El presidente de la feria de arte madrileña invita a disfrutarla con la mente y el espíritu abiertos en esta entrevista con Betiana Baglietto para Descubrir el Arte. Asegura que desde Estampa han intentado abrir la feria al arte contemporáneo en general, sin poner limitaciones técnicas. La feria se celebra desde el 24 al 27 de septiembre en Matadero Madrid
Es tan apasionado del arte, que no podía concebir ver morir el espacio en el que se inició como coleccionista y, sin pensarlo demasiado, se lanzó a comprarlo. Juan Antonio Rodríguez se quedó en 2009 con la Feria Estampa, en sus horas más bajas, y hoy está orgulloso de haberla resucitado y vuelto a poner en el mapa de los acontecimientos artísticos del año. Aquí nos adelanta cómo será la 23ª edición, del 24 al 27 de septiembre, en el Matadero de Madrid.
Pregunta: ¿Qué novedades nos esperan en Estampa 2015?
Respuesta: Estamos francamente contentos porque después de unos años muy duros –cogimos una feria muy desgastada en 2009, pensando que salíamos de la crisis en 2010 y fuimos muy ilusos, visto ahora con perspectiva– en que hemos ido muy lentamente, porque el mercado no permitía otras alegrías, intentando cambiar el rumbo, tanto del contenido como de su proyección, este año podemos decir que por primera vez estamos recogiendo los frutos de un trabajo sistemático, serio.
La edición de este año es un poco la continuación de la del año pasado, que fue la realmente novedosa. Por primera vez fue una feria de arte múltiple. Creíamos que en un mercado y en un país como este, en el que la cultura tiene la presencia que tiene, compartimentarla y ponerle límites era perjudicial. Por otra parte, Estampa sí que tiene un público fiel, que sigue la feria año a año desde hace mucho tiempo y que está por encima de las 20.000 personas que se concentran en esos cuatro días. Hemos intentando hacer un giro en el sentido de abrirla al arte contemporáneo en general, sin poner limitaciones de técnicas. Ahora mismo estamos abiertos a todo: fotografía, dibujo, pintura, obra gráfica, etc.
P: ¿En esta apertura al arte en general está la clave de la evolución conseguida?
R: Sí, y este año profundizaremos en esos cambios porque, aunque ya han calado en el mercado, al no modificar el nombre, todavía sigue habiendo una resistencia fuerte a pensar en Estampa en términos más globales de feria de arte contemporáneo.
P: ¿Por qué cuesta pensar en esos términos?
R: Se da aquí la eterna disyuntiva que hemos tenido. Cuando entramos hace seis años, y teniendo en cuenta que la feria estaba muy baja y no tenía precisamente un perfil muy bueno, lo primero que valoramos fue cargarnos el nombre aunque, por otro lado, era el único activo con el que contábamos. Siempre digo que en ninguna actividad profesional existen atajos, solo el trabajo serio y continuado termina dando frutos, y en el mundo del arte mucho menos, porque la confianza es el bien primordial de las relaciones entre artista-galería, galería-coleccionista, coleccionista-artista. Por tanto, dudábamos mucho de que todo ese buen nombre y atracción que tiene la feria, si lo echábamos por tierra, fuéramos capaces de reconstruirlo a partir de cero. Lo único que habíamos comprado era un nombre y decidimos seguir con él, intentando transmitir ese cambio de idea poco a poco.
- Vista de la edición de Estampa 2014.
- La feria se celebra en Matadero Madrid.
P: ¿Que sea en Matadero ayuda a esa intención de renovación?
R: Absolutamente. Es cierto que llegamos a Matadero obligados, no fue una decisión empresarial de cambiar el perfil, pero una vez allí, estamos encantados. Creo que hemos conseguido beneficiarnos los dos con una relación que no existía. No me gustaría ponerme medallas, pero para Matadero también es muy importante realizar una feria por la que en la última edición pasaron 22.000 personas. Un gran número de ellas no conocía el lugar y quedó impresionada, y a partir de ahí las estás convirtiendo en clientes. El sitio es inmejorable, pero también es cierto que tiene una capacidad limitada. Si seguimos creciendo a este ritmo, que ojalá así sea, tendremos que plantearnos la posibilidad de poder crecer allí o buscar alternativas. Pero no es sencillo encontrar en Madrid un sitio para hacer una feria de estas características a unos costes razonables.
P: Volviendo al contenido de esta edición, Portugal y Perú son los países invitados en las secciones Iberia y Mapa. ¿Qué nos puede adelantar?
