El día 30 de marzo se ha presentado en el Museo del Prado ―dentro del ciclo de exposiciones, organizado por la Fundación de Amigos del museo, denominado “La obra invitada”― el San Juan Bautista niño que labró Miguel Ángel hacia 1495, cuando tenía veinte años. Esta obra que es la única del artista en España podrá verse hasta el 28 de junio
En el siglo XVI, esta escultura fue regalada por Cosimo I, duque de Florencia, al secretario del emperador Carlos V, Francisco de los Cobos, quien la colocó en su castillo-palacio de Sabiote. Tras la muerte del secretario, el San Juanito pasó a la capilla del Salvador de Úbeda, un templo magnífico proyectado por Diego de Siloé y en el que Francisco de los Cobos, gran aficionado a las artes, fue enterrado.
Esta escultura de mármol fue una de tantas obras de arte destruidas en actos vandálicos a comienzos de la Guerra Civil; de ella pudieron recuperarse tan solo catorce fragmentos, de los que uno de los principales, la parte superior de la cabeza, estaba además calcinado por el incendio que destruyó el retablo de la capilla del Salvador de Úbeda, en el que estaba integrada la escultura miguelangelesca. La casa ducal de Medinaceli, propietaria de la capilla y de la estatua, pidió hace veinte años al Opificio delle Pietre Dure de Florencia que estudiase su posible restauración.
Lo que se ha presentado en el Prado ha sido, después de tantos años, el resultado de la intervención operada en el instituto de restauración florentino, en la que se ha hecho uso de la tecnología informática para, a partir de las fotografías anteriores a la destrucción y de los fragmentos conservados, intentar una restitución de la imagen completa de la escultura. La pieza, ya recuperada, fue expuesta en varias ciudades de Italia (país que costeó la restauración) antes de regresar a España.
En la presentación ante la prensa intervino, además del director y de la secretaria general de la Fundación de Amigos del museo, Miguel Zugaza y Nuria de Miguel, el duque de Segorbe, Ignacio de Medina. Por parte del museo del Prado hablaron también Gabriele Finaldi y Stefan Schroeder, jefe del Departamento de Escultura y comisario de la muestra, aunque la explicación más esperada fue la de María Cristina Improta, directora del Departamento de Materiales Pétreos del Opificio delle Pietre Dure. Improta explicó el proceso de restitución del antiguo volumen de la obra, integrando los antiguos fragmentos de mármol en una estructura de complejo diseño. También tuvo que admitir que en los trabajos no ha intervenido ningún escultor, una carencia que puede apreciarse en los detalles y acabados de las partes nuevas.
El San Juanito de Miguel Ángel permanecerá expuesto en el museo del Prado hasta el próximo 28 de junio, fecha en que regresará a Úbeda para ser expuesto en la monumental sacristía, proyectada por Andrés de Vandelvira y decorada por Esteban Jamete, de la capilla del Salvador.
Entre tanto se celebrarán distintas visitas guiadas y conferencias, entre ellas la de Francesco Caglioti, el profesor que ha certificado la autoría miguelangelesca después de la sabia intuición que llevó a Manuel Gómez Moreno, allá por 1930, a proponer la escultura ubetense como la única obra escultórica de Miguel Ángel conocida en España.
Miguel SOBRINO