El Museo del Prado, dentro del marco de PHotoEspaña, presenta la videoinstalación Cuando cuento estás solo tú… pero cuando miro hay solo una sombra, un trabajo en el que la creadora iraní ha reelaborado las estampas de los Desastres de la guerra del pintor para mostrarlas acompañadas por las imágenes que han sido previamente animadas y que ahora se proyectan con un foco de luz en movimiento al ritmo de Chopin. Hasta el 10 de septiembre
El Museo del Prado y la Fundación Amigos del Museo del Prado presentan, en la sala 66 del edificio Villanueva, Cuando cuento estás solo tú… pero cuando miro hay solo una sombra (2013), la última obra que realiza antes de morir, la artista iraní Farideh Lashai (Rasht, 1944-Teherán, 2013). Una videoinstalación que recoge el mensaje de Goya y lo reinterpreta desde el presente. Se inspira en la serie los Desastres de la guerra, símbolo universal de dolor ante el horror producido por el propio ser humano, la injusticia y el sinsentido de la guerra, e invita al espectador a que se implique y fije la mirada sobre las descarnadas e inquietantes imágenes de estas estampas.
Para ello, Farideh Lashai manipula cuidadosamente cada grabado extrayendo las escenas y reelaborando los huecos dejados por las figuras. Así, deja los fondos como escenarios vacíos y los coloca en un rectángulo formado por ocho líneas superpuestas de diez fotograbados cada una. Sobre cada uno de estos fondos se proyectan sucesivamente las figuras que han sido animadas digitalmente a través de un pequeño foco de luz que recorre los grabados al ritmo de la música de un nocturno de Chopin. Cuando el foco coincide con un fondo concreto, se proyecta en él la escena correspondiente que se anima durante un breve instante, tras el cual, la escena desaparece en la sombra mientras el foco prosigue de forma azarosa iluminando nuevos desastres.
Se trata de un relato fragmentario, a partir de las sensaciones producidas por la visión de escenas iluminadas de manera fortuita, que llevan al espectador a fijarse tanto en los fondos como en lo que sucede. Una obra de aspecto sencillo y de enorme complejidad que tiene como referentes la obra de Goya, deconstruida y reconstruida por ella, para reinterpretar una realidad de total actualidad. La cuidada composición, que yuxtapone el horror de las escenas, el lirismo del ritmo de la luz y la música suave y romántica, tiene un título abierto y poético, inspirado en un fragmento del poema de T.S. Eliot La tierra baldía (1922), que subraya su sentido.
Esta obra se inscribe en el contexto de la obra plástica de los últimos siete años de producción artística de Farideh Lashai, influidos por el lenguaje literario de la autobiografía que escribe en su madurez. Son videoinstalaciones en las que pintura, poesía, teatro, cine, animación, sonido… se funden con naturalidad ampliando sus capacidades expresivas y dando lugar a un lenguaje propio de yuxtaposiciones de capas de significados y diálogos con autores de todos los tiempos.
A pesar de sus vidas bien distintas, sorprenden ciertos paralelismos en ellas: Goya concibe los Desastres en la España de la segunda década del siglo XIX y Lashai en Irán en la segunda década del siglo XXI; viven guerras fratricidas y de ocupación: la invasión napoleónica (1808-14) y la guerra de Irán-Irak(1980-88); son testigo de los horrores de la guerra, la opresión posterior y las causas que lo originan; se ven afectados por el sufrimiento de víctimas inocentes y anónimas; fueron permeables a las ideas de su época a través de su amistad con artistas e intelectuales de su tiempo y en ellos la influencia del teatro fue decisiva; avanzada la vida padecieron enfermedades que suscitan en ellos una gran introspección. Ambos, a partir de una radical independencia interior, quieren denunciar y dejar testimonio de la realidad más cruda con la esperanza, quizá, de propiciar en el espectador a que se formule preguntas, dejándole solo ante el propio juicio.
En este sentido, en el de la preocupación de Farideh por los horrores de la guerra y la opresión, hay que hacer un paréntesis para hablar del maravilloso video Rabbit in Wonderland (Un conejo en el país de las maravillas), que la artista iraní realizó en 2010, y cuya pieza final, Dear, Dear! How queer is everything today! (¡Querido, querido!¡Qué raro es todo hoy!), que se presentó en España en la feria de ARCO en Madrid, se basa en una imagen bien conocida del icónico líder iraní doctor Mohammad Mosadegh momentos antes de ser detenido. Mientras el gran hombre camina a través de un paisaje estéril, el asustado conejo salta a su alrededor haciendo preguntas sobre su destino y sobre las «ruinas de los ideales». El espectador escucha la voz de Lashai en un monólogo con la silueta de Mosadegh cuyas palabras se inspiran en las conversaciones de Alicia con diferentes personajes del país de las maravillas.
Sin duda, este conejo ingenuo, aventurero y vulnerable representa a la artista misma. Sin embargo, su historia pertenece a todos nosotros. «Elegí al conejo como el personaje central porque es inquisitivo, lleno de energía y bello, su deseo de ser independiente, su atracción por nuevas ideologías, su desilusión, su vulnerabilidad y su confusión ciertamente reflejan mi propio viaje interior. No es solo mi historia. La mayoría de nosotros hemos pasado por un viaje similar. Todos somos como el conejo perdido e indefenso en las manos de los sistemas, las ideologías y los prejuicios, incapaces de discernir entre el bien y el mal, oscilando entre la esperanza y la desesperación y buscando porque cómo en Alicia en el País de las Maravillas, estamos atrapados en un mundo loco que parece estar al revés y están desesperadamente tratando de darle sentido «, comentaba la artista en una entrevista con la periodista Jyoti Kalsi en 2010.
La instalación de esta obra de Farideh Lashai frente a una selección de estampas de los Desastres de la guerra y entre las salas que albergan El 3 de mayo y las Pinturas Negras permite extender la exposición e incorporar las obras maestras pictóricas al conjunto, creando así una unidad que abarca el mismo marco cronológico y conceptual de las estampas y se extiende hasta 1823, año en el que Goya termina las Pinturas Negras, lo que permite intensificar el diálogo con Goya iniciado por Farideh a las puertas de su muerte.
En este proyecto, adscrito al festival PHotoEspaña, el Museo del Prado ha colaborado con el British Museum, que ha prestado esta obra y la convertirá en la pieza central de una exposición en 2018 en Londres. También se ha contado con la colaboración del Museo de Bellas Artes de Gante, que presentó en su sede entre febrero y principios de este mes, una aproximación diferente a esta conversación entre Farideh Lashai y Goya.
La muestra está acompañada por una publicación que recoge cuatro ensayos: He custodiado cada cosa dentro de mí de Ana Martínez de Aguilar (comisaría de la exposición); Solo una sombra de Venetia Porter, Farideh Lashai: más luz de luna de Catherine de Zegher y La inadmisible afrenta de la guerra de Roberto Toscano. Además, y con motivo de esta muestra, Ediciones Oriente y del Mediterráneo publicará, en el mes de junio, Llegó el chacal, la autobiografía de Farideh Lashai, traducida del farsi por Maryam Esmailpour y patrocinada por la Fundación Amigos del Museo del Prado, con la colaboración del Museo del Prado.