Acaban de inaugurar el 22 de enero una exposición de Chema Madoz que durará hasta el 14 de marzo. En una entrevista, las galeristas hablan de esta muestra, de sus intereses y de su proyecto galerístico, y también de la historia de la galería, la primera que expuso en España a artistas como Donald Judd, Carlo André, Sol Lewitt, Dan Flavin o Richard Serra
Isabel y Elvira Mignoni son la segunda generación de una de las galerías míticas de este país, Theo, todo un referente en la historia del arte español de la segunda mitad del siglo XX. La historia comenzó cuando sus padres, Elvira González y el artista Fernando Mignoni, abrieron la galería en 1966. En 1994 su madre, ya en solitario, abrió la galería Elvira González en el 3 de la calle General Castaños, que ha destacado por las magníficas exposiciones temáticas colectivas que han hecho a lo largo de los años y que ellas mismas han comisariado.
ISABEL MIGNONI. Hacer exposiciones de un solo artista es estupendo porque te permite conocer en profundidad su obra, además nuestros artistas tienen que exponer cada dos o tres años con nosotros. Pero las temáticas o colectivas tienen el aliciente de que muestran mejor tu personalidad como galerista, aunque también son más difíciles y llevan mucho trabajo; primero tienes que tener una idea, desarrollarla, y luego buscar las obras y pedirlas prestadas a tus colegas galeristas”.
PREGUNTA. ¿Cuáles de estas exposiciones destacarían?
ISABEL. Una que hicimos de dibujo por ser la primera que realizamos ya como galería Elvira González, para seguir con una de Esteban Vicente, gran amigo de mi madre y que la apoyó mucho cuando abrió su propio espacio y una de Rothko en 1998, que ahora sería casi imposible hacer porque es muy difícil encontrar cuadros en venta o que los coleccionistas te presten obras de este artista.
Entre las colectivas o temáticas, recuerdo con especial cariño Siete mil años de escultura: una estética permanente (2001), un recorrido desde el neolítico hasta nuestros días, en la que mezclamos épocas, tiempo y espacio, donde se contraponían, por ejemplo, una cíclada en mármol con una escultura de Juan Asensio, piezas etruscas con esculturas de Picasso. Fue muy laborioso reunir estas casi cincuenta obras pero tuvimos la satisfacción de que tuvo gran éxito de crítica y público.
ELVIRA MIGNONI. Cuando nos trasladaron al número 3 de la misma calle organizamos El lenguaje del cuerpo, con obras de artistas que han trabajado con el cuerpo humano como elemento de creación, desde Ives Klein, Zoran Music, Giacometti hasta Bill Viola. Y otra en la que expusimos alabastros blancos de Chillida junto a obras de la última época de Rothko, que son cuadros muy claros. Y la última de ellas, El círculo, que reflexionaba sobre por qué hay formas que se imponen sobre otras y artistas tan diferentes como Jesús Soto u Olafur Eliasson coincidían en un momento determinado haciendo obras con la esfera como protagonista. Para mí es muy importante este tipo de exposiciones porque te aportan identidad como galería, ya que muestran cómo eres y cómo trabajas, porque al margen de la idea, tú eliges los artistas que te gustan.
PREGUNTA. ¿Otro de los ejes de su trabajo es seguir haciendo exposiciones de sus artistas que ya no están vivos?
ISABEL. Es como un compromiso moral, y no se trata solo de vender sus obras, sino de que su trabajo no caiga en el olvido, como en el caso de Adolfo Schlosser, con quien tuvimos una relación muy estrecha y no queremos que su trabajo se olvide.
ELVIRA. Hay artistas muy buenos que han desaparecido del panorama artístico, como Sampere, Zóbel o Rueda, porque no tienen una galería que muestre su obra una vez muertos, de ahí la importancia del segundo mercado. Nosotros somos una galería vieja, sumamos un total de cuarenta y tantos años si juntamos Theo y Elvira González, y defendemos ese lado romántico de seguir trabajando con artistas que te siguen gustando aunque no sea un gran negocio porque pensamos que el compromiso con tus artistas es para siempre. Las galerías ahora apuestan por el futuro, que por otra parte está muy bien porque hay que apoyar a los jóvenes artistas, pero es triste que para darles cabida se queden muchos y buenos creadores en el olvido.
