Estudio MAYICE. Luz de lujo

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Los jóvenes arquitectos Marta Alonso Yebra e Imanol Calderón Elósegui han realizado una serie de lámparas de suspensión Rfc+ en vidrio incoloro para la Real Fábrica de Cristales de La Granja (Segovia). Actualidad y pasado se dan la mano en cada una de las trece austeras piezas que componen esta colección. En una entrevista con Mercedes Peláez explican que han intentado respetar la identidad y la esencia de esta histórica fábrica utilizando el menor número de recursos posibles

La Real Fábrica de Cristales de La Granja permanece muy viva cuando se cumplen casi tres siglos de su fundación en 1727, y sigue generando arte moderno a partir de su historia y de los métodos tradicionales de fabricación con el lanzamiento de nuevos objetos de autor que logran un singular diálogo contemporáneo entre materia, idea y forma. Exploran nuevas estrategias de ideación en el doble campo del diseño y del arte para incorporarse al repertorio de manufacturas clásicas preservado desde el siglo XVIII por la prestigiosa institución española. Entre las firmas está MAYICE, a cargo de los jóvenes arquitectos Marta Alonso Yebra e Imanol Calderón Elósegui. También hay diseñadores artistas, con Gala Fernández y sus lámparas One Off Words, y Chus Burés, que acaba de presentar sus flotantes joyas doradas Glass Bubbles.

Retrato de Imanol Calderón Elósegui y Marta Alonso Yebra (Estudio MAYICE) en los almacenes de La Real Fábrica de Cristales de La Granja (Segovia). Arriba, distintas lámparas de suspensión Rfc+, que se han elaborado con vidrio incoloro soplado con caña sobre moldes antiguos, siguiendo un cuidadoso proceso artesanal. Todas las fotografías: Pablo Gómez-Ogando Rodríguez.

En el territorio del diseño más estricto, el estudio madrileño MAYICE aporta las lámparas de suspensión Rfc+ en vidrio incoloro. Configuran una fresca incorporación al nuevo catálogo de la Real Fábrica, con una propuesta inteligente que suma actualidad y pasado en cada una de las trece austeras piezas que componen la colección. Imanol Calderón y Marta Alonso explican a Descubrir el Arte que han intentado “respetar la identidad y la esencia de los productos de la Real Fábrica” y confirman que se propusieron diseñar las lámparas “con el menor número de recursos posibles”.

Otra lámpara anterior, realizada en San Sebastián, atrajo el interés de La Granja por los bocetos de MAYICE y motivó la invitación para elaborar un conjunto de piezas de cristal fino. “Aquí tenéis una colección de más de 4500 moldes originales, nos dijeron. Reutilizad los moldes que elijáis, combinadlos entre sí, y haced una línea de lámparas contemporáneas“, confiesan con naturalidad refiriéndose al encargo y al soberbio conjunto de antiguas hormas de hierro que acumula la institución segoviana en sus almacenes tras servir de matriz durante años a jarras, platos, quinqués y demás objetos de vidrio soplado en los talleres de La Granja y en fábricas diversas del resto del país.

Sala de moldes de la Real Fábrica de Cristales de La Granja.

Recuerdan que el proceso de selección de moldes resultó apasionante, buceando entre cientos de elementos de hierro bajo la supervisión de la persona encargada de su cuidado y catalogación, hasta encontrar veintidós piezas, compatibles entre sí, adecuadas para formalizar cada parte de los cuerpos de las tulipas de las lámparas. “Los moldes son maravillosos”, explican con emoción compartida, “aunque ha habido que restaurarlos y pintarlos con un recubrimiento que asegura que el vidrio ajuste a la perfección”. Las lámparas Rfc+ se han elaborado con vidrio incoloro soplado con caña sobre los moldes y siguiendo un cuidadoso proceso artesanal que han documentado con un selecto vídeo realizado por Pablo Gómez-Ogando (VER AL FINAL DEL ARTÍCULO).

Lámpara número 9.

”Nosotros estamos obsesionados con el paso de la luz a través de materiales traslúcidos y queríamos que estas lámparas emitieran una luz que resaltara la calidad de la transparencia del vidrio de La Granja y que también realzase la silueta de los propios moldes”, responden a la indicación de haber logrado sustituir la presencia de cada lámpara Rfc+ por la ilusión de un cuerpo de vidrio luminoso sin apenas espesor. Reconocen haber realizado una exhaustiva investigación previa sobre el mejor modo de ocultar al máximo la bombilla y el diminuto casquillo que la soporta, con múltiples ensayos para conseguir el tipo idóneo de luz blanca y una temperatura de color agradable.

