SANTANDER: Goya, Höller y arte en el cambio de siglo

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El Centro de Arte de la Fundación Botín, recientemente inaugurado en el corazón de la capital cántabra, acoge tres atractivas exposiciones para este verano: una selección de dibujos del maestro de Fuendetodos, la primera retrospectiva de uno de los creadores más destacados del panorama contemporáneo y la colección permanente de la fundación

“Es un lugar hecho para la gente. Un espacio de luz para contemplar la atmósfera mágica de Santander”. Con estas palabras, el premio Pritzker de Arquitectura en 1998 Renzo Piano definía, en su inauguración, el edificio que ha concebido para la Fundación Botín en capital cántabra. Enclavado entre los centenarios Jardines de Pereda y el Cantábrico, este nuevo centro de arte se sitúa en voladizo sobre el mar y sobre tierra firme. En su interior, 2500 metros cuadrados de área expositiva con tres interesantes exposiciones para disfrutar este verano.

Ligereza y atrevimiento. Dibujos de Goya

Fruto de una colaboración entre la Fundación Botín y el Museo Nacional del Prado, la ciudad de Santander tiene el privilegio de albergar, hasta finales de septiembre, una muestra representativa del amplio «diario visual» de Francisco de Goya y Lucientes, es decir, una recopilación de los dibujos que mejor expresan el universo interior del artista aragonés y su particular visión del mundo.

Grupo de majas de paseo, Álbum B [28], 1794-1795 Pincel y aguadas de tinta de hollín, 236 x 146 mm. Más arriba, vista del Centro Botín. Foto: Enrico Cano.

De los casi mil diseños que se conservan, esta selección de 83 dibujos -procedentes de los fondos del Museo del Prado- permite al visitante contemplar la evolución del arte y el pensamiento del pintor zaragozano desde una doble óptica: por un lado cronológica -desde sus primeros años en Zaragoza hasta su exilio en Burdeos-, pero también de los distintos ámbitos de su producción artística -de los dibujos privados de sus álbumes a los estudios preparatorios para sus series de estampas.

Vista de la exposición Ligereza y atrevimiento. Dibujos de Goya. Foto: Vicente Paredes.

Para conocer mejor esta exposición y sus obras lea el artículo «Diario visual de Goya» de Francisco J. R. Chaparro en el número 222 (agosto) de Descubrir el Arte: www.descubrirelarte.es/revista/este-mes 

Carsten Höller: Y

La primera muestra monográfica en España de Carsten Höller (Bruselas, 1961) propone un diálogo con el espacio y la imaginación. Una dualidad entre lo lleno y lo vacío. Es una exhibición con muchos elementos, pero todos bajo la misma idea de experiencia física y mental. Ofrece posibilidades de ir hacia adelante, hacia atrás e interaccionar con los objetos escultóricos que el visitante se encuentra al atravesar la sala y que le permiten adentrarse en otra dimensión de nuestra realidad. Una fórmula para replantearnos nuestra propia percepción espacio-temporal.

Y, 2003. 960 bombillas incandescentes de 25 Watt c/u, sistema de control de iluminación DMX, aluminio, letreros luminosos en las dos salidas, cables, madera, acero y espejos, 300 x 600 x 1200 cm. Colección Thyssen-Bornemisza Art Contemporary, Viena © Attilio Maranzano.

Entre las catorce obras seleccionadas para esta exposición llama la atención Elevator Bed (2010), una cama redonda para dos personas equipada con todas las comodidades de un hotel de lujo. Esta estructura rotatoria se puede elevar hasta 3,5 metros por encima del suelo, lo que permite contemplar el conjunto de la sala desde un magnífico punto de observación. El Centro Botín ofrece la posibilidad de pernoctar en esta instalación durante todo el verano por un precio que oscilará entre los 250 y 300 euros.

Elevator Bed (Cama ascensor), 2010. Acero, elevador eléctrico de tijera, paneles de madera, paneles acrílicos, sistema de control, cables, colchones, sábanas, nevera, cafetera eléctrica, luces de LED y bombillas. Colección Thyssen-Bornemisza Art Contemporary, Viena © Attilio Maranzano.

