Gracias al mecenazgo de la Fundación María Cristina Masaveu Peterson, el Museo del Prado ha presentado recientemente dos publicaciones coeditadas por ambas instituciones que profundizan en el conocimiento de Mariano Fortuny y en los acontecimientos artísticos en España y en Europa en el siglo XIX. Por un lado, la biografía de la esposa del pintor y, por otro, un epistolario con 383 cartas familiares que aportan relevante información sobre las relaciones personales, profesionales y sociales de los Madrazo
Dentro del propósito de revisar a los grandes maestros de la pintura del siglo XIX que se marcó hace unos años el Museo del Prado, inauguró este pasado mes de noviembre la exposición Fortuny (1838-1874), comisariada por Javier Barón, jefe de Conservación de Pintura del siglo XIX, y patrocinada por la Fundación AXA. Una muestra que se ha visto completada y enriquecida con dos publicaciones coeditadas por la pinacoteca nacional y la Fundación María Cristina Masaveu Peterson de Oviedo y que se presentaron en el Prado recientemente. Unos libros que se enmarcan en el convenio de colaboración suscrito entre estas dos Instituciones en 2016, y que tiene entre sus fines contribuir a la investigación y conservación de sus colecciones.
Cecilia de Madrazo. Luz y memoria de Mariano Fortuny, una biografía escrita por Ana Gutiérrez, conservadora del Museo del Prado, es una manera de saldar la deuda que la sociedad y los amantes del arte tenían con esta mujer fundamental en la vida y en la obra de su marido, Mariano Fortuny. Además es un reconocimiento a la labor de esta mujer como preservadora del legado y la memoria de Fortuny.
Cecilia de Madrazo (Madrid, 20 de diciembre de 1846-Venecia, agosto de 1932) ha sido una figura muy conocida por los dibujos y pinturas que le dedicaron tanto su padre como sus hermanos, marido y otros artistas coetáneos a la que también fotografiaron y filmaron; sin embargo, ha sido hasta hoy una persona casi desconocida, algo que gracias a esta biografía, que aporta una gran riqueza documental –fotografías, cartas o retratos–, podremos conocerla en su totalidad, su atractiva personalidad y su conocimientos de los grandes acontecimientos artísticos de España y Europa gracias a su pertenencia a la familia Madrazo, como su casamiento con Fortuny y el contacto con la intelectualidad de la época.
Hay que destacar también de Cecilia de Madrazo su firme compromiso familiar que queda patente en su intensa correspondencia epistolar donde se revela como un nexo de unión entre su padre y sus hermanos al fomentar la relación entre ellos, como vemos en la segunda publicación presentada, Epistolario del archivo Madrazo en el Museo del Prado. I Cartas de Mariano Fortuny, Cecilia, Ricardo, Raimundo e Isabel Madrazo, editado también por Ana Gutiérrez y Pedro J. Martínez, miembro del Área de Pintura del siglo XIX del Prado.
En total son 383 cartas, 31 de Fortuny; 144 de Cecilia de Madrazo, 145 de su hermano Ricardo, 36 de Raimundo y 27 de Isabel, y enviadas en su mayoría a Federico de Madrazo, suegro y padre de los remitentes. Epistolario que supone la “mayor aportación documental vinculada a la figura de Mariano Fortuny que se haya publicado nunca”, según explicaba Pedro. J. Martínez en la presentación.
El epistolario, datado entre 1863-1819, permite conocer y profundizar en el conocimiento de Mariano Fortuny en cuestiones sobre su vida, su obra, sus opiniones sobre hechos de su tiempo y aporta datos también sobre el importante papel artístico, social e institucional de los Madrazo y sobre una serie de artistas tanto nacionales como extranjeros. También aporta luz sobre distintos acontecimientos de España, París, Roma y Venecia.
Estas cartas que se publican ahora constituyen una parte de las 2.600 de que consta el archivo particular de la familia Madrazo que está compuesto además por agendas-diario, más de 300 dibujos y fotografías, estampas y documentación adquiridas en 2012 por el Museo del Prado. En los próximos años se continuará con la transcripción el resto del archivo.
Carla TORRES