Procedente de Japón, esta obra que el artista malagueño pintó en 1902 en su taller de la calle Nou de la Rambla de la Ciudad Condal, podrá verse por primera vez en España en el Museu Picasso hasta el 14 de diciembre. Perteneciente a la época azul, el genio malagueño retrató a las mujeres del vecino Barrio Chino. Esta obra, inspirada en el arte español religioso, guarda cierta semejanza con las gitanas de Isidre Nonell
A finales de 1901 Picasso cambia la exuberancia de los colores que utilizaba por la monocromía del azul, pero no solo es en el uso de los colores donde se produjo un gran cambio, sino también iconográfico. Si antes eran las mujeres que habitan en la noche, como las bebedoras de absenta, las protagonistas de sus lienzos, a partir de entonces, serán también mujeres las que retratará en sus obras, pero las mujeres marginadas o desfavorecidas.
Las mujeres de la prisión de Saint-Lazàre se convierten en las protagonistas de sus lienzos, solas o en grupo, con gorro frigio o envueltas en mantones. Estas obras se caracterizan por la ausencia de referencias anecdóticas en los fondos.
Este cambio de estilo le llevó al distanciamiento con su marchante Pere Mañach y fue la razón de que abandonara París y regresara a Cataluña, y donde, según Richardson, empezara la época azul.
Al llegar a Barcelona, Picasso se instala, junto con Ángel Fernández de Soto, en un taller de la calle Nou de la Rambla, vecina al Barrio Chino. Esto le permite seguir la senda que había comenzado en París, se inspira en las mujeres que viven en este barrio de la Ciudad Condal. Dibuja a mujeres encorvadas, de espaldas, de pie, con pañuelo, con chal…
Además, en este período barcelonés se aprecia un sutil cambio estilístico: las obras reflejan cierta inspiración en la iconografía religiosa del arte español, «como las maternidades y los mendigos-filósofos que habían sido la base de la pintura medieval y de los siglos XVII y XVIII». También en los fondos se aprecia un cambio entre su época de París y la de Barcelona, se vuelven más fluidos y el azul más intenso, debido seguramente a la diferente luminosidad entre las dos ciudades.
También es muy interesante observar cierta semejanza formal o confluencia entre estas mujeres de Picasso y las gitanas que Isidre Nonell estaba pintando en esa época.
Mujer con mantón azul pertenece al grupo de mujeres con pañuelo o chal, realizadas, según diversos autores, durante los primeros meses de 1902. El rostro, «cerrado y trágico recuerda el primitivismo de las vírgenes góticas y la espalda curvada refuerza la impresión de agobio y profunda tristeza».
Esta obra estuvo siempre en la colección de Picasso y, cuando la Kunsthaus de Zúrich organizó la primera exposición de Picasso en un museo, en 1932, el artista la seleccionó para que formara parte de la muestra, donde también estuvieron expuestas La vida y Terrats de Barcelona, esta última actualmente en la colección del Museu.
Gracias al acuerdo de intercambio que han suscrito el Museu Picasso de Barcelona y el Aichi Prefectural Museum of Art de Nagoya (Japón), propietarios del cuadro, esta obra se expondrá por vez primera en España y en la ciudad donde se pintó. Junto a Mujer con manto azul se mostrarán otras obras de este periodo que pertenecen a la colección del museo barcelonés.
Por su parte, el Museu Picasso de Barcelona prestará al museo nipón varios dibujos del pintor malagueño para una exposición que tendrá lugar del 3 de enero al 21 de marzo del año que viene, entre ellos, Un sabio (1899-1900), Pere Romeu caricaturizado de boer y otros croquis (menú de Quatre Gats) (1899-1900), Sebastia Junyent Sans (h. 1903), Autorretrato (1896) o Jaume Sabartés con quevedos (1901), en la exposición Picasso: Secrets of a Genius.
Muy interesante articulo realmente todo lo que tenga que ver con Picasso me parece fascinante.
Un saludo