Hasta el 14 de enero el Centre Pompidou Málaga muestra el último proyecto concebido específicamente para el centro malagueño por este artista francés que destaca por su visión de las relaciones entre el arte visual y la arquitectura. Hasta el 14 de enero
Figura destacada de la escena contemporánea internacional desde hace más de medio siglo, Daniel Buren (Boulogne-Billancourt, 1938) ha desarrollado una obra polifacética a través de diferentes disciplinas. Su visión de las relaciones entre el arte visual y la arquitectura constituye una de las características fundamentales de su obra. Ahora Buren regresa al Centre Pompidou Málaga con una intervención artística, Proyecciones / Retroproyecciones. Trabajos in situ. 2017, que ha sido realizada específicamente para el museo malagueño.
Málaga disfruta de los colores de la obra de Daniel Buren, Incubé, que se desarrolla dentro del “Cubo” situado en el paseo que bordea la dársena del puerto. A través de diferentes paneles de vidrio proyectados en la estructura, el artista juega con los colores primarios y sus emblemáticas franjas internas e intercaladas.
Con este “revestimiento”, el Cubo, que constituye la única parte visible del Centre Pompidou Málaga, se impone como el símbolo de la presencia de la institución en el paisaje urbano malagueño, y que ha llegado a convertirse en uno de los lugares más fotografiados de la ciudad, un punto de encuentro para sus habitantes y la imagen más representativa del museo.
Como decíamos antes, Daniel Buren ha creado una obra concebida específicamente para el Centre Pompidou Málaga, y lo ha hecho a partir de una de las características más representativas de su obra: la proyección. A través de diferentes tipos de proyecciones, naturales, artificiales, luminosas y arquitectónicas, Buren propone al visitante un recorrido para descubrir los espacios del museo más desconocidos.
Y, por otra parte, una película presentada en exclusiva en el Centre Pompidou Málaga, invita a echar la vista atrás a la obra de este artista que, desde sus inicios en los años sesenta, no ha dejado de cuestionar de forma radical la naturaleza y las funciones de los lugares en los que desarrolla su obra.