en 2013, se expone por primera vez en Europa en la sala Film & Video del Museo Guggenheim Bilbao.
En cada presentación de Invierno, Amie Siegel trabaja con artistas locales: músicos, actores o creadores de efectos especiales, indagando así acerca de la relación de la obra con su ubicación temporal y resituando la proyección en un espacio de producción itinerante. De este modo, cada reproducción del vídeo es reinterpretado mediante una banda sonora que se produce en directo y se halla en permanente cambio, en la que la voz en off, los efectos de sonido y la música configuran una partitura viva que se despliega en los treinta minutos que dura cada pase de la obra. Más que un doblaje, en esta obra se da un constante desdoblamiento que pone de relieve la fluidez de la imagen fílmica en función de los diversos guiones sonoros. Así, la atmósfera y la intensidad emocional fluctúan en cada proyección.
La película se rodó en las viviendas encaladas de aspecto biomorfo que diseñó el arquitecto Ian Athfield en enclaves remotos de Nueva Zelanda, y refleja la vida de una comunidad que parece el último asentamiento humano en la Tierra. Las imágenes muestran un entorno desierto y los restos de una civilización extinta, lo que remite a una guerra nuclear o a una catástrofe ecológica. La arquitectura y el atrezo resultan futuristas y obsoletos a la vez. Los pájaros también parecen jugar un papel especial en la nostalgia de los supervivientes.
La obra evoca un futuro próximo donde la vida humana parece estar al borde de la extinción. El aspecto familiar de los lugares y objetos representados refuerza la ambigua sensación de extrañeza, y la banda sonora del filme surge como clave para establecer un posible sentido.
El 2, 9 y 16 de febrero, y 2 y 9 de marzo, la banda sonora de la película se interpretará en directo.
Amie Siegel trabaja en diversos medios como el cine, el vídeo, la fotografía o el sonido a través de los cuales revela múltiples estratos de significado que plasma en sus cuidadas instalaciones. Utilizando los relatos como espacios y territorios y los documentos y artefactos como testigos de la memoria y el deseo, la artista cuestiona la relación entre la película y las circunstancias de su realización.
Siegel entendió desde sus inicios que el lenguaje fílmico consiste en prácticas culturalmente codificadas que repiten hasta el infinito los mismos recursos, estrategias de montaje y situaciones de visionado. Su punto de partida es que casi todas estas convenciones pueden ser modificadas y enriquecer así la experiencia del espectador.
Amie Siegel ha desarrollado proyectos tanto individuales como colectivos para los museos y galerías más relevantes del mundo. Entre sus exposiciones en solitario más recientes se incluyen la de la South London Gallery; el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, el Museo Villa Stuck de Múnich; el Kunstmuseum de Stuttgart y el MAK de Viena.
Sus películas se han proyectado en los festivales de Cannes, Berlín, Toronto y en Festivales de cine de Nueva York. Ha sido becada por la DAAD de Berlín, la Fundación Guggenheim, la Fulton Fellow at The Film Study Center de la Universidad de Harvard; y ha obtenido los premios: ICA Boston’s Foster Prize, Sundance Institute y Creative Capital.