El Grand Palais de la Ciudad de la Luz reúne casi la mitad de la producción velazqueña para una histórica muestra, a la que han contribuido el Prado y otros museos de Europa y EE UU, y es que en Francia apenas hay obras del pintor barroco. El hilo narrativo se centra en el triunfo del sevillano como creador de la imagen de España en esa época. Un artículo de la revista de Descubrir el Arte de abril escrito por el especialista Fernando Checa analiza la muestra y comenta algunas de sus obras más importantes. Hasta el 13 de julio
«Aunque los pintores y escritores franceses del siglo XIX estuvieron entre los pioneros en lo que al ‘descubrimiento’ del artista sevillano se refiere, y aunque hoy día pasa como verdad admitida que Velázquez fue uno de los padres del impresionismo, lo cierto es que la exposición del Grand Palais inaugurada el pasado 25 de marzo es la primera muestra de gran envergadura del pintor que puede verse en la capital de Francia», afirma Fernando Checa.
«La paradoja es todavía mayor –prosigue Fernando Checa– si caemos en la cuenta de que un museo como el Louvre, que tiene obras de todos los grandes maestros del pasado, aun de aquellos que, como Vermeer, Leonardo o Ucello, poseen una obra pictórica escasa, no cuenta entre sus fondos con ninguna pintura de Velázquez, teniendo, como es sabido, una buena colección de pintura española, con autores como Goya, el Greco, Zurbarán o Murillo».
Por todo esto, esta exposición tiene una importancia extraordinaria. Entre las obras que se exhiben hay siete pinturas de primera categoría procedentes del Museo del Prado, el Kunsthistorisches Museum de Viena y la National Gallery de Londres han realizado también préstamos de gran importancia, así que, hablando en términos numéricos, podrá verse en París más o menos la mitad de la obra de don Diego Velázquez.
Este carácter que se quiere «triunfal» de la muestra, con iconos como La Venus del espejo (National Gallery de Londres), Inocencio X (Galeria Doria-Pamphili de Roma), Baltasar Carlos a caballo (Museo del Prado) o La infanta Margarita en azul (Kunsthistorisches Museum de Viena), «no ha sido inconveniente para que su comisario, el joven conservador de pintura española del Museo del Louvre, Guillaume Kientz, haya optado por puntos de vista problemáticos y discutibles que, afortunadamente, no dejarán de levantar polémica», comenta Fernando Checa en su artículo.
Ordenada de manera cronológica, «la selección de pinturas tiende a presentar obras cuya autoría es incontrovertiblemente velazqueña, con otras abiertas a polémica y discusión. Y ello desde el comienzo, en el que se muestra la Inmaculada de la National Gallery de Londres, sobre la que nunca se ha discutido su autoría, con la versión, tan diferente desde tantos puntos de vista, de la Fundación Focus-Abengoa. Lo interesante de esta confrontación es que se hace no solo presentando únicamente las dos pinturas, sino relacionándolas con una escultura de Alonso Cano y la versión que de este tema nos dejó Pacheco, el yerno y primer biógrafo de Velázquez».
Los interesados en leer este interesante artículo y conocer los comentarios de Fernando Checa a obras como el Retrato de Inocencio X o La Venus del Espejo, podrán hacerlo en la revista de abril de DESCUBRIR EL ARTE, ya en los quioscos.