Giorgione: el encuentro entre Venecia y la Ciudad Eterna

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El palacio Venecia y el Castillo del Santo Ángel de Roma acogen una muestra que está ideada en torno a una de sus obras maestras, Dos amigos. Un total de 45 pinturas, 27 esculturas, 36 libros y manuscritos junto a piezas, estampas y dibujos cuyo tema gira sobre los sentimientos. Hasta el 17 de septiembre

Bajo el título Laberintos del corazón. Giorgione y estaciones del sentimiento entre Venecia y Roma en el Quinientos, esta exposición está dividida en dos secciones repartidas a su vez en dos sedes diferentes, el Palacio Venecia y el Castillo del Santo Ángel en Roma, y está construida alrededor de una obra maestra de Giorgione, Dos amigos, un doble retrato que está considerado por la mayoría de los estudiosos y los críticos de arte como una de las piedras angulares y que marca una de las etapas esenciales del Maestro de Castelfranco Véneto. Una obra que a pesar de que tuvo una extraordinaria importancia en el cambio de paradigma del retrato italiano de principios del siglo XVI no es todavía suficientemente conocida.

Dos amigos, por Giorgio da Castelfranco, Giorgione, h. 1502, óleo sobre lienzo, 77 x 66,5 cm, Roma, Palacio Venecia.

En este cuadro de extraordinaria calidad y belleza, Giorgio Barbarelli da Castelfranco, Giorgione (Castelfranco Véneto, h. 1477-78-Venecia, 1501), establece un antes y un después en el género retratista italiano al enfatizar una síntesis de elementos que ponen de manifiesto el estado de ánimo y la expresión de las emociones. De hecho, respecto a los precedentes, y no solo vénetos, se distingue por una innovadora composición que lo convierten en el arquetipo de una nueva idea de retrato.

Fetonte delante de Apolo, por Giorgione, h. 1496-98, óleo sobre lienzo, 59 x 48 cm, Londres, The National Gallery.

La pintura define también un especial clima cultural vivido por la juventud patricia de la ciudad lagunar en el momento “edonístico” de máxima expansión política, en puertas al cambio radical que acometerá la República de la Serenísima. Conservado en las colecciones del Palacio Venecia (documentado en la capital desde principios del Seiscientos), como testimonio de los vínculos entre la figura de Giorgione y Roma, ya integrado en aquella red de conexiones entre Venecia y la Ciudad Eterna. Su escenario privilegiado estaba situado en este palacio romano, la primera morada de un iluminado coleccionista y muy probablemente mecenas de Giorgione, el cardenal Domenico Grimani: el purpurado que con el papa Paolo II Barbo fue uno de los personajes clave de las relaciones políticas, diplomáticas y culturales entre ambos Estados desde finales del siglo XV a los primeros decenios del XVI.

Retrato de gentilhombre, por Bartolomeo Veneto, posterior a 1531, óleo sobre tabla, 73 x 54.6 cm, Fitzwilliam Museum, University of Cambridge.

Y precisamente en el espacio que ocupaba el apartamento Barbo del Palacio Venecia se despliega la primera sección de la muestra, dedicada a las vicisitudes históricas y al extraordinario interés que la obra Dos amigos despertó en el ámbito artístico de inicios del siglo XVI.

Bianca Cappello con su hijo Antonio, por Alessandro Allori, posterior a 1582 y anterior a 1587, óleo sobre lienzo, 128,4 x 100,5 cm, The Dallas Museum of Art.

Así, esta prestigiosa sede se confirma como la más idónea para rememorar las relaciones entre la Ciudad Eterna y la Serenísima, al tratarse de un edificio de la máxima relevancia desde el punto de vista histórico, social y cultural, testimonio del encuentro continuo de las evoluciones de las dos ciudades y sus escuelas figurativas. De hecho, recorriendo sus salas y observando los objetos de uso común o los frescos decorativos aún existentes, realizados por ilustres venecianos, se captan aquellos lazos de unión que ahora estrechan temporalmente las obras expuestas, intensificados por la decisión de centrar el actual proyecto en Dos amigos, atribuido a Giorgione, que ofrece interesantes temas de reflexión sobre el doble retrato y que sirve de inspiración para el retrato en general y la poética de los afectos, protagonista de la otra exposición gemela.

Procesión en la plaza de San Marcos con el cortejo de la Dogaresa Morosini Grimani, por Andrea Michieli, Vicentino, posterior a 1597, óleo sobre lienzo, 117 x 325 cm, Calvagese della Riviera (BS), Fondazione Luciano Sorlini.

Así, en paralelo, la exposición se completa con la segunda sección en el Castillo del Santo Ángel, que aquí también ocupa los Apartamentos papales con otras obras procedentes de importantes museos internacionales de grandes maestros del siglo XVI como Tiziano, Tintoretto, Romanino, Moretto, Ludovico Carracci, Bronzino, Barocci y Bernardino Licinio. Una especial producción que guía al visitante en esos laberintos existenciales intrínsecos de cualquier individuo, reflejados según la experiencia amorosa: enamoramiento y meta matrimonial, abandono y nostalgia.

Pareja en un jardín, por Vincenzo Tamagni, h. 1525-30, óleo sobre tabla, 124 x 91 cm, Holkham Hall, Norfolk, Colección Coke.

Las claras diferencias del doble retrato –protagonista de la exposición– entre el joven en primer plano, de pura melancolía, y el amigo a su espalda –que parece animarlo a disipar su profunda nostalgia– constituyen la atracción de la pintura análogamente a las de este encuentro entre Roma y Venecia, dos realidades diversas y al tiempo cercanas.

Retrato de la familia de Arrigo Licinio, por Bernardino Licinio, 1535-40, óleo sobre lienzo, 118 x 165 cm, Roma, Galería Borghese.

Carmen del VANDO BLANCO

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