La exposición «Hitchcock, más allá del suspense» supera los estereotipos sobre el cineasta y aborda su vida y obra reconociendo que es difícilmente clasificable. Organizada por temas según las claves más significativas de su filmografía, el recorrido -dinámico y atractivo- incide en la importancia que daba en sus relatos cinematográficos al tratamiento visual. Comisariada por Pablo Llorca, la muestra puede verse en el Espacio Fundación Telefónica hasta el 5 de febrero
Pablo Llorca es profesor de Historia del Cine y de Historia de la Fotografía en la facultad de Bellas Artes de la Universidad de Salamanca (USAL), cineasta y el comisario de la exposición Hitchcock. más allá del suspense con la que conduce al visitante de una forma muy lúdica al universo de Alfred Hitchcock (Londres, 1899-Los Ángeles, 1980). Partiendo de la base de que el cineasta inglés es difícilmente clasificable, la muestra repasa su vida y sus películas más conocidas a través de cinco grandes bloques temáticos: Introducción; El toque Hitchcock: Mujeres y hombres; Hitchcock y su tiempo, el arte y la arquitectura, y El revés de la trama: Hitchcock, las apariencias y los trucos. Todo ello dibuja una visión global y entretenida, que desvela secretos desconocidos para los no cinéfilos e insiste en la fuerza visual (icónica) de sus imágenes.
El material expositivo es muy amplio: fotogramas ampliados y secuencias de sus películas, storyboards, bocetos de decoración, peluquería y vestuario (está el vestido que lucía Grace Kelly en La ventana Indiscreta (1954), carteles, fotografías, revistas. El visitante puede jugar con los trampantojos que imitan los utilizados por el director en los trucajes de sus películas. En ellas había muchos y muy variados trucos -algunos pensados para salvar la censura-, pero sabía esconderlos bien. Ahí está parte de su magia.
Fue fantástico en el dominio de los recursos del arte y la vanguardia y supo rodearse de grandes colaboradores sobre los que, según cuenta la presentación de la exposición, «ejercía un control férreo», sin que eso signifique que renunciara a sus opiniones (¿para qué serviría si no contar con ellos?). Un ejemplo claro es la famosa escena de la ducha en Psicosis (1960) que Hitchcock imaginó muda, pero que al final llevó la propuesta de Bernard Herrman, compositor norteamericano. Saul Bass, uno de los grandes del diseño gráfico, colaboró en los títulos de crédito de algunas de sus películas que resultó en unas construcciones evocadoras con tipografías tratadas de manera plástica.
La potencia visual de sus historias creó imágenes icónicas que se apoyaban en eso que en la exposición han llamado El toque Hitchcock. Como ejemplo está la segunda versión de El hombre que sabía demasiado (1956) donde hizo que la cámara avanzara en planos sucesivos mientras sonaba la canción de Doris Day como si fuese la propia música la que se movía por el espacio. También fue muy suyo un aspecto que se trata en otro apartado de la muestra: su aparición en las películas que surgió como una necesidad (ahorrarse a un figurante) y se convirtió en un juego. Uno más.
Buen vendedor de sí mismo, también fue un genio en la evocación de su época y su modernidad plástica. Fue testigo del triunfo del Estilo Internacional y quiso reflejarlo en sus historias donde se encuentran evocaciones a Mies van der Rohe o Le Corbusier. Se inspiró en artistas como Julio Le Parc, Picasso o Dalí y se contagió, en la elección de los vestuarios, del glamour de Christian Dior o Balenciaga. Por sus películas se pasean los automóviles de su tiempo, se reconocen los paisajes de gasolineras y de luminosos. Y todo esto se aprecia en una exposición que, con el carácter pedagógico propio de las iniciativas del Espacio Fundación Telefónica, se enriquece con un serie de actividades gratuitas pensados para todos los públicos entre las que se encuentran el taller Arquitecturas del suspense, para niños de 6 a 12 años los días 11 de diciembre y 5 de enero; o Universo femenino sobre papel, dirigido a un público de entre 15 y 20 años que analizará, el 18 de noviembre y el 9 de diciembre, carteles de la historia del cine deteniéndose en el rol que cumple la imagen femenina. La muestra y Hitchcock también articulan el programa Abierto por vacaciones que se organiza en Navidad (de 27 a 30 de diciembre y de 3 a 5 de enero).