La fuente de luz es una pieza exclusiva, diseñada y fabricada en Madrid, porque “no queríamos que se viese la bombilla o el casquillo, o el cable, que hemos logrado que sea también transparente”, confirman. “Queríamos que se viesen solamente las piezas de vidrio”, insisten, aunque, en la unión del cableado con el techo, la conexión se muestre voluntariamente. Se hizo de este modo para transmitir que “la imagen de la fábrica es la transparencia”, así que el protector de esos cables es también de vidrio y está realizado con el molde de una copa de la Real Fábrica.

Alonso y Calderón, que canalizan su trabajo de arquitectura hacia el mobiliario y los interiores, se muestran capaces de elegir el efecto a provocar por la luz artificial sobre los planos que reciben la proyección de los haces luminosos. En el caso de las lámparas Rfc+, que arrojan hermosas marcas concéntricas con aros y dorados rodetes, MAYICE subraya su interés en haber querido controlar desde el proyecto “la forma de los reflejos de luz sobre el suelo o las mesas”. En grupo, las lámparas Rfc+ y sus marcas luminosas resultan especialmente sugerentes si se acumulan suspendidas de sus cables a diferentes niveles de altura. Pueden repartirse sueltas en el techo o elegir el conjunto ideado con la interiorista Marisa Gonzalez Serna para el centro de las estancias, que reúne once lámparas distintas descolgadas desde un delgado panel ovalado.

Conjunto ideado con la interiorista Marisa Gonzalez Serna para el centro de las estancias, que reúne once lámparas distintas descolgadas desde un delgado panel ovalado. Exposición en Madrid.

La Real Fábrica distribuye cuanto elabora en los hornos del espléndido edificio que se alza junto al palacio del Real Sitio de San Ildefonso. Conseguirlos en las dependencias de La Granja permite añadir, al placer de visitar el palacio con sus jardines y fuentes, la satisfacción de adquirir verdaderas obras maestras en el ámbito de un ejemplo incomparable de la arquitectura industrial española, que fue proyectado en 1770 y ampliado una década después por el arquitecto Juan de Villanueva. Guarda en sus imponentes espacios una de las instalaciones manufactureras más destacadas de la Europa del siglo XVIII, financiada por la corona conjuntamente con las reales fábricas de Tapices de Santa Bárbara y de Porcelana del Buen Retiro para limitar la importación y proteger la industria local del lujo.

Entre las piezas clásicas que La Granja continúa elaborando, hay floreros, candelabros y servicios de mesa, con todo tipo de copas finas, vasos, jarras, licoreras, frascas y fruteros, listos para ser grabados al gusto de sus futuros poseedores con iniciales y signos tallados a mano. Manufacturan además suntuosas lámparas de araña compuestas por la tradicional cazuela central, brazos ensortijados, bulbos, colgantes y bolas de cristal artesano, que reproducen diseños de tiempos de Carlos III o que se fabrican por encargo eligiendo la combinatoria preferida de elementos. Sirvieron para alumbrar las salas de los palacios barrocos y en la actualidad han encontrado un interesante ámbito de instalación en los espacios de interiorismo minimalista necesitados de un contrapunto figurativo o de una valiosa obra de arte.

Detalle del casquillo de las lámparas.

“Cada vez que se vende una lámpara Rfc+ se ayuda a la conservación de nuestro patrimonio histórico”, reza para sus luminarias uno de los lemas de MAYICE que es extensible al resto de preciados objetos de cristal elaborados en La Granja. La intención de los actuales responsables de Real Fábrica es llegar a ser un “ejemplo dentro del sector del lujo, de la excelencia y la calidad del producto íntegramente fabricado en nuestro país, avalado por la historia, la cultura y la tradición”. El cristal de La Granja, en los variados modelos tradicionales y contemporáneos que produce, resulta idóneo para competir, si se aumenta la difusión de su existencia, con el mercado internacional de los mejores vidrios de Bohemia y Murano.

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Más información Real Fábrica de Cristales de La GranjaMAYICE

Mercedes PELÁEZ

 

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