Ideado como un programa de mentoría, este certamen ha nacido con la idea de impulsar el talento de jóvenes artistas que tendrán la oportunidad de producir una obra original inspirada por la Alhambra y exponerla en ARCOmadrid 2017. El pasado 22 de noviembre, un comité de expertos dio a conocer a los cinco finalistas y el 23 de febrero próximo se conocerá al ganador de este premio dotado con 15.000 euros
Las cinco obras preseleccionadas por un Comité de Expertos compuesto por la comisaria Alicia Ventura y los directores de museos Iñaki Martínez, Manuela Villa y Juan Antonio Álvarez Reyes se expondrán del 22 al 26 de febrero en el espacio de Cervezas Alhambra en ARCOmadrid 2017. El 23 de febrero, un jurado formado por figuras del mundo del arte a nivel nacional e internacional dará a conocer al ganador del Premio Cervezas Alhambra de Arte Emergente, que tendrá una dotación económica de 15.000 euros para el ganador y cuatro accésit de 4.500 euros como apoyo al trabajo y a la realización de la obra de cada uno de los finalistas.
El palacio de La Alhambra, sus estancias y sus patios recubiertos de arabescos y decoraciones en estuco, sus celosías y sus alicatados con motivos geométricos, es la potente fuente de inspiración para estos cinco artistas convocados.
El nexo con la artesanía, condición para participar en la convocatoria, supone un reto para los artistas invitados, ya que tienen que aunar el respeto por la producción artesana, reinterpretada en clave actual, con la experimentación artística. “El resultado de estos ejercicios suele dotar a las obras presentadas de un componente extra de intensidad y singularidad”, ha revelado Alicia Ventura, comisaria artística del Premio. Y dentro de esta singularidad, hay que destacar que cada uno de estos cinco artistas tendrá que colaborar con artesanos y contará con un mentor que les guiará durante todo el proceso creativo.
Cinco artistas, cinco miradas de La Alhambra
JACOBO CASTELLANO: Aljibe. Este artista ha investigado sobre la distribución del agua en el período de la Granada árabe y sobre las soluciones técnicas que ayudaron al desarrollo social y cultural de la ciudad. En el proyecto presentado por Castellano se simula, a través de una construcción con ladrillos, el frontal de uno de estos aljibes y dignifica esta construcción dotándola de una carga decorativa a través de piezas o teselas de barro que realizará con un artesano.
MIREN DOIZ: Pétalo, hueso, aguja, huso. Esta artista propone una pieza, de pared y suelo, a partir de cuatro formas básicas empleadas en los mosaicos nazaríes, como el pétalo, el hueso, la aguja y el huso, que surgen de modificar formas geométricas simples como el cuadrado y el triángulo isósceles. En los mosaicos se aplicarán movimientos de traslación y simetría. Para su obra empleará madera y tela, materiales con los que trabaja habitualmente, y jabón y vidrio, que incorporará por primera vez a su obra.
JOSÉ MIGUEL PEREÑIGUEZ: Señas y sonidos del palacio rojo. Para este proyecto, el artista toma en consideración cualquier parámetro dentro de la compleja fábrica arquitectónica e histórica de la Alhambra: proporciones entre partes, organización jerárquica de los distintos espacios, etc. Basándose en este archivo de cifras y medidas, se construiría una serie de instrumentos sonoros cuya forma, ornamentación o resonancia, las refleje de una u otra forma. El resultado bien podría caracterizarse como una Alhambra desmaterializada o como una maqueta del edificio, hecha solamente de sonido o de aliento.
ALEGRÍA Y PIÑERO: Lipogramas. El trabajo artístico de este colectivo viaja a lo largo de un ciclo experimental y de una búsqueda constante. Lipogramas reinterpreta la idea de arquitectura parlante de la Alhambra, extrapolando el uso del signo a una fenomenología del habla. La “poesía-mural” de la Alhambra ha sido el germen de una de sus principales vías de investigación en torno a la creación de esculturas y arquitecturas parlantes.
TERESA SOLAR ABBOUD: Masa de infinita enormidad. El proyecto es un mapa fragmentado y tridimensional de tuberías creado con cerámicas torneadas, colgadas en tensión a través de correas elásticas. El trabajo explora el doble papel de la cerámica como materia arquitectónica y sus cualidades dúctiles y orgánicas. En este proyecto las cerámicas replicarán la forma de los atanores, pequeñas tuberías cerámicas que se ensamblaban y formaban parte del sistema de alcantarillado de la Alhambra. El proyecto consiste en la creación de tres esculturas/rodillos de bronce, que definen en su forma un perfil que pronuncia palabras. Divididos por un eje horizontal a la altura de los labios, ambas partes giran y se intercambian generando nuevas palabras.