Otras 60 piezas de arte han sido localizadas en una segunda residencia de Cornelius Gurlitt en Salzburgo, después de que el pasado mes de noviembre se hiciera público la confiscación de más de 1.400 obras en su apartamento de Múnich, de las cuales se sospecha que al menos 600 provienen del saqueo nazi perpetrado contra los judíos. Los nuevos lienzos hallados están firmados por ilustres artistas como Claude Monet, Edouard Manet, Pablo Picasso y Pierre-Auguste Renoir, al igual que en el caso de las piezas de Múnich.
La noticia ha sido confirmada por el portavoz de Cornelius Gurlitt, Stephan Holzinger que, sin embargo, ha explicado que la procedencia de este lote de obras no es ilegal.
El coleccionista, que es hijo y heredero de Hildebrandt Gurlitt, marchante de arte al servicio del régimen nacionalsocialista, guardó las obras de arte en su apartamento durante más de 50 años. Fue investigado a partir de 2010, pero no por la posesión de las obras sino por ser sospechoso de evasión fiscal, debido a los numerosos viajes que hacía en tren de Múnich a Suiza llevando importantes sumas de dinero.
Las sospechas sobre la posible evasión de capitales de Gurlitt llevaron a los agentes a buscar en su apartamento. Su impresionante colección proviene en una gran parte, al menos 600 de las obras halladas en Múnich, del expolio de obras perpetrado por los nazis antes de la Segunda Guerra Mundial, aunque se sigue investigando la procedencia del resto de obras. Pertenecen concretamente al arte que los nazis consideraron como degenerado y que habría sido confiscado o robado directamente a diferentes coleccionistas judíos.
Hildebrandt Gurlitt fue reclutado por el mismo Joseph Goebbels, ministro de Propaganda, como uno de los miembros de la Comisisón para la Explotación del Arte Degenerado, en compañía de Karl Buchholz, Ferdinand Möller y Bernahrd Boehmer.
El objetivo de Goebbels era vender las obras confiscadas en el exterior para obtener divisas, aunque la comisión no cumplió sus órdenes a pies juntillas, ya que no reportó con minuciosidad todas las transacciones, lo que explicaría la colección que atesoró Hildebrandt. En cuanto a las pinturas encontradas en Salzburgo, aún no se ha determinado si su origen tiene que ver con las confiscaciones ilegales perpetradas durante el nazismo.