A la sombra de su tío Canaletto, de quien copió el nombre artístico, el pintor no fue menos genial en la elaboración de vistas de las más hermosas ciudades de su tiempo. Una muestra en la Alte Pinakothek de Múnich (hasta el 18 de enero) reivindica el genio de un artista al que la crítica y los historiadores han dado un injusto trato. Hasta hoy. Kosme de Barañano y Amparo Serrano de Haro han abordado en el tema de portada de la Revista Descubrir el Arte de noviembre, núm. 189, la biografía, el proceso creativo y las obras de este pintor y explican las razones de porqué no ha tenido el reconocimiento que se merece
Con aproximadamente 80 obras procedentes de colecciones públicas y privadas de Europa y Estados Unidos, esta exposición ofrece una oportunidad única para estudiar y disfrutar la obra de Bernardo Bellotto (1722-1780), llamado también Canaletto el Joven.
Esta exposición incide en mostrar cómo cambia el registro de Bellotto, pasando de los cielos más cálidos en sus obras en la década de 1740 a vistas más frías, de cielos menos azules y el «verismo descriptivo» en los sesenta. Para esta ocasión se han restaurado los tres grandes cuadros, de casi 240 centímetros de largo, Vista de Múnich desde el este y los dos del Palacio Nymphenburg, de 1671, que se encuentran entre las principales obras del pintor…
Bellotto, sobrino de Antonio Canal, por parte de madre, aparece con solo 16 años inscrito en la corporación de pintores de su ciudad natal, Venecia. Aunque adoptó el sobrenombre de su tío, firmando sus obras «Bernardo Bellotto / DT. IL. Canaletto», su periplo vital no pasa, como el de su tío, por Inglaterra sino por la cortes de habla germana: Dresde, Múnich, Viena, Dresde de nuevo y Varsovia, donde muere.
Por tanto, Bellotto no es solo el vedutista de Venecia y de otras ciudades italianas como Roma, Verona o Turín, sino de Europa. Es el pintor-explorador del siglo XVIII y el retratista de ciudades.
De su tío aprendió a manejar la camera oscura o scatola ottica, pero también a darse cuenta de que su exactitud científica, a veces, choca con el sentido común de la visión.
(…) Bellotto mantiene la preponderancia del color sobre el dibujo (propio de la escuela veneciana), pero con un magisterio a veces nórdico de formas y perspectivas. (…) Encontramos en él un equilibrio delicado entre el norte y el sur de su inspiración y su destino, un puente entre la solidez estilística de su educación como artista y su flexibilidad práctica, su maduración…
Si quieres seguir leyendo y conociendo más aspectos de este artista, su época o sobre la veduta…, podrás hacerlo en la revista en papel que estará hasta finales de noviembre en los quioscos.
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