El Palacio de Exposiciones de Roma acoge, hasta el 14 de febrero, una selección de las obras maestras que esta saga familiar dedicada a la industria del acero reunió a lo largo de los siglos XIX y XX. Un total de 62 obras de 50 artistas que revolucionaron la pintura europea, desde el romanticismo al expresionismo abstracto, de la mano de Goya a Ingres, de Delacroix a Courbet, Manet o Cézanne, desde Braque, Gris, Kokoschka, Matisse, Modigliani o Picasso junto a los norteamericanos Arthur Dove y Georgia O’Keeffe
Todo empezó cuando Duncan Phillips fundó en 1921 en Washington un museo con la colección que había reunido él y su familia que se dedicaba a la industria del acero. Con el nombre de Galeria Memorial Phillips fue el primer museo norteamericano de arte moderno, y aunque normalmente estas obras maestras del arte no abandonan nunca el centro museístico, para celebrar el centenario de su apertura han organizado esta muestra itinerante (en España podrá verse a partir de marzo de 2016 en CaixaForum Bacelona).
Esta rica e «iluminada» dinastía familiar llegó a reunir entre los siglos XIX y XX un total de más de 2.000 obras maestras: de Goya a Picasso, del Greco a Pollock, que hacen un recorrido por distintos periodos y variadas procedencias geográficas, cuyo denominador común es el amor al mejor arte.
La exposición Conversaciones. Obras maestras del impresionismo y el arte moderno de la Phillips Collection que puede verse en las espléndidas salas del Palacio de Exposiciones en Roma es un paseo por los grandes de la pintura de los últimos doscientos años. Una cuidada selección de 62 obras de 50 artistas que forman parte de la colección de esta familia que se volcó en la adquisición de piezas artísticas y que puso a disposición de la sociedad.
Los comisarios Susan Behrends Frank y Joseph Holbach, de la Phillips Collection, y Matteo Lafranconi, del Palacio de Exposiciones, de esta muestra de pintura europea y norteamericana han trazado un discurso expositivo cronológico que está dividido en seis amplios apartados: Clasicismo, realismo y romanticismo; Impresionismo y postimpresionismo; París y el cubismo; Intimismo y modernismo; Expresionismo y naturaleza, y Expresionismo abstracto, en un recorrido que respeta la conexión entre pasado y presente y sin restricciones geográficas o temporales, siguiendo el espíritu del coleccionista,
Introducen a la galería expositiva los grandes artistas que a comienzos del siglo XIX revolucionaron la pintura europea, de Goya a Ingres, de Delacroix a Courbet y Manet, en diálogo con los maestros del impresionismo francés como Cézanne. Se destacan los autores modernos que plasmaron la visión artística del siglo XX, como Pierre Bonnard (el predilecto de Phillips), Braque, Gris, Kokoschka, Matisse, Modigliani, Picasso, Soutine o Vuillard junto a los norteamericanos Arthur Dove y Georgia O’Keeffe.
Estos últimos despertaron gran interés en el coleccionista tras su encuentro con el galerista Stieglitz, que fue el primero en hacer exposiciones de artistas contemporáneos europeos en Nueva York. Además, es una oportunidad única para descubrir las obras fundamentales de grandes artistas europeos y norteamericanos de la segunda posguerra como De Staël, Diebenkorn, Gottlieb, Guston o Rothko.
Al igual que toda la colección, las pinturas escogidas para esta cita romana obedecen al gusto de su fundador Duncan Phillips (1886-1966), que en su tour por Europa en 1911, se quedó tan impresionado con los cuadros de Renoir, Monet y otros impresionistas que decidió crear en su ciudad, Washington, un museo al más alto nivel, como el de Prado o el Louvre.
Y en un decenio aunaba el núcleo que se convertiría en una de las más célebres colecciones de Estados Unidos, el primer museo en suelo americano que adquirió obras de Pierre Bonnard (1925) y Georges Braque (1927) además de un autorretrato de Paul Cézanne; el primero también que acogió una exposición de Bonnard y el primero en organizar muestras de Chaïm Soutine (1943) o Giorgio Morandi (1957); el primero en comprar obras de los americanos Georgia O’Keeffe y Arthur Dove, así como las del francés Nicolas de Stäel; y el primero en abrir una sala dedicada a los lienzos de Mark Rothko.
Considerado ya en muchos aspectos un auténtico pionero, también ejerció como un activo mecenas, ya que la intención primordial del fundador era la de instituir “un museo de arte moderno y de sus fuentes” a partir del siglo XVII, con las obras del Greco, y que llegase hasta el siglo XX, atraído tanto por los grandes talentos como las futuras promesas
Así, el gran coleccionista siguió interesándose por las expresiones vanguardistas, postimpresionistas y contemporáneas, incrementando su colección con obras de Van Gogh, Cézanne, Gauguin, Matisse, Braque, Picasso, Klee, Kandinski, Mondrian y Calder, además de otros autores de finales del XIX, con el objetivo de acompañar a los artistas de las vanguardias con sus precursores, como por ejemplo la Pequeña bañista de Ingres que aparece al lado de un lienzo de Klee o Kandinski.
Cabe recordar el criterio que caracterizó la línea coleccionista de Phillips: prefería a los autores cuyas obras reflejaran la verdadera voz de sus creadores, para disfrutar del privilegio de “ver a través de los ojos del artista”.
Y por si fuera poco, la misma sede acoge la atractiva muestra Una “dolce vita”? Del Liberty al diseño italiano (hasta el 17 de enero de 2016) y la ya histórica Rusia “on the road” (hasta el 15 de diciembre de 2015) que se trasladará a Moscú (del 22 de enero al 22 de mayo de 2016).
Carmen del VANDO BLANCO
Un recull Excel.lent i prou ben escollit d’un dels períodes mes interessants de la pintura, prèvia a deixar el realisme, per endinsar-se al món de les formes, els colors i l’expressió dels sentits; a vegades sota una divisa abstracte, d’altres en un conjunt de formes per a transmetre una idea, un sentit, un concepte, o una protesta. Criteris que canviaren d’una manera diametral la pintura.
Un bravo per Caixaforum.