La exposición que, como afirma el escritor marroquí Tahar Ben Jelloun, sería mejor titularla «las artes del islam», no trata de la religión sino más bien de la civilización que ha generado y reunido. Esta muestra se ofrece valiosa, elegante, refinada y sorprendente en las Caballerizas del Quirinal de Roma. Hasta el 20 de septiembre
Algunas de estas artes, tan familiares en España, han enriquecido durante siglos nuestro patrimonio histórico-artístico de gran proyección, como el mudéjar.
Las obras de esta exposición se dividen en dos apartados: uno, rigurosamente cronológico, introducido por una pequeña sección de numismática, mientrasque en el otro quedan ejemplificados los temas y los estilos centrales de las experiencias artísticas islámicas, con más de 300 obras maestras.
Mil cuatrocientos años de historia, de territorios que se extienden desde España hasta China con las materiales más diversas: piedra, estuco, vidrios, metales, marfiles, cristales de roca, maderas, cerámicas, joyas, miniaturas… para componer un sugestivo fresco capaz de asombrar y emocionar.
Desde hace cuarenta años Sheikh Nasser Sabah al-Ahmad y Sheika Hussah Sabah al-Salim al-Sabah coleccionan obras de arte islámicas y del Medio Oriente preislámico: un núcleo de 35.000 piezas, uno de los más importantes en el mundo, por cantidad, calidad y originalidad de las obras.
Con motivo de la Fiesta Nacional de Kuwait, el 23 de febrero de 1983, la Colección fue cedida en calidad de préstamo permanente al Museo Nacional del Kuwait, donde permaneció hasta los trágicos sucesos de la invasión iraquí en agosto de 1990. Del saqueo perpetrado sólo se salvó un centenar de objetos, que formó el contenido de la exposición Arte Islámico y Mecenazgo con piezas procedentes de más de 20 museos del mundo. Mientras, las otras piezas recuperadas en su casi totalidad en Bagdad retornaron a Kuwait y hoy constituyen una de las colecciones mediorientales más prestigiosas y completas que existen.
La Casa de las expresiones Culturales del Islam, dirigido con competencia y entusiasmo por Sheikha Hussah, no es solamente un museo sino un activísimo centro cultural polifuncional abierto en un país, Kuwait, pequeño pero con gran vocación por la Cultura. Conocer, comprender o educar a la belleza son misiones irrenunciables de todo individuo, una tarea compleja y difícil, necesaria en estos años de tensión y conflictos armados. Y en este sentido, en los mundos islámicos, el arte «súper partes'» se impone como el mejor embajador de culturas y civilizaciones más que milenarias.
La sección numismática trata de encuadrar histórica y geográficamente las principales fases del desarrollo de las civilizaciones musulmanas. Se parte desde las influencias de las grandes civilizaciones rivales de la nación islámica (tardoantigua bizantina por un lado y mesopotámica oriental por otro, sin dejar de valorar las aportaciones centroasiáticas), de los inicios y del periodo formativo para pasar a la evolución de un lenguaje artístico autónomo y peculiar que se va ramificando y consolidando con resultados de soberbio equilibrio, para concluir con los tres grandes imperios del Quinientos, verdaderos gigantes políticos y culturales: el mediterráneo de los Turcos Otomanos; el iraní de los Safavidis, de confesión chií extraordinariamente abiertos al resto del mundo, y la fabulosa opulencia de la corte hindú de los Moghul.
En la segunda parte, quedan ejemplificados los temas y estilos centrales de las experiencias artísticas islámicas: el rigor formal de las estupendas caligrafías, la científica y erudita exploración de las posibilidades matemático-geométricas, la infinita fantasía del motivo floreal repetido (arabesco) hasta la representación abstracta y realística de la figura animal o humana, que desmiente el falso mito de la iconoclastia islámica.
Clausura estas hileras de maravillas la resplandeciente suntuosidad del tesoro con los trabajos de orfebrería, principalmente hindúes, orgullo de la colección, sin rivales en este sector.
Destacan los puñales de oro, rubíes, diamantes y esmeraldas (Turquía e India, siglo XVI), los azulejos (Irán, hacia 1620 aprox.), el capitel de mármol corintio con inscripción de Medina Azahara (España, 974-975 d.C.), el vaso de vidrio azul (Egipto o Siria, siglos VIII-IX), la refinada jarra de bronce (Irán, hacia finales del siglo XI) o el astrolabio planisférico (Irán, 1683-84).
Carmen del VANDO BLANCO