En la exposición se proyecta un vídeo que recoge una versión de la canción popular italiana La povera Cecilia interpretada por un coro formado por 42 mujeres que, además de su nombre, comparten experiencias de abuso y maltrato. Hasta el 2 de febrero
El Museo Nacional del Romanticismo, museo estatal dependiente del Ministerio de Cultura, ha inaugurado la instalación de Cecilia Barriga El canto de las cecilias, una muestra que recoge el trabajo desarrollado este año por la artista en la Academia de España en Roma con un grupo de 42 mujeres, con las que ha formado un coro ‘amateur’.
El canto de las cecilias da nombre al vídeo que podrá verse en la Sala VIII del Museo del Romanticismo, y que recoge la versión que el coro de mujeres, coordinado por Cecilia Barriga, adaptó de la canción popular italiana ‘La povera Cecilia’, tema que fue versionado por Gabriella Ferri en 1964 y que narra una historia de abuso sexual y violencia.
El coro de mujeres hace suyo este canto, versionándolo, adaptándolo y alargándolo con nuevas estrofas. Un canto dividido en tres actos, emplazados en tres lugares de la ciudad donde se desarrolló el proyecto: el Templete de San Pietro in Montorio, el claustro de la Academia de España en Roma y la Basílica de Santa Cecilia en Trastevere, destacando el significado simbólico de llevar este trabajo colectivo vocal y corporal a dicho templo. De esta manera, la muestra constituye un homenaje a todas las mujeres martirizadas, abusadas, maltratadas, violadas y asesinadas, y también un tributo a las esclavizadas, las minorizadas, las precarizadas y las silenciadas.
La letra completa de la canción de la pieza de Cecilia Barriga podrá descargarse a través de un código QR en la propia sala del museo. La exposición, comisariada por Pablo Martínez (Universidad Complutense de Madrid), sirve de antesala del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, que se conmemora el 25 de noviembre, y podrá visitarse hasta el 2 de febrero.
Sobre la artista
Cecilia Barriga es una cineasta chilena/española que, en sus más de cuatro décadas de trayectoria, ha trabajado desde el movimiento feminista explorando sus formas de expresión, organización colectiva y ocupación del espacio público. La artista ha abordado la experimentación en vídeo y sus lenguajes, exponiendo en instituciones como el Museo Reina Sofía, el Whitney Museum y el MoMA de Nueva York, o el Museo Guggenheim de Bilbao.
Una buena parte de sus películas se han centrado en registrar las coreografías de lo social, los cantos públicos y las demandas ciudadanas, principalmente en España y Chile. Esa transición “del lamento al júbilo colectivo” que puede verse en El canto de las cecilias ya estaba presente en algunas de sus películas documentales como 5.000 feminismos (2010), centrada en la conmemoración del 30 aniversario de las primeras Jornadas Feministas de Granada, o Tres instantes un grito (2013), que abordó las manifestaciones estudiantiles chilenas entre otros ejemplos de indignación ciudadana.
La perspectiva de género en el Museo del Romanticismo
El Museo Nacional del Romanticismo mantiene un firme compromiso con la perspectiva de género no solo en su discurso museográfico y en sus líneas de investigación en torno al patrimonio cultural del siglo XIX, sino también a través de otros proyectos de arte contemporáneo de base feminista, que habitualmente se insertan en su exposición permanente.
Con El canto de las cecilias, la institución renueva dicho compromiso y además aborda la cuestión del maltrato desde una premisa fundamental, su visibilización. El museo seguirá formando parte de este proyecto que no finaliza con la exposición, pues esta será el punto de partida y encuentro para la activación de un nuevo coro que permita seguir versionando y completando, esta vez en castellano, dicho canto colectivo. El coro, que se formará en el contexto de esta muestra entre diciembre y enero, hará su primera aparición pública en el museo.