PREGUNTA. ¿A parte del nombre, qué otros cambios se producen al pasar de la galería Theo a Elvira González?
ISABEL. Lo primero que cambió fue el espacio, algo determinante en una galería. En cuanto a la línea expositiva no hubo grandes cambios; la galería había partido del cubismo y el minimal, y en época de nuestros padres fue la primera en mostrar a Donald Judd, Carlo André, Sol Lewitt, Dan Flavin o Richard Serra, y nosotras seguimos esa línea incorporando a artistas más cercanos a nuestra generación y desconocidos en su momento en España como Olafur Eliasson, Dan Walsh, Yoshihiro Suda o Barceló.
Un cambio importante que ha vivido la galería entre la generación de nuestra madre y la nuestra es el fenómeno de las ferias, ya que hemos pasado de participar solamente en la Fiac de París, a las siete que haremos este año, que sumadas a las seis exposiciones de la galería es como comisariar dos exposiciones a la vez.
ELVIRA. Para nosotras montar un estand es como hacer una exposición porque ahora no vale solo con colocar las obras, sino que debes presentar un discurso expositivo que muestre tu criterio y personalidad como galería. Hay que tener en cuenta que por una feria pasan cientos de miles de personas en una semana, coleccionistas internacionales que no vienen a Madrid, así que tienes que mostrar en poco espacio, y tiempo, tu coherencia como galerista.
PREGUNTA. ¿Cómo definirían a sus coleccionistas?
ELVIRA, Ahora ha surgido un nuevo coleccionismo que llamamos de ferias, es decir, el coleccionista al que le cuesta mucho ir a visitar exposiciones a las galerías durante el año y que, en cambio, sí acude a las ferias para comprar obras de arte. Este tipo de coleccionista tiene una relación diferente con la galería, es “de paso”, no le conoces y no sabes ni cómo es su colección ni por qué colecciona, porque en una semana que dura la feria no da tiempo a establecer una relación estrecha con ellos.
ISABEL. Lo ideal para nosotros como galería es que si una persona tiene la voluntad de comprometerse a comprar una obra de arte, que es un bien totalmente innecesario y que se hace por gusto o por pasión, se establezca una relación o un vínculo y lo habitual es que compre una segunda vez. Es muy importante saber por dónde va, lo que le gusta, porque lo que tiene que hacer una galería es crear coleccionismo. Tienes que ayudarles a que sus colecciones tengan un sentido. Nosotros, por ejemplo, tenemos coleccionistas de segunda generación, sus padres ya lo eran y ahora son los hijos, que han hecho la mayor parte de su colección con nosotros.
ELVIRA. Aunque eso también ha cambiado mucho. Mi madre sí que tenía coleccionistas que lo compraban todo en su galería, colecciones enteras; hoy en día eso ya no suele pasar porque la gente viaja mucho y compra en otras galerías de fuera de España. Por eso vender en las ferias es un poco frustrante. Además, nos gustaría que los que nos han comprado obra, si en el futuro quieren venderla, nos dejaran gestionar esa segunda venta, algo que se ha hecho muchísimo en esta galería. Así que desde que se hacen tantas ferias, resulta mucho más difícil tener ese fondo de coleccionistas porque ahora están desperdigados por Dallas, Houston, Berlín, Londres, Milán o Roma. Aunque no todo es negativo, también pasa al contrario, que de repente en una feria, por ejemplo, un norteamericano te da una obra para que se la vendas porque ve que tienes otras de ese artista. En definitiva, todo cambia.
PREGUNTA. ¿Qué artistas representan en la galería?
ELVIRA: Juan Asensio, Miquel Barceló, Fausto Melotti, Chema Madoz, Elena de Rivero, Esteban Vicente, Dan Walsh, Robert Irwinn, Yoshihiro Suda, Waltercio Caldas, Adolph Gottlieb, Robert Mangold, Lee Ufan, Adolfo Schlosser y Robert Mapplethorpe.
ISABEL. Además de los que representamos tenemos a los que exponemos habitualmente, como Joseph Albers, Alexander Calder, Dan Flavin, Eduardo Chillida, Olafur Eliasson, Donald Judd, J. R. Soto, Michelangelo Pistoletto, Antoni Tàpies o Lucio Fontana, entre otros.
