Henri Cartier-Bresson: los ojos del siglo XX

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Hyères, Francia,1932

La Fundación Mapfre inaugura en la sala del paseo de Recoletos la primera gran retrospectiva de Henri Cartier-Bresson, coincidiendo con el décimo aniversario de su muerte en 2004. La muestra, organizada por el Centro Pompidou de París, permanecerá en Madrid desde el 27 de junio hasta el 8 de septiembre

La exposición rinde homenaje a uno de los más grandes fotógrafos del siglo XX, que ya en vida se convirtió en una leyenda, sobre todo en Francia, donde se le conocía simplemente como HCB. Organizada cronológicamente, la muestra repasa toda la obra de Cartier-Bresson, a través de más de quinientos documentos entre fotografías, películas, dibujos y pinturas, procedentes de la Fundación Cartier-Bresson de París, el Museo de Arte Moderno de la Villa de París o el MoMA de Nueva York, entre muchos otros.

Desde muy joven, HCB sintió una gran pasión por la pintura y en 1926 se matriculó en el estudio del pintor André Lhote, donde permaneció dos años, en los que conoció la obra de Cézanne y Renoir, que influenciaron de forma muy notoria su etapa inicial como fotógrafo. Así, en esta primera etapa de su obra que analiza la exposición (1926-1935), las fotografías de Cartier-Bresson combinan el aspecto pictórico con una perspicaz mirada para captar situaciones, “atrapar la vida”, como dijo él mismo, algo que será una de las señas de identidad de su carrera.

En First Album, su primer álbum, publicado en 1930, reunió las imágenes más logradas que tomó durante los años finales de la década de 1920 y las obtenidas en sus viajes por Estados Unidos, Alemania, Polonia, Hungría y África (Costa de Marfil, Carmerún, Togo y el Sudán francés), que hizo junto a Harry Crosby, fundador de la editorial Black Sun Press, y Caresse, su esposa. Su relación con este matrimonio fue de gran importancia en su trabajo, ya que le permitió conocer la tendencia estilística de la Nueva Visión, corriente derivada del constructivismo ruso y asimilado por la Bauhaus, y cuya influencia se percibe en obras como Aserradero en Saint-Saëns (1930), donde el tratamiento de las texturas y las estructuras, característico de esta estética, se combina con recursos como el plano picado y contrapicado. Por otro lado, en casa de este matrimonio Cartier-Bresson conoció a André Breton, Max Ernst y Salvador Dalí, máximos exponentes del movimiento surrealista, cuya influencia se dejó traslucir en el afán plástico por la deformación de los cuerpos, que empezó a plasmar en sus fotografías.

Livorno, Toscana, Italia, 1933 .© Henri Cartier-Bresson/Magnum Photos, cortesía Fundación Henri Cartier-Bresson

Livorno, Toscana, Italia, 1933
© Henri Cartier-Bresson/Magnum Photos, cortesía Fundación Henri Cartier-Bresson

En esta primera mitad de la década de 1930, se van consolidando en los trabajos de HCB tres conceptos clave que le acompañarán durante el resto de su obra. En primer lugar, la idea de lo erótico-velado (Querido Breton, si esta tela se ajusta a tus fines […], 1933), en referencia a la capacidad, no solo de mostrar, sino sobre todo de sugerir, que tienen las imágenes, y en relación con esta idea, el juego por capturar el azar, entendido como algo mágico-circunstancial (Livorno, Toscana, Italia, 1933). Además, también va desarrollando la idea de tratar de conservar en la fotografía la energía de la acción, algo que él denomina lo explosivo-fijo (Detrás de la estación de Saint-Lazare, París, Francia, 1932).

En 1933 se afilia a la Association des Écrivains et Artistes Révolutionnaires (AEAR). En la primavera de ese año la revista Vu lo envía a España para cubrir las elecciones, y realiza sus primeros reportajes para la prensa, que se publican en Vu y Luz. A partir de 1935-1936, Cartier-Bresson se alinea políticamente con el comunismo, y hace fotografías comprometidas que denuncian el colonialismo y la violencia de la extrema derecha francesa.

Con relación a este compromiso político y social piensa que el cine es el medio de transmisión más efectivo para llegar a una audiencia más amplia. En Nueva York (1935) entra en contacto con Nykino, una cooperativa de cineastas militantes agrupados en torno a Paul Strand. Posteriormente colabora con cineastas como Luis Buñuel o Wilhelm Pabst. Con Jean Renoir trabaja como actor y ayudante en Una partida de campo (1936) y La regla del juego (1939). Miembro de la cooperativa Ciné-Liberté (la sección cinematográfica de la AEAR), en 1937 realiza un documental sobre la Guerra Civil española: Victoria de la vida. Posteriormente realizará otras dos películas: Con la Brigada Lincoln en España (1937) y España vivirá (1938). Estas cintas muestran su afán por documentar la realidad que nos rodea, una intención que se convertirá en uno de los principios básicos de la Agencia de Fotografía Magnum, que creó después de la Segunda Guerra Mundial junto a Robert Cappa, David Seymour o George Rodger.

Desde 1947 hasta 1970 sus viajes y reportajes se multiplican, y sus fotografías aparecen en todas las grandes revistas internacionales. Es en estos años cuando se forja el mito de HCB, el fotógrafo que se convirtió en el “ojo del siglo XX.

La retrospectiva que presenta ahora la Fundación Mapfre es, además de un completo repaso del conjunto de sus trabajos fotográficos, un acercamiento a aspectos menos conocidos de su obra, ya que, como afirmó el comisario de la exposición, Climent Chéroux,en la rueda de prensa previa a la inauguración, “esta muestra quiere romper con esa visión del fotógrafo centrada solo en su trabajo de fotorreportajes, para mostrar al público todos los Cartier-Bresson”.

Como referencia y para obtener más información sobre esta exposición y la figura de HCB, los lectores interesados pueden remitirse al artículo “El instante decisivo”, de Marie-Genévieve Alquier B., publicado en el número 181 de Descubrir el Arte, con ocasión de la presentación de esta muestra en el Centro Pompidou de París.

Multitud esperando delante de un banco para sacar el oro durante los últimos días de Kuomintang, Shanghái, China, diciembre 1948.© Henri Cartier-Bresson/Magnum Photos, cortesía Fundación Henri Cartier-Bresson

Multitud esperando delante de un banco para sacar el oro durante los últimos días de Kuomintang, Shanghái, China, diciembre 1948.© Henri Cartier-Bresson/Magnum Photos, cortesía Fundación Henri Cartier-Bresson.

Sara VALVERDE

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