El Museo Reina Sofía reúne en una selección de ocho obras de carácter instalativo de la artista portuguesa residente en Berlín la presentación más completa de sus trabajos hasta la fecha en España. Hasta el 31 de marzo de 2025
Kilomba es conocida por su singular manera de contar historias, en las que da cuerpo, voz, forma y movimiento a sus propios textos a través de performances, lecturas escenificadas, vídeos, esculturas, instalaciones y paisajes sonoros. ¿Qué historias se cuentan? ¿Cómo se cuentan? ¿Y quién las cuenta? Son preguntas que persisten en la obra de Kilomba.
Su obra se ha descrito como un nuevo minimalismo poscolonial, en el que la multiplicidad y complejidad de lenguajes difumina la barrera entre disciplinas. Con una sólida subestructura psicoanalítica y filosófica, que se suma a su extensa labor como investigadora, analiza los sistemas dominantes de producción de conocimiento, proponiendo un proceso de desaprendizaje de las narrativas hegemónicas actuales.
Opera to a Black Venus (2024) es el título de un ambicioso nuevo proyecto que la artista ha estado desarrollando durante los últimos dos años como resultado de una colaboración entre el Museo Reina Sofía y el Staatliche Kunsthalle Baden-Baden (Alemania). Kilomba imagina el escenario futurista de un paisaje árido donde el mar ha desaparecido, revelando un rastro de existencia humana. A ojos de la artista, el océano es el cementerio de millones de vidas perdidas a lo largo de los siglos, ya sea por la trata de esclavos, el colonialismo, la guerra, el cambio climático o las migraciones forzosas. “¿Qué nos diría mañana el fondo del océano si hoy se vaciara de agua?”, se pregunta la artista.
La obra Opera to a Black Venus (2024), comisariada por Manuel Borja-Villel, es una videoinstalación a gran escala, que pone en escena la primera parte de una ópera contemporánea dedicada a una venus negra que habita en el fondo del océano y se convierte en el oráculo de las narrativas del recuerdo y la resiliencia. Como es habitual, ha trabajado con artistas locales de la periferia de Lisboa, donde creció: desde sopranos, contraltos y tenores hasta percusionistas y bailarines de ballet, todos protagonistas de esta narración. Una irresistible coreografía avanza hacia nuestros ojos, como si se desarrollase bajo el agua, con el sonido de los vientos, las voces y la interpretación improvisada a cuatro manos al piano de la artista y su hija, presentada como un réquiem o un lamento por los que han sucumbido a las mareas de las aguas de todo el mundo.
Buceando bajo las olas, Kilomba guía al público a través de otras instalaciones de gran tamaño con poesía y materiales como tela, madera quemada, piedra, arena y vidrio como escenarios de esta ópera contemporánea: 18 Verses (2022) es la cartografía de un naufragio arropada por potentes voces y sonidos instrumentales.
Sounds of Water (2023), un poema en luces de neón que revela una emotiva llamada; Labyrinth (2024), una monumental instalación textil espacial, alude a los caminos y rutas imposibles de la liberación y Compressed Time (2024), un sorprendente contraste entre piedras macizas y cubos negros pulidos, invita a los espectadores a contemplar la intersección de las injusticias del pasado y las posibilidades del futuro.
Además, están presentes otros dos momentos de la trayectoria de la artista, la aclamada videoinstalación A Word of Illusions (2017-2019), compuesta por la interpretación de tres mitologías griegas trasladadas a tiempos poscoloniales: Illusions Vol. I, Narcissus and Echo (2017), dedicada a las políticas de distorsión e invisibilidad; Illusions Vol. II, Oedipus (2018), dedicada a las políticas de violencia y genocidio, e Illusions, Vol. III, Antigone (2019), dedicada a las políticas de recuerdo y duelo.
También se muestra un momento anterior, en el que sus propios escritos se vuelven performativos: The Desire Project (2016), una videoinstalación de tres canales donde las palabras se convierten en imágenes en movimiento, y la percusión, en una forma de narrativa, y Table of Goods (2017), una instalación compuesta por tierra, azúcar, café, cacao y chocolate, como memoria de la hipnótica explotación cíclica.
Sobre la artista
Grada Kilomba es una artista portuguesa radicada en Berlín, cuyo trabajo se basa en la memoria, trauma y poscolonialismo, cuestionando conceptos de poder, violencia y repetición, utilizando: performance, lectura escenificada, vídeo, escultura, instalación y paisajes sonoros. Su trabajo ha sido presentado en importantes eventos internacionales como: Bienalsur, Buenos Aires (2021); 10. Bienal de Berlín (2018); Documenta 14, Kassel (2017) y 32ª Bienal de São Paulo (2016). Las exposiciones individuales y colectivas seleccionadas incluyen Inhotim, Belo Horizonte. (2024); Palacio de Tokio, París (2022); Museo de Arte Contemporáneo Castello di Rivoli,Turín (2022); Sommerset House, Londres (2022); Fundación Norval, Ciudad del Cabo (2022); Pinacoteca de São Paulo (2019); La central eléctrica, Toronto (2018); entre otros. Fue co-curadora de la 35ª Bienal de São Paulo, Coreografías de lo Imposible, 2023.
El trabajo de Kilomba se puede encontrar en muchas colecciones públicas y privadas destacadas de todo el mundo, incluida la Tate Modern Collection, Londres; Colección Real Holandesa, Ámsterdam; Colección Rennie, Toronto; Colección del Museo Internacional Afroamericano, Charlestón; Colección Moderna Gulbenkian, Lisboa, Colección del Museo Fitzwilliam, Cambridge, entre otros.
Kilomba tiene un Doctorado en Filosofía de la Freie Universität Berlin, y en 2023 recibió el Doctorado Honoris Causa por la Universidad de ISPA, Lisboa. Ha sido profesora invitada en varias universidades internacionales, como Humboldt University, en Berlín y la Universidad de Artes Aplicadas, en Viena. En 2024, Kilomba fue destinataria de la reconocida Cátedra Invitada Angela Davis, en la Universidad Goethe, Francfort. Su libro Memorias de la Plantación. Episodios de racismo cotidiano (Tinta Limón, 2023) ha sido elogiado como una reflexión profunda sobre las consecuencias del colonialismo. Ha recibido el Premio de la Bienal de Berlín en 2020.