Con el título de Hispania Nostra, 40 años. Re-conociendo el patrimonio español en Europa, una exposición, que se inauguró el pasado lunes 23 de mayo en la sede del COAM, celebra las cuatro décadas de existencia de la Asociación Hispania Nostra, reconocida por su independencia e implicación social en la defensa del patrimonio. Coorganizada por Acción Cultural Española (AC/E), podrá verse hasta el 30 de junio
Desde el año 1976, en que fueron galardonados con el premio Europa Nostra el conjunto urbano de Covarrubias y la torre de Queveda, hasta 2016, cuando los premiados han sido las seis iglesias recuperadas tras el terremoto de Lorca y el malagueño Caminito del Rey, han transcurrido cuatro décadas en las que la Asociación Hispania Nostra se ha convertido en una referencia para la protección del patrimonio histórico de nuestro país.
Estructurada como una “asociación de asociaciones”, y englobada a su vez en la federación internacional que lleva el nombre de Europa Nostra, Hispania Nostra se ha destacado siempre por defender una línea conservacionista, dando primacía a los valores intrínsecos del patrimonio por encima de modas y personalismos. Huelga decir que en el mundo del patrimonio cultural, igual que en el del natural, la posición conservacionista va hermanada con los ideales progresistas, es decir, aquellos que anhelan el bien común por encima de intereses cortoplacistas.
El aniversario de la Asociación se celebra ahora mediante una exposición excepcional, que estará abierta al público hasta el 30 de junio en la sede del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM). Son cuarenta años en los que la misma idea de lo que es patrimonio ha ido evolucionado, desde la consideración del monumento singular hasta la inclusión de los entornos paisajes humanizados e, incluso, del llamado patrimonio inmaterial: como explicaba José María Ezquiaga, Decano del COAM, en la presentación ante la prensa, se trata de un viaje conceptual que va “de lo excepcional a lo común”. Porque una creación señalada, lo que entendemos como monumento, no puede entenderse si se le despoja de su contexto histórico, social o paisajístico.
La presidenta de la Asociación (y, junto al arquitecto Luis Cueto, comisaria de la muestra), Araceli Pereda, ha insistido en la importancia fundamental de la implicación en la defensa de los bienes culturales de la sociedad, de espaldas a la cual no puede tener éxito iniciativa alguna. Por ello ha destacado el aumento progresivo de dicha implicación en nuestro país, señalando casos como el de Zambrana (Álava), donde ha sido la iniciativa local y vecinal la que ha llevado a cabo una recuperación patrimonial que tilda de ejemplar.
Junto con el COAM ―que no solo ha prestado su sede para la exposición, sino que ha expresado a través de su Decano la voluntad de establecer con Hispania Nostra una colaboración constante― la asociación cuenta con el apoyo de otras instituciones, como la Acción Cultural Española (AC/E) o la Agencia Española de Cooperación y Desarrollo (AECID), lo que habrá de traducirse en la voluntad de llevar la exposición a otras poblaciones españolas y también a distintos países. Ambas instituciones han estado representadas en la rueda de prensa por Jorge Sobrado y Jorge Peralta, quienes coincidieron en resaltar el papel que la política patrimonial española tiene en la imagen exterior del país y en su posible extrapolación a otros territorios, como es el caso de Hispanoamérica.
Son muchos los retos a los que se enfrenta el patrimonio, entendido de forma amplia como aquello que como sociedad hemos heredado y que debemos legar a quienes nos sucedan. Una de esas dificultades, señalada por Rafael Fraguas durante la rueda de prensa, es la necesidad de facilitar el acceso público al patrimonio evitando los peligros de la masificación. Otras amenazas son el abandono o los proyectos que pueden arruinar, por codicia, ignorancia o exceso de personalismo, un bien único. Por eso es importante tanto la existencia de los galardones de Europa Nostra, destinados a estimular y recompensar a colectivos y profesionales que actúan con conocimiento y buen sentido, como la publicación de la llamada “Lista Roja del Patrimonio”, una iniciativa valiosa y que carece prácticamente de paralelos en un mundo, el de la arquitectura, donde se dan pocas ocasiones para un verdadero debate crítico.
Que hay lugar, fuera del ruido de algunas intervenciones tristemente publicitadas, a numerosas actuaciones llevadas a cabo con buen uso del criterio, es el hecho de que España sea, con 191 galardonados, el país europeo que más veces ha recibido el premio Europa Nostra. Quien visite la exposición ―que se inaugurara el día 23 de mayo con la presencia de la presidenta honoraria de Hispania Nostra, la reina doña Letizia, y que durante la última semana de mayo irá pareja a una serie de actividades paralelas, entre las que se encuentra el Congreso Europeo de Patrimonio 2016― podrá hacer un recorrido retrospectivo a través de esos casi dos centenares de bienes galardonados durante estos cuarenta años, ejemplo y guía para un país que tiene en el patrimonio cultural (y natural) su mejor acicate para un desarrollo alejado de intereses espurios.
Miguel SOBRINO