Veintinueve obras del siglo XV al XX se quedan en Oviedo

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Plácido Arango Arias ha donado un conjunto de piezas artísticas españolas de su colección de arte antiguo y moderno al Museo de Bellas Artes de Asturias. Un recorrido cronológico que va de 1485 a 1992 a través de 28 artistas, de los que 18 de ellos no estaban presentes en el fondo de esta pinacoteca, como Diego de la Cruz, Juan de Juanes, Juan Pantoja de la Cruz, Valdés Leal, Antoni Tàpies, Millares o Cristina Iglesias. Además se incluye el Retablo de la flagelación de Leonor de Velasco (siglo XV)

Plácido Arango Arias (Tampico, México, 1931) ha donado, con derecho a usufructo vitalicio, al Museo de Bellas Artes de Asturias 29 obras maestras de 28 artistas españoles de su colección de arte antiguo y moderno. Un amplio recorrido cronológico de la historia del arte español que va de los siglos XV (la más antigua es de 1485) al XX (la más reciente está datada en 1992).

Dieciocho de estos artistas se incorporan por primera vez a las colecciones de pintura de la pinacoteca de Oviedo, otros cuatro estaban representados mediante depósitos de colecciones públicas o particulares y los seis restantes ya figuraban en los fondos. Así, esta donación permite tanto paliar lagunas como reforzar la colección asturiana.

Sobre estas líneas, San Buenaventura o Virgen con el Niño y Santo o La aparición de la Virgen al Beato Simón de Rojas, por Claudio Coello, h. 1663-65, óleo sobre lienzo, 35,2 x 26,4 cm. Arriba, de izquierda a derecha, Salomé bailando ante Herodes, por Juan de Valdés Leal, óleo sobre lienzo, 177,5 x 146 cm; Piedad (detalle), por Luis de Morales, «El Divino», óleo sobre tabla, 68 x 52 cm, y El bosque de las maravillas A/T (detalle), por Equipo Crónica, 1977, acrílico sobre lienzo, 175 x 275 cm.

Entre los pintores no representados en el museo destaca la incorporación de obras maestras de artistas como Juan de Juanes (San Agustín, un óleo sobre tabla de alrededor de 1579), Rodrigo de Villandrando (Virginia Centuriona, un óleo sobre lienzo de hacia 1620), Diego de la Cruz (Tabla de Adanero, h. 1485), Juan Pantoja de la Cruz (Margarita de Austria, 1607), Juan van der Hamen (Bodegón con frutas, alcachofa y flores o Cesta de guisantes y cerezas con floreros, h. 1621), Jerónimo Jacinto Espinosa (Visión Mística de San Bernardo de Clairvaux, h. 1650), Juan de Valdés Leal (Salomé bailando ante Herodes), Antoni Tàpies (Ocre y Gris, 1964), Manuel Millares (Guerrillero muerto, 1967), Rafael Canogar (San Cristóbal, 1960), Eduardo Arroyo (Toda la ciudad habla de ello, 1984) o Darío Villalba (La Espera. Tríptico, 1979).

Mención especial merece, por su magnitud, la inclusión en esta donación del Retablo de la Flagelación de Leonor de Velasco, del siglo XV (posterior a 1486 y anterior a 1494), del entorno del Maestro de la Visitación y Maestro de Oña (fray Alonso de Zamora). Este retablo, compuesto por ocho óleos sobre tabla y con unas dimensiones totales de 5 x 3,90 metros (sin contar el guardapolvo, el bancal y la cretería), procede de la capilla del cementerio del monasterio de las Clarisas en Medina de Pomar (Burgos) y fue encargado por la madre abadesa, Leonor de Velasco. Y también es de reseñar la presencia de esculturas de autores contemporáneos como Juan Muñoz (Balcón con dos figuras, 1992) o Cristina Iglesias (una pieza de hierro y hormigón pintado de 1986).

Retablo de la Flagelación de Leonor de Velasco, por pintor del entorno del Maestro de la Visitación y Maestro de Oña (Fray Alonso de Zamora), posterior a 1486 y anterior a 1494, óleo sobre tabla.

Por otra parte, entre los artistas ya representados en la colección, la pinacoteca asturiana ha sumado a sus fondos obras destacadas de pintores como Juan Correa de Vivar (Camino del Calvario y Crucifixión, las dos obras de alrededor de 1550), Luis de Morales “el divino Morales” (una Piedad, h. 1565-70), Francisco de Zurbarán (El Infante P. Bustos de Lara, h. 1640-45), Genaro Pérez Villaamil (Vista de la Catedral de Oviedo con una procesión, 1837), Ignacio Zuloaga (Buffalo, Señor de Montmartre), José Gutiérrez Solana (El Cura de la Aldea, 1923), Esteban Vicente (un collage de 1983) o Pablo Palazuelo (Campo de Campos I, 1987), entre otros.

Hay que recordar, además, que un gran número de estas obras estaban en manos de colecciones o coleccionistas extranjeros, y que gracias a la adquisición en su momento por Plácido Arango ahora han vuelto al Patrimonio español. También hay que destacar el excelente estado de conservación.

Bodegón con frutas, alcachofa y flores o Cesta de guisantes y cerezas con floreros, por Juan van der Hamen y León. h. 1621, Óleo sobre lienzo, 61 x 81,3 cm.

No es la primera vez que Arango hace una donación al Museo de Bellas Artes de Asturias, en 2007 cedió el cuadro Automne Basque, de Darío de Regoyos, con motivo de la exposición Una mirada singular, organizada en la pinacoteca asturiana un año antes e integrada por 25 obras de su colección. Y es que Arango tiene un vínculo especial con estas tierras, sus padres Jerónimo Arango Díaz y María Luisa Arias Fernández eran de origen asturiano, y por eso esta donación está dedicada a la memoria de sus progenitores.

San Agustín, por Juan de Juanes, h. 1579, óleo sobre tabla, 107,5 x 59,2 cm.

Este conjunto de piezas se mostrará al público en una exposición que tendrá lugar entre la próxima primavera y otoño. Además se editará un catálogo, se celebrará un ciclo de conferencias y una serie de actividades didácticas.

Sin título, por Cristina Iglesias, 1986, hierro y hormigón pintado, 191 x 51 x 56 cm, pieza única.

El consejero de Educación y Cultura del Principado de Asturias y presidente de la Junta de Gobierno, Genaro Alonso, ha propuesto nombrar a Plácido Arango Patrono de Honor del Museo de Bellas Artes de Asturias. Por su parte, el director del Museo, Alfonso Palacio, ha destacado la “extraordinaria generosidad y el ejemplar mecenazgo de Plácido Arango, que ha planteado en todo momento una donación sin contrapartidas de ninguna clase, en abierto diálogo con los representantes del centro de cara a reforzar lo mejor y al máximo posible sus colecciones”. Y ha señalado este día como una fecha histórica para el museo y uno de los más importantes en sus treinta y siete años de vida. También ha incidido en el gran refuerzo y espaldarazo que esta donación supone para la pinacoteca, una institución que a pesar de la crisis económica de estos últimos años ha incrementado su espacio expositivo con una ampliación.

Vista de la Catedral de Oviedo con una procesión, por Genaro Pérez Villaamil, 1837, oleo sobre lienzo, 101 x 71 cm

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