R: Otro problema importante de esta feria es la internacionalización, y todo el mundo te pregunta cuántas galerías internacionales van a venir. Nosotros tenemos un posicionamiento muy claro en el mercado, aparte de ser una feria global de arte contemporáneo, somos conscientes y tenemos los pies en el suelo de qué tipo de coleccionismo existe en España y de quiénes son seguidores de una feria como Estampa. No pretendemos competir con Arco ni vendemos obras de 500.000 euros. Estamos en una franja de entre 2.000 y 20.000 euros. Es decir, que si eres del extranjero tienes que vender muchas obras de estas para poder sufragar todos los gastos que implica trasladarte. Nos es complicado ser atractivos para galerías internacionales porque no tenemos dinero para subvencionarlas tampoco. Entonces, con el ánimo de crecer por fuera del mercado español, hemos pensado acercarnos a Portugal por situación geográfica y física. En cuanto a Perú, estábamos intentando desde el año pasado tener un país invitado con una fórmula razonable y viable, que las galerías que vengan puedan ser ayudadas por sus embajadas. Perú tiene gran cantidad de artistas en el mercado internacional y podía ser un país muy interesante. El año pasado, con México, fue un éxito.
P: ¿Cómo ha sido la elección de Juan Uslé como artista invitado?
R: La elección del artista invitado es muy difícil todos los años, a la vez que enriquecedora. Cada vez que elegimos uno, me da miedo pensar cómo vamos a seguir. Hay varios ahora mismo con mucha proyección internacional y Uslé es uno de ellos. Aceptó sin problemas y estamos encantados.
P: ¿Qué tal está funcionando la plataforma Colecciona?
R: Muy bien, con una gran acogida de asistentes y de ponentes. El mayor problema es encontrar las fechas para compaginarla con las actividades profesionales de quienes quieren asistir.
P: ¿Es difícil convertir a alguien en coleccionista? ¿Qué hay que tener además de algo de dinero?
R: Ganas, ADN, curiosidad y rodearte de alguien que te pueda transmitir la pasión. La mentalidad que tenemos los coleccionistas es algo con lo que naces. Yo me reconozco coleccionando toda mi vida, desde cromos, sellos, monedas, fósiles, armas blancas, cerámica, hasta que descubrí el arte y me di cuenta de que era mi sitio. No entendía nada, empecé en Estampa y en Arco cuando estaba en el paseo de la Castellana. Pero insistí. Recuerdo a mi madre cuando iba a mi casa y se sentaba en el sofá, frente a un Guerrero, que es una mancha verde básicamente, y me preguntaba si de verdad aquello era un cuadro. Algo así debí sentir yo también la primera vez que me enfrenté a él, hace veinticinco años, pero tuve la curiosidad de intentar ver lo que veían otras personas y yo no.
P: ¿Qué se colecciona actualmente? ¿Hay nuevas tendencias?
R: Cada uno colecciona según el momento en el que se encuentre. Yo, por ejemplo, empecé con obra gráfica, pasé a originales y he ido evolucionando a cosas más contemporáneas. El 80 por ciento de mis compras de los últimos dos años han sido fotografías. Pero depende del perfil del coleccionista y yo no lo he tenido nunca, compro lo que me gusta.
P: Uno de los objetivos que se plantearon al adquirir Estampa era hacer de ella una feria con extensión social, ¿lo están consiguiendo?
R: Absolutamente. El primer paso que me guió fue intentar no perder este nido de coleccionistas y el segundo, ampliar esa base, hacerla más social. Es un problema de educación, pero paso a paso lo vamos logrando.
P: ¿Hay brotes verdes en el arte?
R: Sí, se nota a todos los niveles, una actitud mucho más positiva. Obviamente, el mercado ha perdido tanto que nos va a costar ubicarnos en situaciones anteriores a la crisis.
P: Si tuviera que hacer balance de estos años…
R: Muy positivo. Orgulloso de haber podido sobrevivir a estos años y ver dónde empezamos y dónde estamos hoy, con muchas más galerías y un perfil de calidad y de artistas difíciles de imaginar en los comienzos.
P: Como hombre de la publicidad, ¿cómo vendería Estampa?
R: Le diría a la gente que se acercara con la mente y el espíritu abiertos, que hable, averigüe, porque es una feria muy familiar, en la que es fácil participar. Preguntes a quien preguntes te vas a sentir cómodo y no te vas a desmayar por ningún precio. Que la disfruten y la vivan cercana y profundamente