El Espacio Fundación Telefónica acoge la exposición Sin título. La Colección Telefónica como nunca se ha visto, un proyecto interesante tanto por las obras que reúne como por el planteamiento pedagógico con el que ha sido impulsado. En las labores de comisariado han participado cien menores de entre 10 y 12 años. En Madrid, hasta el 24 de abril
Telefónica cuenta con un conjunto muy importante de obras de arte compuesto por distintas colecciones de obra pictórica, escultórica, fotográfica y papel. Entre los artistas se encuentran figuras nacionales e internacionales tan interesantes como Joaquín Torres García, Eduardo Arroyo, José María Sicilia, Benjamín Palencia, Ouka Leele, Zhang Huan, Chema Madoz, Richard Hamilton o Juan Muñoz. Ahora (desde el pasado 5 de febrero y hasta el 24 de abril), el Espacio Fundación Telefónica expone casi setenta obras, que nos permiten acercarnos a la colección de una forma muy diferente. La selección ha corrido a cargo de un grupo de cien niños de 5º y 6º de primaria (de entre 10 y 12 años), que, además, han incorporado su percepción de las piezas de arte y han dejado constancia de ellas en murales y nuevos planteamientos espaciales para las obras expuestas que incluyen, por ejemplo, el espejo resquebrajado que busca un rostro cubista.
La muestra, junto las actividades paralelas que genera, es el broche final de un trabajo pedagógico largo y ambicioso cuyo objetivo ha sido «fomentar entre los niños un acercamiento activo al mundo del arte y lograr una experiencia inmersiva de aprendizaje y de trabajo colaborativo a través de la experimentación». Los alumnos, pertenecientes a los colegios Blanca de Castilla de Madrid y Francisco de Quevedo de Leganés, comenzaron trabajando en tres puntos clave: qué es una colección, qué es una exposición y cómo se interpreta una obra de arte. A partir de ahí pasaron a asumir el papel de comisarios.
Se trata de una experiencia inédita en España, así que los primeros pasos se centraron en buscar referentes en otros países. Miraron hacia Londres, en concreto hacia la Wallace Collection y la Tate Modern que han realizado proyectos con niños; al Centro Pompidou de París, o a Estados Unidos donde la Universidad de Harvard ha organizado el Project Zero. La Fundación Telefónica también buscó sinergias con consultoras de innovación social, expertos en arte y pedagogía e instituciones españolas como el Guggenheim de Bilbao, el Museo Thyssen de Madrid o la Fundación La Caixa de Barcelona. Con estos mimbres, comenzó el trabajo del equipo educativo del Espacio Fundación Telefónica con los profesores y los alumnos de los dos colegios citados.
Aquí comienza la etapa más apasionante, que se desarrolló entre diciembre de 2014 y febrero de 2015: el momento en el que los alumnos se colocan frente a las obras de arte. Se «quedan» con algunas y se sumergen en ellas para identificar temáticas comunes, reinterpretarlas, e incluso proponer títulos alternativos. Se fijaban en aspectos formales objetivos (tamaños, colores…), pero también subrayaban otros más subjetivos como qué les había llamado más la atención, qué habían sentido o qué les inspiraba esa obra. Con todo esto y el bagaje de visitas a exposiciones (que también promovió este programa educativo) se decidió la estructura de la exposición en cuatro apartados: cara, materiales, forma y color, y misterio.
En una tercera y última fase, que tuvo lugar en junio de 2015, se invitó a público infantil a acercarse a la colección de arte e interactuar con ella a través de los talleres que dirigieron el dibujante Paco Roca, la fotógrafa Montserrat Soto y el escritor Carlos García Miranda. Con obras de Luis Feito y Joan Fontcuberta, por ejemplo, se realizaron collages y El Chino frotándose las manos de Juan Muñoz inspiró un relato que ahora puede leerse en la exposición, donde se ha colocado haciendo compañía a la figura del escultor madrileño.
Como consecuencia de todo esto llegamos a la muestra abierta ahora al público (a todo el público, pero especialmente al infantil): Sin título. La colección Telefónica como nunca se ha visto. Entre las obras que reúne, algunas llevaban desde los años 90 sin exponerse, y salen de nuevo a la luz con este planteamiento innovador que incorpora la mirada y la actuación infantil. Además, está acompañado con un catálogo también inusual que comprende dos partes: una pensada para el lector/artista infantil y otra para el adulto que le acompaña. Un par de ejemplos: el Yunque de sueños XIII de Chillida sirve para mostrar la diferencia entre obra figurativa y abstracta y da pie a experimentar con patatas y témpera negra; y con Helena Almeida y su uso del cuerpo humano para crear se anima a pintar con las manos. Las ilustraciones del libro son de Puño.
Las exposiciones que acogen el Espacio Fundación Telefónica suelen estar acompañadas de un programa muy dinámico de actividades paralelas. Este caso, con la fuerte vocación pedagógica del proyecto, no podía ser una excepción. Entre las propuestas hay invitaciones a hacer un recorrido sensorial por la colección, a emprender un safari urbano o a participar en un taller de dibujo con modelo (más información, pinchando este enlace).
Una gran exposición y un gran reportaje el de DESCUBRIRELARTE.
El arte en la mirada de los niños y su selección de piezas para todos nosotros.
http://www.jesuscuenca.com/2016/03/sin-titulo-exposicionfundaciontelefonica.html