La belleza en las Inmaculadas del Siglo de Oro

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Hasta el 19 de febrero conviven en la sala 10A del Museo del Prado seis representaciones de la Inmaculada Concepción: seis formas de acercarse al ideal de belleza femenina en el Siglo de Oro. Tres de ellas son obras de Zurbarán, el resto corresponden a Mateo Cerezo, Juan de Valdés Leal y Francisco de Herrera el Mozo. Salvo uno de los óleos de Zurbarán, todos proceden de la donación de Plácido Arango Arias a la pinacoteca nacional

En 2015 el empresario y coleccionista de arte Plácido Arango Arias realizó una importante donación al Museo del Prado: 25 obras de arte entre las que se encuentran pinturas de Luis de Morales, Juan de Valdés o Francisco de Goya. Ahora el museo, con la intención de hacer partícipe al visitante de esta aportación, ha reservado una de sus salas del edificio Villanueva (la 10A) para reunir en una pequeña exposición seis Inmaculadas. Cuatro de ellas son parte de esa donación de 2015, otra (la de Francisco de Herrera el Mozo) es una nueva incorporación de 2016 -también cedida por el Plácido Arango- y la sexta es una Inmaculada de Zurbarán fechada hacia 1630 perteneciente al Prado desde 1956, pero cuya inclusión en la exposición completaba muy bien el discurso temático.

Inmaculada Concepción, por Francisco Zurbarán, h. 1630, óleo sobre lienzo, 128 x 89 cm, Madrid, Museo Nacional del Prado, Adquirido en 1956.

Inmaculada Concepción, por Francisco Zurbarán, h. 1630, óleo sobre lienzo, 128 x 89 cm, Madrid, Museo Nacional del Prado, Adquirido en 1956. Arriba, detalle de Inmaculada Concepción, por Francisco de Zurbarán, h. 1635, óleo sobre lienzo, 101,2 x 77,3 cm. Donación Plácido Arango Arias, 2015.

Las seis obras reflejan cómo los artistas del Siglo de Oro abordaban el tema de la Inmaculada y reflejaban con ella los ideales de belleza femenina. En los cuadros reunidos, que datan entre 1630 y 1680, se distinguen dos versiones: una que subraya la intimidad, el recogimiento y la concentración, como ocurre en la obra de Zurbarán de 1630, y otra más barroca, con composiciones más dinámicas y coloristas, como la que pintara Francisco de Herrera el Mozo hacia 1670. 

Inmaculada Concepción, por Francisco de Herrera el Mozo, h. 1670, óleo sobre lienzo, 165 x 105 cm. Donación Plácido Arango Arias, 2016.

Inmaculada Concepción, por Francisco de Herrera el Mozo, h. 1670, óleo sobre lienzo, 165 x 105 cm. Donación Plácido Arango Arias, 2016.

Las tres obras de Zurbarán son de 1630, 1635 y 1656, y junto a ellas se expone un estudio con radiografía que incluye a la Inmaculada conservada en el Museo Diocesano de Sigüenza, lo que permite trazar una hipótesis de sucesión cronológica. Precisamente sobre el tema de las fechas hay un punto curioso ya que la Inmaculada que ahora se reconoce de 1656 y que, por lo tanto, se estudia como una obra de madurez, estuvo mal datada hasta 1988. El 5 fue interpretado como un 1, lo que restaba a la pintura cuarenta años y la situaba en una época temprana del artista, cuando apenas tenía 18 años. Confirmado el error, es fácil reconocer en este óleo la maestría de quien en 1956 ya era un consumado colorista, como destaca Javier Portús (jefe del departamento de pintura española del Museo Nacional del Prado, hasta 1700) en el catálogo editado por el museo a propósito de la donación de Plácido Arango Arias. Esta obra que a partir de un grupo de angelitos cantores crea en la parte inferior una zona densa, compacta y abigarrada compensada por la luz rica en matices que rodea a la Virgen cumple un interesante papel en la colección del Prado porque, como indica Portús, «anuncia algunas de las fórmulas iconográficas que adoptaría, en la misma Sevilla, Bartolomé Murillo» y «resulta singular en el contexto de la pintura española».

Inmaculada Niña, por Francisco de Zurbarán, 1656, óleo sobre lienzo, 194,3 x 157 cm. Donación Plácido Arango Arias, 2015.

Inmaculada Niña, por Francisco de Zurbarán, 1656, óleo sobre lienzo, 194,3 x 157 cm. Donación Plácido Arango Arias, 2015.

Al hilo de esta exposición, el 19 de octubre a las 18:30 h está previsto que Leticia Ruiz (jefe del departamento de pintura española del Renacimiento del Museo Nacional del Prado) imparta en el museo la conferencia Las Inmaculadas de la colección Arango: la plenitud del Barroco español.

 

 

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