La retrospectiva ‘Joaquín Torres García: la arcadia moderna’ organizada por el MoMA -donde se ha podido ver hasta el 15 de febrero- aterrizará en España el próximo 19 de mayo. Por ello, y con motivo de ARCO, pasaron por la capital española para presentar dicho proyecto, el director del MoMA, Glenn D Lowry, y el curador jefe del arte latinoamericano y caribeño, Luis Pérez-Oramas, quiénes también hablaron de algunas de las líneas en las que trabajan desde el museo
Aún tendremos que esperar dos meses para poder disfrutar en directo de la obra de Joaquín Torres-García, que desembarcará el próximo mes de mayo en la Fundación Telefónica, tras haber estado expuesta durante los meses pasados en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, MoMA. En esta gran muestra se encuentran piezas del artista, salvaguardadas habitualmente en museos y fundaciones de diversas partes del mundo. Entre otros muchos han participado de España el Museo Reina Sofía, IVAM, Thyssen-Bornemisza, Mnac o el Patio Herreriano.
El objeto del proyecto ha sido desde su gestación trazar un panorama amplio sobre la trayectoria de este artista, natural de Montevídeo (Uruguay), pero que habitó en diversas parte del mundo absorbiendo la vanguardia artística con la que se topaba. Así, que su universo creativo se enriqueciese con la práctica de diferentes lenguajes tratando a su vez diversos planteamientos, acordes al pensamiento del momento y al lugar donde se encontraba.Por tanto, se huye en cierta manera de una exposición lineal, que encasille las obras sin relación alguna en el discurso y sin links hacia otras circunstancias y materias ; sino que se ha tratado más bien de establecer un diálogo entre la producción artística de Torres-García y la época en que se creo, para hablar de la sinergia de factores artísticos, filosóficos, que intervienen como enclaves en la obra completa de un artista.
Un planteamiento que no es un caso insólito en el MoMA sino que es el que dirige la política de la dirección artística de Gleen D Lowry. Su idea ante todo consiste en tratar el arte moderno, contemporáneo, desde todas las perspectivas posibles que lo impulsan. También abordar escenas locales para borrar fronteras y estudiarlas desde una visión transversal que conecte con lo que ocurre paralelamente en otras partes del mundo. Se insta además desde la dirección del museo a que las instituciones de peso como son los museos, tienen el deber de trabajar en equipo para adivinar los cambios y las nuevas formas de producción de los artistas, con el objetivo de estudiarlo e interpretarlo para comunicárselo a la sociedad.
De esta idea parte el programa C-MAP del MoMA pensado para explorar cada año una escena de América Latina. En el 2015 la elegida ha sido Chile. Tras casi un año de preparación, en el cual el personal del MoMA se reúne con gente del lugar del destino para conversar y estudiar los aspectos que definen y participan en las circunstancias que acaecen en ese momento, se marcha al país señalado para ampliar las ideas en el trabajo de campo.»El hecho de que miremos a América Latina es debido a que está intrínseca en el museo desde su fundación en los años 30. Por entonces hay que tener en cuenta, que no existía ningún otro museo de arte moderno, ni en América, ni en Europa, por lo que el MoMA fue el primero en empezar a coleccionar la creación que se producía en el sur del continente«, explicaba el curador Luis Pérez-Oramas.
Sin embargo, el curador de arte Latinoamericano hace hincapié precisamente en que esta clasificación es una ficción. «No creo que exista un arte latinoamericano como tal, sino una producción que bebe y se alimenta de otras muchas ocurrencias del mundo».En el caso de Torres-García se huye también de todo nacionalismo y se le presenta como un artista que contribuyó al intercambio cultural transatlántico tanto en su obra como en su contacto estrecho con la vanguardia en ambos lados del charco. España fue un episodio clave en su trayectoria, igual que lo es en la actualidad para el MoMA, como apunta el director Glenn Lowry. «España siempre ha sido un país muy cercano al MoMA, tanto en la procedencia de los visitantes que vienen al museo -en 2015 ocupó el 8 puesto de los 10 países que más acuden a la institución- como en los coleccionistas, directores y artistas. Por ello, no dudamos en que España sería un destino casi obligado en la itinerancia de la exposición».
Hasta la fecha de inauguración, prevista para el 19 de mayo, sólo nos queda esperar.