Los Antimodernos inauguran el próximo miércoles 7 de enero la programación de conciertos de la Fundación Juan March de 2015. Sibelius, Britten, Rachmaninov y, en sus etapas neoclásicas, Stravinsky y Krenek constituyen el centro de este ciclo llamado a reivindicar la actualización del pasado para llegar a la modernidad
El ciclo de Los Antimodernos, compuesto por cuatro conciertos, uno cada miércoles del mes de enero -gratuitos-, pone el énfasis en aquellos músicos que llegaron a la modernidad sin necesidad de rupturas radicales, pero sin ser reaccionarios ni tradicionalistas. Desde la Fundación Juan March en Madrid, recuerdan que la tiranía de las vanguardias hizo creer que «solo aquellos compositores que rechazaban la tradición -del dodecafonismo al serialismo- podían situarse en la modernidad […]. Como resultado los creadores que optaron por actualizar el pasado como fórmula para ser modernos quedaron denostados, tildados de conservadores». En las notas al programa, Juan Lucas (director de la revista online El arte de la fuga) señala que compositores como Britten o Sibelius «fueron expulsados a las tinieblas exteriores y excluidos de cualquier debate crítico», pero su música «resistió obstinada a los embates». Este ciclo es una prueba de ello. Loa antimodernos son, como escribía Antoine Compagnon: «los modernos en libertad».
Con Roger Vignoles en el piano y el barítono Florian Boesch interpretando Reisebuch aus den österreichischen Alpen Op. 62, de Ernst Kreneck (1900-1991) se inicia el ciclo el 7 de enero. Lucas clasifica a Krenek como uno de los enfants terribles de la música centroeuropea de entreguerras: «lo suyo fue una incesante mutación de estilos que lo llevó en sus últimas décadas por los terrenos de la música serial, aleatoria y electroacústica, a las que hizo coexistir con los modelos tradicionales».
El 14 de enero está dedicado a La vía rusa. El pianista Boris Berman interpretará obras de Igor Stravinsky (1882-1971), Arvo Pärt (1935), Alfred Schnittke (1934-1998), Alexander Scriabin (1872-1915); y Serguei Prokofiev (1891-1953). Los acontecimientos políticos en Rusia (estallidos prerrevolucionarios, la Guerra del 14, la Revolución y la victoria final bolchevique) propiciaron el auge de los modernismos. «La excepción rusa -señala el programa- ha dejado un ininterrumpido reguero de antimodernos, de Scriabin a Schnitteke, que es hoy en día objeto de veneración por su culto pertinaz a la tradición dentro de un medio esencialmente hostil».
Los neorrománticos, con Sergei Rachmaninov (1073-1943) y Enrique Granados (1867-1916), protagonizan el concierto del 21 de enero. Los intérpretes son Leticia Moreno, violín; Julian Steckel, violonchelo, y Lauma Skride, piano. Rachmaninov fue «el artífice del trasplante del salón romántico a la moderna sala de conciertos» y Granados «personifica la pervivencia de los modernos decimonónicos en una sociedad musical cada vez más impregnada de modernismo».
Periferias, el 28 de enero, cierra el ciclo con las obras de Igor Stravinsky (1882-1971), Benjamin Britten (1913-1976), Frank Bridge (1879-1941) y Jean Sibelius (1865-1957), interpretadas por el Cuarteto Sacconi (Ben Hancox y Hannah Dawson al violín, Simone van der Giessen, viola, y Cara Berridge con el violonchelo). El ciclo concluye con el considerado príncipe de los antimodernos: Sibelius. La progresión de sus obras «disuelven las formas tradicionales aferrándose tanto más a ellas -según Juan Lucas-, en un gesto que hoy nos parece profundamente moderno».
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