La ciudad portuaria recoge el testigo de Ostende en el setenta y cinco aniversario de la muerte del artista de vanguardia con un programa diverso y repleto de actividades que demuestran que su legado sigue más vivo que nunca. Hasta febrero de 2025
Aunque James Ensor (1860-1949) vivió, desarrolló toda su carrera artística y falleció en Ostende, para él Amberes siempre fue «la más hospitalaria de todas las madres». No en vano, en sintonía con esa declaración del propio artista, la mejor colección sobre su obra que existe en todo el mundo se encuentra desde la década de 1920 en la ciudad portuaria. El empuje de un grupo de acaudalados entusiastas de aquella urbe y la determinación de los conservadores del Museo Real de Bellas Artes de Amberes (KMSKA) permitió desde entonces a la pinacoteca atesorar un conjunto compuesto a día de hoy, tras diversas incorporaciones, por casi cuarenta pinturas, más de seiscientos dibujos y al menos diez auténticas obras maestras de este innovador y revolucionario creador flamenco.
Después de que su legado haya deslumbrado durante la primera parte del año en su ciudad natal y también en Bruselas, Amberes recoge el testigo para celebrar el 75 aniversario de su muerte con varias exposiciones que no dejarán impasible a ningún visitante. A lo largo de las próximas líneas, de la mano de Turismo de Bélgica: Flandes y Bruselas, repasamos todas las actividades que van a realizarse con motivo del Año Ensor 2024 en esta urbe a orillas del río Escalda.
Sus sueños más salvajes
James Ensor pertenece a ese grupo de artistas vanguardistas europeos que, de alguna manera, unieron sus fuerzas a finales del siglo XIX para liberar a la pintura del heroísmo romántico, de las apariencias y del realismo banal. La visión que el maestro de Ostende plasmó de la humanidad aparece a veces de forma desenfadada, muy a menudo pesimista, pero con la misma frecuencia lírica e hilarante. Al emplear sus herramientas visuales por excelencia, la forma y el color, de forma autónoma consiguió crear imágenes en las que la representación exacta de la realidad pasa a un segundo plano. Esa innovación al ejecutar sus obras transformó su arte en un factor necesario para entender la aparición y el desarrollo del modernismo durante el siglo XX.
Y dentro de aquel esfuerzo colectivo, en el que había artistas de la talla de Paul Cézanne, Claude Monet o Edvard Munch, Ensor trató de convertirse en el hilo conductor del arte en Bélgica creando su propia versión del impresionismo francés, marcando sus propias pautas. Aquel camino le llevó finalmente a distanciarse del clásico ideal de la belleza que reinaba en Europa y del propio impresionismo que tanto le fascinó en sus inicios, sembrando los cimientos de una obra que acabaría siendo muy variada.
A comienzos del siglo XX, críticos y creadores volvieron a descubrir su obra La comedora de ostras (1882), calificándolo como el primer cuadro impresionista en Bélgica. Una comparación con las pinturas de Manet, Monet y la obra anterior del propio Ensor deja claras, en cambio, las diferencias. Sin embargo, su experiencia al exponer el cuadro en el Salón del círculo vanguardista de «Los XX» fue muy fructífera. De hecho, le permitió estudiar los paisajes de Monet, que le aportaron una brillante paleta de colores impresionistas que jamás había utilizado, amén de una nueva técnica; descubrió un lenguaje visual oscuro y fantástico como el de Odilon Redon, que incorporó rápidamente a su bagaje, y captar estéticas tan depuradas como la de Renoir, plasmada especialmente en los bodegones que pintó en su última fase.
Con la idea de descubrir aquel proceso transformador al completo, el Museo Real de Bellas Artes de Amberes (KMSKA) acoge Los sueños más salvajes de Ensor. Más allá del impresionismo, una muestra que invita al visitante a conocer su trayectoria como artista de vanguardia y a sumergirse en su maravilloso universo de visiones salvajes, máscaras y sátira. Contemplar sus cuadros conlleva sorprenderse con sus continuos contrastes entre lo jocoso y lo siniestro, lo sofisticado y lo salvaje, los acogedores salones burgueses y los aterradores esqueletos. Un mundo, en definitiva, impregnado de sátira amarga. Una aportación más que considerable para el nacimiento del arte contemporáneo.
