La propia imagen en la historia del arte

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La Turner Contemporary reúne más de cien autorretratos en un interesante ejercicio sobre cómo los artistas han abordado la tarea de representarse a sí mismos desde el siglo XVI hasta hoy en muy diversos formatos: pintura, escultura, dibujo, fotografía y cine. Organizada con la colaboración de la National Portratit Gallery, puede visitarse hasta el próximo 10 de mayo

 

Autorretrato por Anthony Van Dyck, h. 1640-41, óleo sobre lienzo ® Londres, Portrait Gallery. Foto: Philip Mould & Co.

Autorretrato por Anthony Van Dyck, h. 1640-41, óleo sobre lienzo ® Londres, Portrait Gallery. Foto: Philip Mould & Co.

En 2014 la National Portrait Gallery adquirió Autorretrato de Anthony van Dyck (1599-1641). Se trata de uno de los tres cuadros de este género que el pintor realizó  en Inglaterra y corresponde a los últimos años de su vida (está fechado hacia 1940-1941). Vestido elegantemente, su postura y el adelanto del hombro derecho sugieren que quería mostrarse como si estuviera pintando. También se piensa que Van Dyck estuvo implicado en el diseño del marco, cuajado de girasoles, flor con la que el artista, pintor de cámara en la corte de Carlos I, se había retratado anteriormente y que simbolizaba la relación entre súbdito y monarca. Esta obra va a viajar durante tres años durante distintas localidades británicas, la primera parada es esta de Margate, donde la Turner Contemporary ha decidido acompañarla de una interesante selección de autorretratos para, delimitando  un marco temporal de cinco siglos, mostrar la evolución de este género y su papel en la historia del arte.

El cuadro de Van Dyck se expone solo en un muro, este privilegio marca el punto de partida en un viaje que invitara a recorrer distintos géneros y estilos. La solemnidad del óleo de este gran retratista del XVII convive con otra imagen también clásica pero de matices más románticos en el autorretrato de otra gran retratista, la pintora suiza Angelica Kauffmann (1741-1807).

Angelica Kauffman, por Angelica Kauffmann, h. 1770-75, óleo sobre lienzo  ® Londres, Portrait Gallery.

Angelica Kauffman, por Angelica Kauffmann, h. 1770-75, óleo sobre lienzo ® Londres, Portrait Gallery.

Estas dos pinturas manejan lenguajes fieles y realistas en los que la figura no solo refleja los rasgos físicos sino que escarba en su personalidad y estado anímico, su estatus social y profesional sugeridos en la pose, la mirada, la composición, la ropa… En la exposición estos se complementan con aproximaciones más conceptuales cuya lectura no es tan directa. También se refleja en la muestra heterogeneidad en cuanto a las técnicas. No hay límites. Ya hemos hablado de dos óleos; nos paramos ahora en el retrato que abre este post, del artista británico Yinka Shonibare (1962), que combina impresión digital con lino pintado a mano y lo hace en un autorretrato en el que el autor juega al equívoco y se presenta como si hubiera posado para Warhol. Lo tituló Autorretrato (Después de Warhol) y es una obra de 2013,

Muy curioso es el vídeo en el que Sam Hsieh recoge la performance en la que se obligó, durante todo un año, a fichar cada hora en un reloj que colocó en su estudio y frente al cual dispuso una cámara. Para facilitar la comprensión de su trabajo sobre el tiempo y evidenciar el cambio, se rapó la cabeza antes de comenzar la performance el 11 de abril de 1980. El 11 de abril de 1981 el pelo le pasaba de la altura de los hombros.

Se presentan las diferentes versiones que de sí misma ofrece Louise Bourgeois (1911-2010), entre ellas, la escultura en bronce en la que se identifica con un animal,

 

La maravillosa escultura de Antony Gormley, Sublimate XXXI, es un ejemplo etéreo a base de acero de las investigaciones de este artista a propósito de las posibilidades expresivas que ofrece la escultura y los trabajos con el cuerpo humano, en muchos casos en relación con el entorno y la naturaleza.

Sublimate XXXI, por Antony Gormley, 2013, acero. Foto: Stephen White.

Sublimate XXXI, por Antony Gormley, 2013, acero. Foto: Stephen White.

Al enfrentarse a sí mismo el artista puede hacerlo motivado por un deseo de autopromoción, para dejar evidencia de su autoría, «utilizándose» como motivo de estudio figurativo, en una exploración autobiográfica o como excusa para reivindicar posturas políticas o sociales. La exposición plantea estas posibilidades y organiza los fondos en torno a seis temas: historia, celebridad, numismática, género, mortalidad y aproximaciones contemporáneas. Lo hace acompañando al visitante con una audio guía especial en la que la que el cómico y actor Hugh Dennis mezcla arte y comedia.

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