Fallece el pintor y restaurador Lucio Sobrino

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El artista madrileño destacó como gran acuarelista, técnica con la que cosechó numerosos premios y de la que se sirvió para traducir a pintura su sensibilidad hacia los ambientes y las atmósferas en sus paisajes, que sabía captar con pincelada suelta 

El pasado 27 de noviembre de 2017 fallecía Lucio Sobrino, pintor y restaurador. Aunque fue reconocido sobre todo como acuarelista, técnica que le deparó númerosos premios y en la que descollaba en el aquí aún más difícil arte del retrato, dominaba el óleo y era un excelente dibujante.

Retrato de la madre del pintor. Arriba, Lucio Sobrino en su taller, foto de Diego Alonso.

Su preocupación por asentarse sobre la sólida base del oficio lo acompañó en su fecunda actividad como restaurador; también lo llevó a ser durante muchos años copista en el museo del Prado, donde, como medio de aprendizaje directo de los maestros, hacía réplicas perfectas –no solo por su apariencia, sino por su coherencia técnica– del Tintoretto, el Greco, el Divino Morales o Velázquez.

Paisaje de Guadalajara.

Impartió su magisterio mediante exhibiciones públicas y clases en la Agrupación Española de Acuarelistas y en la sede bilbaína de los Acuarelistas Vascos, tierra por la que sentía una gran afición. La acuarela fue el medio del que se sirvió para traducir a pintura su sensibilidad hacia el paisaje, que sabía captar con pincelada suelta, huyendo de fórmulas y recetas y apreciando en cada caso la particularidad de los ambientes y las atmósferas. Una roca o un árbol bastaban para entusiasmarlo, pues como pintor huía de la grandilocuencia.

Acuarela de La Alcarria.

Algunas de sus obras figuran en lugares públicos, como el Palacio Real y el de la Zarzuela de Madrid, la sede de las cortes de Castilla-La Mancha en Toledo, los museos de Figueira da Foz, de Puertollano, el de acuarela de La Pobla de Gordón o el de San Telmo en San Sebastián. También hizo al óleo retratos oficiales, como algunos de los que figuran en los colegios de Notarios y de Ingenieros de Caminos de Madrid o en el Casino de San Juan de Puerto Rico.

Marisma.

Sus estaciones favoritas para pintar eran el otoño y el invierno; en esta época del año se ha despedido, acompañado a la manera de un último paisaje por los pinares que rodean el hospital de Cantoblanco, cerca del Madrid donde había nacido hace noventa y dos años.

Miguel SOBRINO

Paisaje de Burgos. Todas las acuarelas de Lucio Sobrino.

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