El 9 de noviembre se cumplen 25 años de la caída del Muro de Berlín. Sus restos constituyen la mayor galería al aire libre del mundo: es la East Side Gallery, un pedazo de historia palpitante y una obra de arte viva. Desde las páginas de Descubrir el Arte 189, Rosalía Sánchez recorre sus 1.300 metros de largo y habla con algunos de los artistas que le dieron vida
Las cifras cuentan que 11,5 millones de personas visitan cada año Berlín y el 98,3 por ciento de ellas reconoce haber fotografiado el East Side Gallery. Ese tramo del Muro, entre el Oberbaumbrücke y la estación central del Berlín Este, se ha convertido en un verdadero icono contemporáneo. Nació, según recuerda el artista Ignasi Blanch en su conversación con Rosalía Sánchez para Descubrir el Arte 189, como un proyecto de arte efímero a partir de un concurso público. El objetivo era conservar parte de ese muro de cediéndoselo a artistas de todo el mundo. Blanch, el único español que participó en el proyecto, recuerda el ambiente alternativo que se vivía en la ciudad cuando todo aquello se gestó, la carga emocional de la obra o sus influencias e intereses de entonces (señala a George Baselitz, Anselm Kiefer y Rosa von Praunheim). Dimitri Vrubel, el autor del beso entre Breznev y Honecker, todo un símbolo de la nueva vida del muro de la vergüenza, también se para con Descubrir el Arte a hablar de su obra, su obligada restauración en 2009 -que ejecutó él mismo- o del papel del artista.
Más voces (y más excusas para leer este reportaje en Descubrir el Arte 189): las del artista Thierry Noir que empezó a pintar en el Muro de forma casi clandestina; el alcalde Klaus Wowereit que habla del Muro como de «la red social del momento», o la del cantautor Wolf Biermann que asegura que el Muro sigue hoy gritando muy claro: «Tomaos la libertad, si no ella no os tomará a vosotros».
La arquitecta Mercedes Peláez, colaboradora de Descubrir el Arte, completa el reportaje con un análisis sobre la renovación urbana de la capital alemana. Un texto cargado de historia, identidad, cicatrices arquitectónicas y miradas hacia el futuro. Una lectura muy recomendable.
La verdad que es un lugar cargado de historia, pero sobre todo de emociones…
Que curioso… antes de viajar no sabía que hubo un español cuyo arte estaba plasmado en el muro, fue algo que aprendimos allí durante un tour (https://tourgratis.com/tour/tour-berlin-esencial) por la ciudad y en el que nos dimos cuenta de las injusticias tan grandes que allí se acometieron.
Hoy en día el muro por desgracia sufre grandes deterioros por actos vandálicos, lo que provoca que pierda un poco de interés.
Un saludo.