Gilt, de Robert Rauschenberg, es la obra invitada en el museo Thyssen Bornemisza. Se expone desde el 9 de febrero hasta el 31 de mayo junto a Express, también del artista norteamericano y parte de la colección permanente del museo madrileño
Robert Rauschenberg (1925-2008) fue un artista multidisciplinar que no dejó de experimentar e innovar con distintas técnicas: pintó, esculpió, fotografió, creó performances, imprimió, colaboró en representaciones teatrales e incorporó la tecnología a su obra. Difícilmente se le puede clasificar bajo la etiqueta de un estilo o corriente concretos, sus múltiples intereses le convierten en un puente entre el expresionismo abstracto y el pop art y en una figura fundamental para recuperar en Norteamérica el arte representacional. Desde sus primeros pasos se reconoce una constante que le acompañará en toda su producción: la extracción de materiales e imágenes de su entorno inmediato.
La obra que ahora recibe el Thyssen, Gilt (1983), prestada por la Ars Fundum Collection, pertenece a la serie Japanese Recreational Clayworks y es fruto de un viaje a Japón en el que Rauschenberg trabajó con artesanos de Otsuka Ohmi Ceramics. En esta obra el artista transfiere sobre unas finas planchas de cerámica de grandes dimensiones su iconografía, y plasma también La maja desnuda de Goya y fotografías tomadas de sus viajes a Osaka, Tokio y Nagoya. A principios de los años 80, el artista emprendió el proyecto Rauschenberg Overseas Cultural Interchange en el que, según cuenta Julia Blaut (Guggenheim Nueva York), mostró «su fe en el poder del arte y en la colaboración artística como provocadora del cambio social internacional y la culminación de su prolongado compromiso con los derechos humanos».
Junta a ella en la misma sala, la 48, se expone la única obra de la colección permanente del Thyssen de este artista norteamericano: Express, un lienzo de 1963 en el que interviene con óleo, serigrafía y collage. Con múltiples referencias al movimiento, en ella se plasman fotografías de un jinete sobre el caballo en el momento del salto, un escalador colgado de la cuerda, ruedas, bailarines o un desnudo bajando una escalera, una referencia -según señala Paloma Alarcó, conservadora del museo Thyssen- a Duchamp.