Arte en el cambio de siglo

La Fundación Botín lleva más de 25 años desarrollando actividades de formación, investigación y divulgación dentro del campo de las artes visuales. Y para celebrarlo presenta, en sus nuevas instalaciones, una selección de su colección permanente con obras realizadas por artistas que han impartido talleres o han sido beneficiarios de las Becas de Artes Plásticas de la institución. 

Vista de la exposición Arte en el cambio de siglo. De fondo la obra The Wet Prayer (2013) de Tacita Dean.

La muestra, comisariada por Benjamin Weil, director artístico del centro, incluye piezas de maestros contemporáneos y de jóvenes talentos considerados actualmente figuras relevantes de su generación. De este modo, trabajos de artistas consagrados como Miroslaw Balka, Tacita Dean, Carlos Garaicoa o Juan Uslé comparten espacio en la primera planta del Centro Botín con las obras de creadores como Lara Almarcegui, Carlos Bunga, Sandra Gamarra o Wilfredo Prieto.

Con la cuerda en la boca (1997) y Sin título (2000) de Juan Muñoz. Resina de poliéster pigmentada.

Un edificio entre el cielo y el mar

Este proyecto pretende, por un lado, generar desarrollo social aprovechando el potencial que tienen las artes para despertar la creatividad y, por otro, recuperar los lazos entre la ciudad y la bahía. Y en el camino hacia la construcción de este nuevo espacio de intercambio cultural el equipo de Renzo Piano no ha estado solo, sino que ha contado con la participación del estudio Luis Vidal + arquitectos (LVA). Su director, Luis Vidal, explica las claves del proyecto a Descubrir el Arte.

PREGUNTA: ¿Qué supone diseñar un edificio situado en voladizo sobre el mar y que solo toca tierra suspendido sobre pilares y columnas?

LUIS VIDAL: Dentro de esa vocación social que tiene de aportar a la ciudad, el edificio pretende levantarse del suelo para permitir una conexión directa entre la ciudad y el mar. Y no solamente visual, sino también práctica, para poder pasear. La propia definición del proyecto persigue esa voluntad: aportar a la ciudad sin entorpecer esa conexión. En este entorno antes había una carretera que suponía una barrera física entre la ciudad y la bahía. En el momento en el que se hace el esfuerzo de construir un túnel para quitar esa barrera, el edificio no podía convertirse en una nueva barrera.

Renzo Piano y Luis Vidal en el Centro Botín el día de la inauguración.

P. ¿Cuál ha sido el mayor reto al que se han enfrentado?

V. El edificio respira una sencillez que a su vez es muy elaborada. Realmente es una simplicidad muy concentrada, pero que tiene detrás mucho esfuerzo. Un esfuerzo que consigue que algo cómo lo que aquí vemos ahora parezca fácil de hacer. Esa es la dificultad.

P. ¿Cómo ha sido trabajar con el equipo de Renzo Piano?

L. V. Desde el principio Renzo entendió que éramos un socio natural. Él no buscaba una persona que construyese un edificio dentro de lo que es la normativa española, sino un socio que le permitiera desarrollar un gran proyecto como este. Por eso, desde el inicio, montamos un equipo único que no distinguía si trabajaba para una oficina u otra, sino que era un equipo del proyecto, siempre bajo el mismo techo, tanto si estábamos en Génova, como en Madrid o, más tarde, en Santander.

Vista panorámica del Centro Botín, entre la bahía y los Jardines de Pereda. Foto: Enrico Cano.

P. ¿Qué simboliza la construcción de este espacio?

L. V. Lo que hacen este edificio y el resto de proyectos en los que participamos es generar espacios y volúmenes para que la gente los use. La manera en la que trabajamos con la luz natural, el color, la vibración, la textura… El objetivo es que las personas se enriquezcan de aquello que está habitando. Para nosotros este será siempre un edificio magnífico, puesto en un momento y en un lugar especial. Supone una enorme satisfacción haber contribuido a conectar el Centro Botín con Santander, con la región y con el mundo museístico. Esto es un eslabón de una cadena de muchas otras cosas.

VÍCTOR ÚCAR

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