Además, las salas del KMSKA exhiben también obras de artistas internacionales que inspiraron al maestro de Ostende y con los que este siempre aspiró a competir, incluidos aquellos con los que no coincidió en vida. Se llamaran Goya, Rembrandt o El Bosco, el belga siempre pintaba con la idea de ser el mejor. La exposición puede visitarse hasta el 19 de enero de 2025.
Mascarada y maquillaje
El maquillaje ha sido comparado a lo largo del tiempo con el hecho de llevar una máscara, lo cual suele despertar la desconfianza. Ensor comenzó a utilizar con frecuencia máscaras, prendas y otros accesorios en sus obras a partir de 1888 como si fueran instrumentos ambiguos, precisamente, para desenmascarar aquello que tiende a ocultarse, para revelar lo enigmático. Una fórmula empleada por el artista belga para desvelar la auténtica naturaleza y los sentimientos profundos de sus «seres enmascarados».
También durante este otoño y el inicio del próximo invierno, Las mascaradas, el maquillaje y Ensor profundiza en el Museo de la Moda de Amberes (MoMu) en las interconexiones entre el maquillaje y los numerosos aspectos que nos hacen humanos. La muestra pone de relieve el trabajo de destacados artistas del maquillaje y fotógrafos contemporáneos en tres instalaciones de vídeo que exploran temas centrales de la obra de Ensor para analizar su visión sobre conceptos como la tentación, el engaño, lo artificial y lo fugaz y su recorrido hasta el presente. Hasta el 2 de febrero de 2025.
Su mirada adaptada al contexto actual
Que las mascaradas que imaginó Ensor llegan a nuestros días lo evidencia perfectamente la obra de Cindy Sherman. La artista estadounidense se vale de ellas para examinar la identidad como concepto y explorar el modo en que se presenta a la mujer en los medios de comunicación. Maquillada, vestida y disfrazada, desde la década de 1970 se ha dedicado a hacer de modelo en su propia obra, adoptando formas diferentes.
Sus fotografías se inspiran en el sinfín de estereotipos visuales que encontramos en el cine, la moda, la historia del arte, las revistas, la televisión e internet. Esta artista contemporánea los magnifica hasta el absurdo y lo grotesco para sacar a la luz ideas arraigadas sobre el género, la belleza y el envejecimiento. De este modo, Sherman mira constantemente la cultura visual dominante con lupa crítica.
El Fotomuseo de Amberes (FOMU) también se ha sumado al Año ENSOR transportando los temas tratados por James Ensor en sus obras a un contexto artístico contemporáneo. La exposición Anti-Fashion se adentra en la fascinación de Sherman por la moda y, en sintonía con el espíritu de la época, no para de sorprender a los espectadores con sus personajes y miradas. Con humor e inteligencia, nos ofrece un espejo de la sociedad. Sus máscaras, como las de Ensor en su época, son su particular crítica a las convenciones sociales.
Esta muestra, al igual que Early Works 1975 – 1980, que arroja luz sobre algunas de las principales motivaciones e ideas de Sherman, se podrá visitar hasta el 2 de febrero de 2025.
Estados de imaginación
Durante varios años, el joven Ensor experimentó con técnicas de grabado. «¡La práctica hace al maestro! Y más en cuanto a grabado se refiere. La experiencia es escasa y requiere repetidos ensayos y esfuerzos». Siguiendo sus propias palabras, Ensor desarrolló un enfoque único del medio. Siendo consciente de precursores en esta técnica como Rembrandt, el pintor de Ostende transformó su estudio en un laboratorio de experimentos del que surgieron brillantes dibujos preparatorios, planchas de cobre y grabados en varios estados.
Algunos de ellos se exhiben por primera vez en el Museo Plantin-Moretus dentro del marco de celebración del 75 aniversario. Ensor: estados de imaginación es una exposición sobre la extraordinaria aventura gráfica que desarrolló el artista. El visitante podrá apreciar impresiones únicas en vitela y satén de colores. Ensor transformaba los grabados en obras de arte únicas coloreadas por él a mano utilizando lápices de colores, tizas o acuarelas.
Al mismo tiempo, la sala de lectura del siglo XVIII de este museo pone su foco en Ensor y Verhaeren con la miniexposición Ensor desmenuzado por los cocineros peligrosos, una muestra que parte de la gran colección del poeta también belga Verhaeren y que plasma su habilidad para dotar a sus obras de profundidad entre grandes multitudes de gente y dando forma a nuevas figuras. La muestra está abierta hasta el 19 de enero de 2025.
Para obtener más información sobre las exposiciones y actividades del Año Ensor, consulte la página de VISITFLANDERS.