Cincuenta y tres años han transcurrido desde la última vez que el surrealista pisara la capital belga. Ahora, su presencia reaparece en la ciudad gracias a la exposición «Dalí en Bruselas. Una historia desconocida», que presenta Mayoral Galeria d’Art los próximos 25 y 26 de septiembre en el espacio Costermans (Place du Grand Sablon, 5)
Fue en 1926, en un viaje con su tía, su madrastra Catalina y su hermana Anna María, viniendo de París, cuando Dalí aterrizó por primera vez en Bruselas. De lo más llamativo para él fue su Museo de Bellas Artes, y en concreto la obra pictórica de los flamencos. Veermer como su gran descubrimiento y al que alabaría después en repentinas ocasiones. Posteriormente el mismo Museo de Bellas Artes sumó a su colección el óleo La tentación de San Antonio (1946).
Años más tarde, en abril del 62 las representaciones ballet Gala y la opereta cómica La dama española y el caballero romano, fueron las que le destinaron a pasar de nuevo por Bruselas. En esta ocasión, tanto la presentación de estas obras como su visita tuvieron un gran impacto en los medios, sobre todo por la anécdota que quedó inmortalizada, de que Dalí se presentase en el estreno con una cabeza de rinoceronte disecada entre las piernas.
Muy diferente es el legado de su obra que en los próximos días se expondrá. La Mayoral Galeria d’ Arte ha optado por la vertiente del diseño de moda, a la que Salvador Dalí también dedicó su tiempo y estudio entre las otras muchas disciplinas creativas que trabajó. Son seis los dibujos seleccionados, que presentan diferentes trajes que sin embargo, nunca se llegaron a producir. Pero en todos ellos es inevitable no distinguir el sello de su autor.
En palabras del director de la galería, Jordi Mayoral:»Nos fascina que el legado de Salvador Dalí sea cada día más universal, como demuestran las últimas grandes exposiciones en museus de prestigio. Y nos ilusiona especialmente presentar una muestra de Dalí en Bruselas, en esta edición de Brussels Art Square. Con esta propuesta de investigación queremos recordar y recuperar su relación personal y artística con la capital belga».