El artista Carlos de Gredos ha realizado una serie de piezas que se muestran en el patio del Colegio de Arquitectos de Ávila. La exposición forma parte del ciclo Arquitectura de Cine, AdC_4, que este año lleva el subtítulo de Paisaje Documentado. Hasta el 29 de septiembre
La exposición El poder, el verraco y el sol ocupa todo el patio del Colegio de Arquitectos y las obras han surgido del diálogo de Carlos de Gredos con todos los elementos que lo conforman, así se han visto implicados un par de verracos de los cuatro que posee el Colegio, árboles como un magnolio y un arce, un pilar de granito exento, una pequeña campana de bronce, el cielo y el suelo.
Al visitante lo reciben un par de verracos que, dependiendo de la hora de la visita, están alimentando de luz o de aceite y de aceite y agua. Esta obra es Alimento presente-1 y Alimento presente-2. El pasado alimenta al presente y el presente también puede alimentar al pasado.
Una gota transmite el Sonido al sonido apela al origen de la creación con ese sonido primigenio y su reverberación hasta el presente, representado por ese cencerro de vaca, animal prototipo de la mansedumbre y de la paciencia.
Estamos acostumbrados a disfrutar del firmamento de noche, El firmamento de día remite a la posibilidad de traspasar fronteras con la imaginación. Si miramos al cielo vemos unos cientos de pequeños soles, representados por cardos, una planta que es uno de los símbolos por antonomasia del Sol.
La obra El poder tiene colgada un ramillete de santolina, planta, que entre otros beneficios, ahuyenta a las polillas. Una pieza que asemeja a una gran bombilla con multitud de pinchos en la parte superior y que de esa zona pende el color amarillo, la luz.
Certezas protegidas, aunque más que certezas en este caso es la corteza la que protege al árbol; en ciertos casos puede llegar a salvarlo hasta del fuego. Esos cardos con su fuego lo están protegiendo como actitud de salvamento hacia nuestro cuerpo y hacia todo lo nacido, hacia lo natural como nosotros.
Como muchas veces sucede en la naturaleza lo mismo salva que mata, todo depende de la proporción. El Sol nos da la vida y también está en su potestad el privarnos de ella, como bien sabe la humanidad. De eso habla a cierta altura Corona solar protectora. Este arce con su gran manto protege y en su tronco porta unos elementos que bien pudieran servir de exorcismo.
En el más acá, todo el firmamento es una gran bola en la que se puede apreciar a una infinidad de pequeños soles en su interior, otra vez el cardo como símbolo solar. El más allá y el más acá compartiendo el mismo territorio, la misma Tierra. Soles, almas.