La galería neoyorquina Sean Kelly presenta hasta el 6 de diciembre Generador, un trabajo de Marina Abramovic, y la primera exposición individual de la artista desde la última retrospectiva del MoMA en 2010. En este happening Abramovic crea una escenografía sensorial, en la que el espectador no sólo participa, sino que es una pieza clave para completar el significado de la representación
El arte performativo de Marina Abramovic concentra multitud de experiencias vividas a lo largo de su vida, pero también las investigaciones llevadas a cabo en las diferentes vías de expresión que comprende el arte de acción. De tal manera, que desde sus comienzos el desarrollo de sus planteamientos ha ido derivando hacia una manera de transmitir y hacer llegar lo inmaterial del día a día. Precisamente de este concepto nacieron las dos creaciones anteriores a Generador: 512 Horas, expuesto durante diez semanas en la Galería Serpentine de Londres y El artista está presente, creación performativa realizada durante tres meses y medio en el MoMA.
- Vistas de la instalación Generador, en la galería Sean Kelly de Nueva York Fotografía: Jason Wyche, Nueva York Cortesía de Sean Kelly.
- Vistas de la instalación Generador, en la galería Sean Kelly de Nueva York Fotografía: Jason Wyche, Nueva York Cortesía de Sean Kelly.
- Vistas de la instalación Generador, en la galería Sean Kelly de Nueva York Fotografía: Jason Wyche, Nueva York Cortesía de Sean Kelly.
Con un aforo límitado de 68 personas, a las que obliga a dejar los relojes, los teléfonos móviles y demás pertenencias antes de introducirse el espacio sensorial con el que pretende conseguir que el visitante entre en un estado relajado, físico y menta. El concepto con el que se constituye este ambiente es el “de la nada”, incentivando la introspección. Para esta meditación la artista se ha inspirado en las enseñanzas tibetianas de la unidad, en una búsqueda de la transmisión de la energía entre la artista y su público.
Como dijo el especialista Thomas McEvilley en el catálogo de la muestra, La casa con la vista al mar: “ en lugar de hacer una actuación libre de obras de arte, objetos, accesorios, o escenarios que podrían obtener entre ella y su espectador, se invita a los espectadores a entrar en una relación con la energía”. Diez años más tarde de esta muestra, no sólo ha alcanzado el objetivo, sino que lo ha logrado de una forma más radical.