Por estas fechas, el belén como icono de la Navidad es irreemplazable en multitud de espacios tantos públicos como privados. Sin embargo, esta estampa milenaria representada ante todo por la Virgen María, San José y el niño Jesús, abarca otros aspectos compositivos que nos permiten conocer la idiosincrasia del lugar del mundo donde se rinde culto. Seleccionamos tres exposiciones en España que hacen mella en este aspecto: ‘El Belén Napolitano’ en el Museo de Escultura de Valladolid;’Noche de Luz’ en la Casa del Lector de Matadero, y el Belén a escala real de San Lorenzo del Escorial.Todas ellas se pueden visitar hasta el 6 de enero
En el caso del Museo de Escultura de Valladolid retrocede hasta el siglo XVIII para mostrar su famoso belén napolitano que este año cuenta con una adaptación museográfica mucho más ambiciosa que en los años ulteriores.Por ello, con lo que se va a encontrar el visitante este 2015 es con un recorrido permanente divido en tres partes: la vinculación de la ciudad de Nápoles con los belenes; el belén napolitano del propio museo, y por último un panorama contemporáneo de la ciudad italiana y el culto de la epifanía en la contemporaneidad.
Los tres apartados están perfectamente pensados para que desde el comienzo con el belén Olaguer del siglo XIX, oculto hasta el momento en los almacenes de la colección del museo, el espectador experimente un abrir de boca sobre la ilustración escenográfica que llega a su esplendor en el segundo espacio del discurso. En éste se da paso al belén napolitano del museo, cuya procedencia se remonta a la compra de la familia García de Castro, y la vinculación plástica con el artista Sert. Pero la idea principal en la composición es el concepto de la ‘napoletanità’ (napolitaneidad), inventado por los napolitanos, más que el propio culto a la Epifanía. Esto quiere decir, que por entonces Nápoles, capital del Reino español de Italia, experimentaba un momento de esplendor en todos los ámbitos, y fue precisamente esta atmósfera la que los artistas decidieron adaptar a la representación culta.
Se trata de la secularización de un asunto sagrado, que nos permite asomarnos a la identidad local de ese contexto histórico tan vivo en la plástica, que prácticamente el espectador acude en directo a los teatros y músicas populares que tenían lugar en las plazas y calles de la ciudad; a los puestos ambulantes de artesanía y comida, e inclusive a las trifulcas a la salida de las tabernas.Un proyecto que ha estado en manos del escenógrafo Ignasi Cristià, licenciado en Arte Dramático, y uno de los máxime profesionales en los montajes audiovisuales y teatrales del panorama actual.
A la postre de esta muestra, un Nápoles contemporáneo se nos aparece en el documental que clausura el discurso mientras retrata la ciudad desde el amanecer hasta el crepúsculo. Una inmersión en el bullicio cotidiano de la localidad que no termina por parecernos ajeno al representado sobre el existente en el siglo XVIII. Con este guiño y puente entre las dos épocas, se da por concluida la idea principal de la exposición: el culto a una tradición en la que el ritmo de la vida termina por envolver el motivo principal de carácter sacro.
La vuelta al mundo en belenes
Muy diferente a la propuesta anterior es la que se presenta en la muestra ‘Noche de Luz’ en la Casa del Lector de Matadero Madrid. Comisariada por Antonio Basanta, cuenta con más de mil figuras que constituyen alrededor de doscientos conjuntos de belenes procedentes de diferentes partes del mundo. De este modo, la amalgama de estéticas nos permiten aprender desde la sencillez y sobriedad del estilo africano y asiático; sobre la explosión de colores de Latinoamérica y los ecos de España en las composiciones peruanas y mejicanas, hasta el caleidoscopio europeo en el que Italia vuelve a estar presente.
Una oportunidad para conocer y disfrutar de piezas que hasta el momento no se habían exhibido públicamente,al pertenecer en su mayor parte a la colección particular Basanta-Martín; para muchos expertos la mejor en belenes internacionales.Una oportunidad que se ha llevado a cabo también gracias a la Fundación Germán Sánchez Ruipérez, que desde el 1987 ha apostado por proyectos de belenes en los que la interculturalidad es el eje principal de las muestras.
A la luz del belén monumental
Por último, otros belenes como el de San Lorenzo del Escorial siguen el esquema tradicional , pero lo original en este caso es el soporte que lo constituye: la calle. A escala real las figuras y los diferentes escenarios del belén (según el descrito en el Nuevo Testamento), se distribuyen aproximadamente a lo largo de 500 m2, en los que se suma la Plaza de San Lorenzo y la Plaza de Jacinto Benavente. Este 2015 se celebra la décimo novena edición y como cada año el peligro que acecha sobre este belén escultórico es el mal pronóstico meteorológico, ya que en su mayor parte las piezas están realizadas con cartón y papel. Aún así la cifra de visitantes cada año supera al anterior, igual que la calidad que lo constituye para sumergirnos en un viaje al pasado.