Wassily Kandinsky,explosión de la abstracción

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Estudiaba derecho y economía, pero la pieza de Lohengrin de Wagner y la exposición impresionista de 1896 en Moscú propiciaron un cambio de opinión respecto a su mundo profesional para decidirse por el arte. Ahora la obra de Kandinsky aterriza con una retrospectiva en CentroCentro Cibeles en Madrid gracias a la colaboración del Centre Pompidou de París, deudor de la mayor parte de las piezas de la colección privada del autor, que nunca vendió. Hasta el 28 de febrero

Comisariada por Ángela Lampe, conservadora del Museo Nacional de Arte Moderno Centro Pompidou, la muestra se presenta como la más íntima dedicada al autor. Madrid es la última parada de este proyecto, tras haber comenzado la gira en 2014 en el Palacio Real de Milán y posteriormente en Milwaukee y Nashville, en Estados Unidos. Las piezas seleccionadas, un total de 100 obras entre dibujos, fotografías y pinturas, se distribuyen a lo largo de cuatro apartados que marca el discurso expositivo correspondientes a las diferentes etapas de la vida y trayectoria de Kandinsky como pintor.

La primera de ellas arranca cuando el artista decidió su vocación a la edad de treinta años, y emprendió su marcha a Alemania, donde el movimiento modernista ocupaba la vanguardia artística. Sin embargo,lo que absorbió Kandinsky en este país fueron los planteamientos postimpresionistas que adelantaban la posterior incursión del expresionismo alemán, representado principalmente por Kirchner. De estas primeras obras, siempre óleo sobre lienzo, destacan paisajes como Schwabing (1901) y estampas inspiradas en la vida de tiempos pasados del Imperio ruso como Antigua Rusia (1903-1904), una directriz en relación con el  romanticismo alemán; quizás, en concreto de Wagner.

Pero como en toda trayectoria artística, y más aún en las de creadores inquietos sin cura, Kandinsky comenzó a indagar otros senderos plásticos que hablaban de sinestesias sensoriales. El poder del color para el artista podía llegar a emitir sonidos. De esta premisa, su primer tratado, «De lo espiritual en el arte». Esto conllevó al punto de inflexión que se produjo con la creación del colectivo Der Blau Reiter (El jinete azul) en 1911-12 y la posterior publicación del Almanaque El jinete azul, cuyos artículos hablaban de la emergente creación contemporánea, tanto en pintura como en otras disciplinas como la música.

La idea principal remitía al interior del autor, a la espiritualidad viviente en éste y cómo actuaba de motor en el proceso creativo de las obras. Un concepto que en aras del conflicto bélico de la Primera Guerra Mundial, explosionó en el arte de Kandinsky para  producir sus primeras piezas abstractas. Por las circunstancias en Alemania, el artista regresó de nuevo a Rusia donde se casaría con la que fue su compañera de por vida, Nina Andreyevskaya.

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«Improvisation III», 1909.

En esta segunda etapa se involucraría con el movimiento de la Revolución de Octubre lo que le proporcionó cargos culturales importantes hasta 1920. Sin embargo, su modo de trabajar, así como sus planteamientos abstractos ocasionaron varios enfrentamientos con el movimiento constructivista ruso, en pleno auge por entonces. Aún así, sus escritos ya  habían traspasado fronteras y  fue invitado por Walter Gropius para dar clases de arte y arquitectura en la Bauhaus. Estos años, dicen los expertos, forman la etapa más fructífera del trabajo de Kandinsky, y quizás sea por la alternancia de lenguajes que practicó y que bien son prueba de ello Pequeños mundos y Negro cuadrícula de 1922. Sobre todo esta última, en la que se percibe además la suma de la influencia  recibida de la Bauhaus en cuanto al estudio de la  abstracción geométrica. Esta simbiosis entre el color y la forma le impulsarán definitivamente al reconocimiento dentro del panorama artístico europeo .

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«Schwarzer Raster» (Trama negra),1922.

En 1933, en la antesala a la Segunda Guerra Mundial se traslada a París, ciudad en la que vivirá hasta su muerte en 1944. Durante esta última década de su vida se mantuvo en contacto con los círculos a los que pertenecían Picasso y Miró, lo que en cierta manera le repercutió en sus creaciones. Las geometría abstracta y la paleta intensa se sustituye por colores más claros y unas líneas más elásticas y blandas. Si observamos los cuadros de Miró y amigos suyos como Jean Arp no es desorbitado encontrar un guiño entre las piezas de los tres. Sea como sucedió en realidad, sus aportaciones en el arte le han proporcionado la inmortalidad, y aún muchos años después, el eco de su nombre resuena en las instituciones artísticas de todo el mundo.

Para la exposición se ha publicado un catálogo en el que se profundiza sobre otros aspectos artísticos de Kandinsky que no se reflejan en la muestra. Para más información de horarios y precios pinchar aquí.

Los interesados en conocer más a fondo a este artista y esta exposición, en el próximo número de noviembre DESCUBRIR EL ARTE le dedica un artículo que analizará todo estos aspectos, escrito por Manuel Antón, que se podrá adquirir desde últimos de octubre y durante todo el mes de noviembre en los quioscos.

 

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