PREGUNTA. ¿Siguen buscando artistas jóvenes?
ISABEL. La actitud no es tanto de búsqueda de artistas nuevos, aunque sí estamos atentas y mirando continuamente, como que de repente descubres a alguien que te engancha y no tiene galería, y empieza una colaboración. Hay un requisito fundamental: nos tiene que gustar a los cuatro, mi madre, mi hermano, mi hermana y a mí, aunque solemos coincidir casi siempre y nunca hemos tenido grandes discrepancias en este tema. La relación de una galería con sus artistas es casi como la de un matrimonio, es un compromiso brutal y a largo plazo.
ELVIRA. Muchos de nuestros artistas son jóvenes aunque reconocidos en el panorama artístico, como en el caso de Yoshihiro Suda, que es jovencísimo, y cuando nosotras nos fijamos en él, hace unos dos o tres años, apenas era conocido pero ahora empieza a tener bastante éxito internacional. Lo positivo de hacer muchas ferias es que te permite descubrir artistas, que les sigues viendo durante dos o tres años y ves que te va gustando su trayectoria.
PREGUNTA. ¿Cuántas exposiciones hacen al año?
ISABEL. Hacemos seis al año, tanto de nuestros artistas como de otros que nos interesan. Es una forma de empezar a trabajar con ellos; primero organizamos una muestra y eso nos da pie para trabajar a largo plazo
PREGUNTA. ¿Cómo se definen como galería?
ELVIRA. Exponemos sobre todo pintura y escultura, quizá esta última disciplina es lo que más nos diferencia de otras galerías, a lo mejor porque el padre de mi padre era escultor. Mis padres empezaron exponiendo a Rodin y siempre hemos hecho muchas individuales y colectivas de escultura. En cambio, no nos hemos dedicado mucho a la fotografía, aunque sí que llevamos a reconocidos fotógrafos como Robert Mapplethorpe y Chema Madoz.
PREGUNTA. ¿Qué destacarían de la exposición de Chema Madoz?
ISABEL. Es uno de los mejores fotógrafos que hay en España en estos momentos y hace tiempo que no expone en España. Acaba de hacer una gran exposición en Arlés, en el Festival Internacional de Fotografía, que ha debido de tener un gran impacto porque nos ha escrito muchísima gente interesada por su obra. También su libro de Obras maestras se agotó, y para primavera inaugurará una nueva muestra en la sala de la Comunidad de Madrid.
Pero centrándonos en la exposición y en sus obras, la mayoría de las fotografías son inéditas, y van de 2010 a 2014. En sus nuevas obras ahonda en esa poesía visual tan característica de su fotografía, pero además con un giro sutil que resulta sorprendente. La obra de Chema Madoz es poética, onírica, hasta llegar casi a la ensoñación, con humor negro, a la vez que muy cerebral, casi rozando la frialdad, y con un gran interés por lo textual: es increíble ver cómo lo que ha leído en su vida lo plasma en la imagen. Para acercarse a la obra de Chema hay que dedicarle tiempo porque no son imágenes impactantes que lleguen a simple vista al espectador, sino que hay que “pensarlas”.
ELVIRA. Sus fotografías pequeñitas son una joya, el tamaño pequeño lo maneja de maravilla, hay toda una serie que ha hecho con hormigas, muchas de ellas muy pequeñitas, que son fantásticas, es un artista muy sofisticado. No es un fotógrafo de imagen rápida, que a mí es lo que me gusta de él, aunque como estéticamente es tan bello, rápidamente te llega, pero necesita una segunda mirada más pausada. Es curioso porque los dos fotógrafos que tenemos son completamente distintos, a Mapplethorpe le interesa la belleza, el hedonismo, el cuerpo, la piel, y a Chema eso no le atrae en absoluto. Aunque lo dos, eso sí, son muy estéticos.
Ángela SANZ COCA
Galería Elvira González: Chema Madoz. Hasta el 14 de marzo
Me ha gustado mucho esta entrevista porque las galeristas cuantas cosas muy interesantes sobre el arte y las ferias. Cómo ha evolucionado el mundo del arte en estos años. Muy interesante.